Un comunista en calzoncillos

Es un libro de memorias de la escritora Claudia Piñeiro en el que habla de su propia infancia, además de su padre, que tampoco es el eje del relato como promete el título. 

Después de haber leído un par de novelas que me gustaron mucho de Claudia Piñeiro, debo confesar que este libro me resulta un poco aburrido. 

Me hace pensar en cierta sugerencia que recibí alguna vez sobre no escribir relatos autobiográficos. Porque realmente uno siente que sus recuerdos son lo máximo y los revive con intensidad, porque son los tesoros íntimos de la memoria de cada uno y están cargados de afecto; pero quizás son muy aburridos para otros. O quizás esos recuerdos necesitan ser trabajados narrativamente para ser más atractivos o entretenidos. Aunque la autora dice en el libro que hay detalles ficcionalizados para lograr ese efecto, a mí no me convence.
También hace un juego de estructura al estilo de "Rayuela" con referencias que se pueden leer de forma intercalada o lineal, como sugiere la autora. Pero para mí no funciona.
Habiendo tan buenos libros de esta misma autora, creo que no lo recomendaría.

Un comunista en calzoncillos es hasta ahora el más personal de los libros de Claudia Piñeiro, puesto que relata el final de su infancia en el pueblo de Burzaco, donde ella nació, en la periferia de Buenos Aires. Es una ficción autobiográfica que cubre parte de su niñez y adolescencia en Burzaco, etapa de su vida en que la complicidad con su padre fue máxima.

El título de la obra me llamó la atención por su lado pedestre , pero queda estupendamente explicado en el texto: este padre « que se decía » comunista, pero que se quedaba en casa bebiendo mate (¿era un español totalmente argentinizado entonces?) y en calzoncillos, es decir, a sus anchas. Un comunista « en pantoufles » diríamos en francés.

Hay una doble ruptura en el libro: la humana y la histórica. La histórica porque el país vive la caída del gobierno de Isabel Perón y la llegada del poder militar con Jorge Rafael Videla en 1976. Y la humana porque la narradora dejará atrás la adolescencia, esta etapa de su vida tan cerca del padre, ese ser tan solar en su vida, ese hombre amargado, ese hombre enojado con el mundo del cual la narradora es parte integrante, ese hombre que se creía comunista y decía que « el capitalismo se fue al carajo » . Entonces vaticinaba ideas claras sobre el país y la política.
El personaje central de la novela es el padre: un padre joven y apuesto, solar y cómplice, pero al mismo tiempo ausente y lejano, inaccesible, ensimismado, secreto. Es una oda al amado y al mismo tiempo temido padre de aquellos años, oda al temor de perderlo por causa de otra mujer.

Trabajo de la memoria de parte de la escritora, que logra hacer revivir esos intensos momentos de su vida que dejaron huella y que la modelaron tal que la conocemos hoy.


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Ya llevo unos cuantos libros leídos de esta autora, me gusta bastante, si bien este ha sido el que menos me ha gustado. Imagino que es el más intimista e, incluso, puede que el que más le haya costado escribir; en él habla de su padre, una persona que fue especial y, también bastante egoísta. Este libro trata de la relación con él sobre todo y de cómo le marcó la infancia. No es de los mejores suyos pero imagino que era una espinita que se tenía que sacar, eso sí, no es muy largo.

Magnífico. Sensible. Profundo. Es mi padre...