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ISBN : 9509749257
312 páginas
Editorial: La Bestia Equilátera (01/10/2017)

Calificación promedio : 4.07/5 (sobre 20 calificaciones)
Resumen:
Después de un extraño incidente en el funeral de la matriarca Marian, las familias McCray y Savage esperan un tranquilo verano en la costa del golfo de Alabama, donde tres antiguas casas victorianas se elevan en la soledad de una playa abrasadora. Dos de las casas son habitables, mientras que la tercera está siendo invadida por la arena: entre sus paredes, algo desconocido se encuentra al acecho. Algo que ha atemorizado a varios miembros de la familia y que aún los ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (10) Ver más Añadir una crítica
Kansas
 05 December 2020
"-Está bien -dijo Luker-. Admitamos que las mujeres Savage son esposas aceptables. Pero lo cierto es que, como madres son una porquería.
-¡Para nada!
-Barbara, no sabes lo que dices. ¿Por qué intentas defender a una muerta?
-Marian Savage...
-¡Las madres Savage se comen a sus hijos! -exclamó Luker!"

Elijo esta cita para comenzar la reseña porque creo que define a la perfección la atmósfera de esta novela que precisamente comienza en el funeral de Marian Savage, la matriarca de los Savage,. A este funeral solo asisten los dos hijos de Marian Savage, (Dauphin y Mary Scot que además es monja) y los McCray, unidos a los Savage por décadas de amistad que ha llevado a unir en matrimonio a dos de sus hijos . El funeral sienta las bases de lo que va a ser la novela, porque en esta escena conocemos a todos los personajes, y Michael Mcdowell enseguida nos sitúa en el contexto. Los McCray y los Savage compartian veranos en Beldame, una zona costera entre el Golfo de Méjico y la laguna de St. Elmo rodeados de dunas y sin un alma a kms de distancia: la casa de los McCray estaba situada justo en la vertiente situada en el golfo, y la casa de los Savage en la vertiente de la laguna, justo en medio habia una tercera casa, vacia y a la que la arena de las dunas iba enterrando poco a poco. Las casas son de estilo victoriano, un estilo quizás incongruente con el lugar y la época, pero realmente define la esencia de estas familias: excéntricas, imprevisibles y con un toque de descarado desparpajo.

"Beldame representaba para todos ellos una justa y posible compensación por las aflicciones, los infortunios y los trabajos de este mundo. Era un paraiso en la tierra. Y se parecía al otro, el paraíso celestial, en que era luminoso, remoto, atemporal y vacío".

Tras el funeral, ambas familias deciden pasar unos días en Beldame en un intento por rememorar y compartir experiencias del pasado tras la ausencia Marian Savage, amiga íntima de la matriarca de los McCray, Big Barbara; y es este viaje a Beldame lo que convierte a esta novela en una experiencia diferente e imprevisible. Supuestamente está etiquetada como novela de terror, porque Michael Mcdowell usa la casa vacía como Mcduffin para que resurjan de alguna forma los fantasmas familiares del pasado, metafóricamente hablando; esta tercera casa es la que contribuye a la atmósfera sobrenatural que transpira toda la novela. Durante décadas, los niños Savage y McCray han tenido una especie de obsesión por esta tercera casa, oteando tras las ventanas sin atreverse ni siquiera a acercarse a ella y poco a poco fueron entendiendo que los secretos de esa casa marcaron sus infancias y adolescencia. Esta nueva vuelta como adultos cuando algunos de ellos llevaban años sin pisar Beldame, resucita de alguna forma traumas del pasado y secretos inconfesables. Y es India, una niña de trece años, hija de Luke McCray, quién marca el ritmo de la novela. India es el único miembro de la familia que no conocia Beldame, así que en una jugada magistral por parte de Michael Mcdowell, el lector se convierte en India , porque va conociendo los espacios de Beldame a través de ella.

"Antes de Beldame, India no abrigaba la menor simpatía por el estilo de vida sureño, con su cordialidad generalizada, su malicia displicente y su laxitud abrumadora (...) pero Beldame la había superado. Estaba hechizada, como hechizado quedó Merlín por Nimue."

