Las vencedoras

El paso del tiempo no siempre es sinónimo de olvido, a veces basta con una pequeña casualidad para conectar a dos personas pese a que las separe todo un siglo, tal y como sucede con Blanche y Solène. Sus vidas quedan entrelazadas a través de una institución, el Palacio de la Mujer, y de su lucha interna por hacerla sobrevivir.

El Palacio de la Mujer es, como su nombre indica, un hogar para mujeres en peligro de exclusión al que Solène acude tras la recomendación de su médico de iniciar un voluntariado. Aunque de primeras se muestra reacia y no termina de conectar con las mujeres ni su labor, poco a poco va sintiéndose integrada y actúa como una puerta entre el lector y las historias anónimas, o no tan anónimas, de las habitantes del palacio.

Para mí esta lectura ha sido toda una sorpresa. La narración es muy sencilla, directa, y pese a mi reticencia inicial al estilo de la autora por miedo a no conectar con los personajes, la sorpresa ha sido mayúscula. Es una historia preciosa, pero también muy triste, en la que encontramos la importancia de la sororidad, de creer en nosotras y de luchar unidas, junto a la dureza de vivir en una sociedad que con frecuencia nos deja de lado por nuestro género o clase social.