La mujer de blanco (Edición Ilustrada)

En la entrada de la semana pasada les comentaba sobre un libro que había tardado en leer. Haciendo un análisis, la tardanza se debe a dos factores principalmente. El primero es que cuando compré el libro electrónico, no miré el número de páginas. (Si me siguen en TikTok creo que de eso padezco, compro libros y nunca miro la cantidad de páginas) Y es que eso no es un problema para mí, el problema se presenta cuando tengo encima el tiempo con otras actividades, lecturas pendientes y el texto no es fluido. Volviendo al tema, este libro consta de 750 páginas, y es aquí donde se presenta el segundo factor, los diálogos son realmente bellos, muy bien escritos, pero sí que son muy lentos, un personaje puede describirnos sus sentimientos en dos páginas o más. Y esto está muy bien, me refiero a que está bien para la época en que fue escrita la historia. Obviamente, para nuestra generación esto se vuelve caótico y sí, voy a decirlo, llegué a quedarme dormida. Sin embargo, no me malentiendan, a pesar de que, sí leo clásicos de vez en cuando, no quiere decir que estoy acostumbrada a esos diálogos.

Y bueno, no estoy muy segura de expresar la manera en que está escrito el libro, digamos que es una mezcla de narración múltiple y novela epistolar. Ya que podemos conocer la perspectiva de los personajes ya sea porque son narrados por ellos mismos o porque lo narran a través de cartas y/o diarios, he ahí mi confusión. Para los expertos, seguro les queda más claro.

Sobre los personajes, me han perecido muy bien desarrollados, es de esos libros en donde comienzas a leer el diálogo y ya sabes quién está en escena.

Sin duda mi personaje favorito es Marian, para la época en la que estamos ubicados, demostró valor, cordura, tacto y fortaleza. No aceptaba ser la clásica mujer débil de sociedad. El personaje que más me molesto fue Laura, me desesperaba su lentitud, su miedo y sacrificio sin sentido, obviamente lo digo desde mi perspectiva de mujer del 2021.

Algo en lo que quedé reflexionando es en la manera de ver algunas situaciones en esa época. Frases como “es mi marido”, ¿qué puede hacer una mujer”, “haré cuanto pueda hacer una mujer”, sí que me sacaron el tic en el párpado de mi ojo derecho. Pero fueron o son frases que muchas mujeres siguen pronunciando. Este libro fue escrito en 1860, así que la posición de la mujer dependía del varón más próximo, por mencionarlo de alguna forma, ya que no tenían derecho y si no tenías un hombre cerca tu situación se volvía precaria.

En fin, la dama de blanco no es para cualquier lector. Sin embargo, sí te gusta el suspenso, thriller y misterio, anota este libro, que sí lo recomiendo para ti, solo ármate de paciencia. Te aseguro que lo disfrutarás.
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