Tengo que decir que no me van nada las casas encantadas, tampoco leo mucha novela de terror entre otras cosas porque no controlo que autores dominan el terreno, exceptuando claro está a Stephen King, sin embargo en esta novela a la que se la puede etiquetar en el subgénero de terror de las casas encantadas, si que he disfrutado muchísimo. Michael Mdowell un autor desconocido para mi, me ha sorprendido y fascinado porque aunque también esta novela es puramente gótica, es también marcadamene moderna y muy de ahora, por sus diálogos chispeantes, por sus personajes, que están tan bien definidos, que cuando otros autores usan páginas y páginas para describirlos, aquí Mcdowell en un par de pinceladas ya te los está describiendo, definiendo, y con una gran carga psicológica.

"-Entonces levántate y sirveme otro escocés. El sufrimiento siempre, siempre me ha secado la garganta. Desde que era una niña”.



"Hija mía, esa mujer te abandonó. Espero que esté vendiendo enciclopedias de puerta en puerta, espero que esté cosechando papas en Lousiana, espero que esté en el fin del mundo, espero..."

Michael Mdowell ha sido una de mis grandes sorpresas del año, y con esta novela te das cuenta de la cantidad de autores de género desconocidos, invisibles y ensombrecidos por otros multivendidos y que ocupan muchas páginas en el terreno publicitario. Los Elementales es una novela prodigiosa que comienza pausadamente, definiendo la atmósfera y sus personajes y poco a poco va in crescendo, anticipando atmósferas en la imaginación del lector, que es realmente y en mi opinión “la madre del cordero” en la novela de terror: que el lector se implique y lo disfrute en su imaginación. Quizás el detalle que más me ha impactado en esta novela se la capacidad de Michael Mdowell para describir fisicamente el terreno en el que se desenvuelve esta novela: el profundo calor sureño, la arena que lo va cubriendo todo, la húmedad... Michael Mcdowell un autor nacido en Alabama, ha descrito su tierra como nadie.

"India perdió rápidamente la noción de los días de la semana: el tiempo se dividía en breves y arbitrarios conjuntos de días calurosos y días lluviosos. Podría haber eliminado de su vocabulario las palabras ayer y mañana: porque ayer no había ocurrido nada que valiera la pena comentar hoy, y mañana no prometía ningún cambio respecto del presente. Transfigurada, India contemplaba la vida en Beldame"."

Por otra parte, a veces conecto mis lecturas con experiencias cinematográficas que he tenido y en este caso también me ha pasado. Las familias Savage y McCray me han remitido al cine de Wes Anderson y a sus familias excéntricas y maravillosas, y por otra parte también no he podido dejar de recordar una pelicula japonesa fascinante, donde las dunas también juegan un papel esencial: La Mujer de la Arena, 1964, de Hiroshi Teshigahara, adaptación de una novela de Kobo Abe.

"Lo raro es tener una familia -dijo India pensativa-. Un montón de personas con las que no tienes absolutamente nada que ver, salvo que son tus parientes".


Enlace: https://kansasbooks.blogspot..
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Yani
 10 January 2022
Conozco a mucha gente que leyó “Los elementales” y alababan el libro. Creí que quizás exageraban y que era solo el momento, pero me equivoqué: ahora pude comprender por qué se habló y se habla tanto de McDowell ¿Podía esperar menos del guionista de The Nightmare Before Christmas?

Alabama. Sur de Estados Unidos. El libro empieza con el funeral de Marian Savage, mujer poderosa y matriarca de la familia. La ceremonia es íntima y solo están sus hijos –Dauphine y Mary-Scott–, su nuera, la familia de esta (los McCray) y Odessa, una mujer negra que le sirve a los Savage. Lo que sucede en el funeral –y a medida que la narración va perfilando a los personajes– ya indica que la historia es extraña y se roza presumiblemente con lo morboso. Y lo bien que le queda… Las dos familias deciden irse a Beldame, en el golfo, donde hay tres casas. Una es de los Savage, la otra de los McCray y la tercera está deshabitada pero invadida de arena. Bu.

McDowell hace un juego fenomenal con el libro. Cuando empecé a leer creí que el protagonista absoluto iba a ser Dauphine, casi por descarte, pero de a poco la narración se fue enfocando en India, la hija de 13 años de Luker McCray. Atípica, al igual que la relación con su padre, prejuiciosa y de un carácter tremendo, la adolescente es la que va revelando esa tercera casa misteriosa mientras el clima de Beldame agobia a sus conocidos. Personaje fuerte a destacar: Odessa, quien en el 80 aún debe soportar ciertas discriminaciones mientras guarda lealtad a la familia y combate sus propios demonios.

