Hippie

En esta novela autobiográfica nos encontramos con un Paulo Coelho joven, poseedor de unas inquietudes que tratan de avalar el título del libro. Nos muestra la búsqueda del yo más intimista, la libertad, el mayo del 68, experiencias vividas por el escritor brasileño que en sus años más jóvenes, cuando ansiaba ser escritor, ni siquiera imaginaba qué lugar ocuparía después en la sociedad. Un lugar, por cierto, muy alejado actualmente de la filosofía que defendía en aquellos días.

El libro, narrado en tercera persona —por lo que el autor toma distancia con el personaje que protagoniza—, nos narra la historia de un Paulo que se halla en una búsqueda constante. Para ello, viaja a Ámsterdam, con la intención de recalar en Londres. Sin embargo, en Holanda conocerá a una chica, Karla, que le hará cambiar completamente sus planes. Con ella se embarcará en una aventura que le llevará camino a Nepal. Para ello montarán en el ‘Magic bus', un autobús escolar, sin asientos reclinables, ni ningún tipo de comodidad, en el que tendrán que recorrer miles de kilómetros. En ese viaje conocerá a personas de parecidas inquietudes, pero diferentes nacionalidades, estatus sociales y experiencias. En el transcurso de ese periplo deben hacer escala en Estambul, allí tendrá conocimiento de la filosofía sufí y quedará totalmente enamorado de esta manera de ver la vida. Esto hará que sus intenciones vuelvan a verse, una vez más, trastocadas por el devenir del destino.

A lo largo de la historia nos contará diferentes anécdotas vividas por el autor en Bolivia o Perú, algunas de ellas muy duras. También nos mostrará los efectos alucinógenos de las drogas y el sentimiento místico de aquellos que buscan algo, un ente, una idea, una filosofía que dé sentido a su existencia.

El libro tiene citas que sin duda merecen la pena, aunque la falta de un hilo argumental mejor construido, que nos haga introducirnos en profundidad en la historia que los dos jóvenes van viviendo, nos aleja de la historia como lectores. En ningún momento he llegado a compenetrarme con ellos, a sentir del mismo modo que ellos, esa especie de experiencia religiosa a la que se ven abocados por su indudable búsqueda de algo más allá de lo terrenal y de sí mismos. Tal vez esto se debe a que la narrativa en ocasiones se vuelve algo confusa, con diálogos —en mi opinión—poco claros. Tampoco nos muestra mucho de lo que debiera haber sido un viaje alucinante —en todos los sentidos de la palabra—. La diversidad de los viajeros y de las ciudades que visitan, junto con la filosofía hippie —que no se ve demasiado a lo largo de la obra—, hubieran sido argumento suficiente para montar un libro excepcional, sin embargo, no lo ha sido. Se ha quedado en una excursión más que en un viaje al que apuntarnos todos con emoción y curiosidad.