La chica número 11

Martín siempre había abordado la naturaleza espantosa de su profesión con sentido del humor, igual que los policías y los asistentes sociales que conocía. Era la única manera de evitar que les estallara la cabeza con todo el dolor que veían en el mundo.

Fue como si alguien te atara una bomba al pecho y te entregara el temporizador, para que supieras con exactitud cuánto faltaba para que todo saltara por los aires.

No sabia muy bien que me iba a encontrar con este libro, y la verdad es que ha sido una sorpresa, sobre todo por el tipo de narración, ya que hay partes que son tipo "podcast".
La trama engancha desde el principio, Elena, nuestra protagonista y la dueña de sus podcasts, inicia una serie de "capítulos" con un caso de hace años, el cual no acabo resolviéndose, al que llaman el asesino de los números.
La novela esta dividida en cuatro partes para mi gusto las dos primeras son las mejores, son las mas frenéticas y las que ocurren cosas sin parar, pero al llegar a la mitad la historia se "repite" y se hace un poco más lenta.
La protagonista no acaba de gustarme, me resulta muy pesada y muy pedante... pero los demas protagonistas me han gustado.
Es una novela muy agil, muy sencilla, una primera novela de la autora que de verdad es admirable, y aunque el final es algo predecible, me ha gustado. Destaco el mensaje que deja la autora y sobretodo la forma original de la narración.

“Mientras sigas ignorando quien soy, es imposible que sepas lo que puedo llegar a soportar a fin de encontrarte”

Victimología, el estudio de las víctimas de un crimen. Cuanto más sepan los investigadores sobre la víctima, mayores serán sus posibilidades de dar con el asesino. ¿Qué llevó al criminal a escoger a su víctima en ese momento y en ese lugar, para matarla de esa manera? Esto puede sonar como que se está culpando a la víctima, pero la intención es poner el foco en el agresor.

Sé lo que se siente al experimentar un trauma, al vivirlo y respirarlo a diario. Sé lo que se siente cuando la aflicción se te incrusta en la piel, corre por tus venas, brota con tu sudor. Y sé lo que se siente cuando la gente te pide que lo revivas, que lo discutas de nuevo, hasta que te parece que estás sufriendo otra vez cada segundo de ese trauma.

Y luego están los casos que permanecen dentro de ti pase lo que pase, los que incluso décadas después te despiertan en mitad de la noche como si una araña hubiera estado paseándose por tu cara.

Me da la sensación de que hasta ahora todas las decisiones de tu vida las han tomado otros.