Las descripciones del libro son las justas y necesarias. A mi parecer, no se pasan de gráficas, pero son lo suficientemente buenas para grabarse en la memoria y producir escalofríos. En el género de terror siempre se apela a lo que se ve y a lo que no, al estado mental de las personas y a la temeridad. Por eso creo que Los elementales asusta solo si se está con predisposición para que lo logre. Las imágenes siniestras caen de a poco, a cuentagotas, y hay que unirlas. Mi única crítica al libro viene por ese lado: hacia el final no se establecen conexiones certeras entre todas las situaciones extrañas que se habían planteado. Las relacioné aplicando mis interpretaciones, pero pienso que le falta una buena explicación.

Me quejo de nada porque amé “Los elementales”. Así de simple. Lo disfruté muchísimo a pesar de todos los sustos que me dio y las imágenes que deseé sacar de mi cabeza: el calor agobiante de Alabama –esas descripciones coincidieron maravillosamente con la ola de calor en Buenos Aires–, las figuras en las ventanas, los rituales de la muerte, las monstruosas madres Savage, etc. McDowell es, sin dudas, un escritor que merece seguir siendo traducido.



Muchas gracias a la editorial por el ejemplar.
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Davicalpa
 01 January 2021
Uno cree que en los libros de casas encantadas ya está todo escrito. Que dentro del subgénero nos vamos a encontrar los habituales lugares tenebrosos, llenos de oscuridad, ruidos extraños, apariciones fantasmales y todo tipo de recursos que conocemos y tanto nos gusta. Son elementos conocidos que funcionan, predisponiendo al lector a adentrarnos en historias donde el pasado regresa a reclamar justicia, perdón o la más cruel venganza mientras nos aterramos con la presencia de esas entidades.

Nada de eso vas a encontrar en Los elementales. Y aún así, hacía tiempo que no lo pasaba tan bien leyendo una historia de casas encantadas, dispuesta a hacerte pasar un mal rato con los sucesos que narra esta peculiar novela.

Nos encontramos con una familia que acude al funeral de la matriarca, una señora que no parece ser del agrado de ninguno de ellos. Aún así, los hijos de la fallecida tienen que realizar un ritual antes de volver a la casa de veraneo.

Ya desde el comienzo de la novela el ambiente malsano empieza a notarse ante el comportamiento de los presentes en ese funeral. Y es que hasta en eso se quiere diferenciar de las demás historias de casas encantadas. Aquí todo el mundo tiene un comportamiento arisco y desagradable y es muy complicado empatizar con los personajes. Además el ambiente, el calor, la continua presencia de la arena y, sobre todo, los tremendos diálogos que se van desarrollando a lo largo de la primera parte de la novela te van condicionando a una sensación incómoda, que lejos de ser placentera, acentúa la extrañeza de lo que está sucediendo en esta pequeña localidad costera de Alabama.

Y es entonces, cuando ya estas perdido en medio de ese ambiente opresivo y desagradable, cuando Michael Macdowell empieza a mostrar sus cartas. A partir de ahí lo mejor es que lo descubras ya que todo lo que conoces acerca de una casa encantada se convierte aquí en una terrorífica pesadilla llena de momentos inolvidables que se quedan grabados en la memoria.

La historia que nos cuenta Los Elementales es exigente y no a todo el mundo gustará ya que requiere paciencia ante la calma con la que se toma la narración el autor. Pero, cuando ya estás atrapado en los sucesos que ocurren en esa extraña casa la situación se vuelve tan aterradora y divertida que merece la pena ese pequeño esfuerzo.

