AA 241:87 —Diría que la masturbación supone el caso de adaptación humana más importante. La piedra de toque de nuestra civilización tecnológica. Nuestras manos evolucionaron para agarrar herramientas, de acuerdo, incluidas las nuestras. Lo cierto es que los pensadores, los inventores y los científicos suelen ser miopes y torpes, y los miopes y los torpes lo tienen más complicado que otros para acostarse con otros seres humanos. Sin la válvula de escape, sin la descarga sexual proporcionada por la masturbación, difícilmente los primeros humanos hubieran llegado a dominar los secretos del fuego, o hubieran inventado la rueda. Y podéis estar seguros de que Galileo, Newton y Einstein no habrían realizado sus descubrimientos si antes no hubieran aclarado la mente «dándole a la manivela» (o «eliminando unos cuantos protones del átomo de hidrógeno»). Y lo mismo puede decirse de Marie Curie. Antes de descubrir el radio, seguro que antes descubrió que tenía un «hombrecillo en la canoa».