En definitiva, una historia de terror poco convencional, llena de ideas originales y aterradoras que merece ser descubierta.
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gabybarreyro
 30 December 2021
Los elementales
Michael Mcdowell

Una casa sumergida en arena. Una familia con un ritual mortuorio. Un adolescente de trece años que ve más allá. Una esclava negra que sabe. Antepasados oscuros. Los cuatro elementos. Secretos que tardan en develarse.
Una novela de terror que transcurre en el sur de EEUU, con el clima como protagonista que define las acciones de los personajes: el sol abrasador, el calor agobiante, las lluvias que incomunican caminos, el viento que trae arena, la luna que nos permite ver otras cosas.
El libro está dividido en cuatro partes y un epílogo. Va creciendo en densidad, misterio, drama y terror. La atmósfera se vuelve cada vez más intrigante y opresiva y deja sin aliento al lector. Una obra desde el presente con diálogos modernos que nos muestra los prejuicios raciales del sur de finales del siglo XX en Estados Unidos y las supersticiones locales que siguen estando muy presentes en la vida de los protagonistas.
Es difícil empatizar con los personajes porque son bastante disímiles entre sí, pero sin lugar a dudas la profundidad de cada personaje contribuye a darle peso a la trama y es necesario para conectar las situaciones que plantea la novela. Con una prosa bien pensada y prólogo de Mariana Enríquez, este libro no te dejará indiferente.
McDowell escribió los guiones de “El extraño mundo de Jack” y “Beetlejuice” y algunos episodios de “Cuentos de la cripta” y “Narraciones extraordinarias” entre otros, te prometo que lo leas vas a imaginarte en el mundo de Jack tan magistralmente adaptado por Tim Burton. Además, fue amigo y colaborador de Stephen King.
Y, como plus, seguramente encuentres intertextualidad con algún cuento de Poe, algunos mitos griegos, con Paracelso, todas las historias de casas embrujadas, el rol de los muertos y ese volver a la tierra.
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CarolBesada
 27 November 2021
“El terror nocturno era comprensible, ¿pero cómo calificar a un hombre cuyos miedos persistían después de la salida del sol?” se pregunta, Dauphin, uno de los protagonistas.
En el contexto de esta historia, yo lo calificaría como una persona muy perceptiva porque no solo la noche puede ser terrorífica (que es lo que cualquiera esperaría). de hecho, Mariana Enriquez dice en el prólogo que “al terror le gusta encontrarnos donde nos creíamos casi invulnerables” por eso es que muchas de historias del género transcurren en casas que -se suponen- tienen que ser un lugar seguro.

Acá hay una casa que es de todo -menos segura-, un clima denso, unos personajes que se vinculan de una manera bastante particular… Y terror, claro.

Podría decir que no soy fan del terror (y me quedaría corta) igual si dijera que no me gusta nada (porque no me gusta nada), pero muy, muY, mUY, MUY de vez en cuando me tiento, pruebo… y mientras leo me pregunto con qué necesidad.

En un principio Los elementales es más bien gótico con unos toques asquerositos mezclados con cierto humor que aliviana. El tema es que a medida que la historia avanza, el clima se pone más opresivo -y caluroso-, lo oculto empieza a develarse, la acción vira hacia el terror propiamente dicho (y llega el momento ¿con qué necesidad?).

La historia es muy genial y, para quienes somos aprensivos, “bastante” tolerable. Prueba de esto es que no soñé (puede que me jugara a favor el insomnio)… Igual esperé que fuera de día para enfrentar la última parte (tan valiente no soy).

Si alguien quiere leer -de manera legal- esta historia, (y tantas más) me avisa y le paso una invitación para acceder a sesenta días de lecturas gratis en Scribd.
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Citas y frases (8) Ver más Añadir cita
IknemIknem11 June 2021
El terror nocturno era comprensible, ¿pero cómo calificar a un hombre cuyos miedos persistían después de la salida del sol?
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KansasKansas05 December 2020
-Está bien -dijo Luker-. Admitamos que las mujeres Savage son esposas aceptables. Pero lo cierto es que, como madres son una porquería.
-¡Para nada!
-Barbara, no sabes lo que dices. ¿Por qué intentas defender a una muerta?
-Marian Savage...
-¡Las madres Savage se comen a sus hijos! -exclamó Luker!
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IknemIknem11 June 2021
—¡Bueno, te aseguro que eres demasiado joven para beber delante de mí!
—Entonces date vuelta.
—¡Por supuesto! —dijo Big Barbara, y se dio vuelta.
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LocuraPorLosLibrosLocuraPorLosLibros15 March 2022
¿Y qué es un fantasma sino una entidad que está condenada a repetir su tragedia, a visitar el lugar de su sufrimiento?
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IknemIknem11 June 2021
Te aseguro que no es nada bueno crecer teniendo miedo de todo las veinticuatro horas del día.
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