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Después de tanto sufrimiento, parece que el Instituto de Londres disfruta de una frágil paz. Cecily, la hermana que Will creía perdida, ha regresado para quedarse y entrenarse como una cazadora de sombras; Charlotte, directora del Instituto, y su esposo Henry están esperando un hijo; Jem le ha pedido matrimonio a Tessa, la cuál ha aceptado, y por fin se ha resuelto qué era aquello que mantenía alejado a Will de los demás, y es que llevaba desde pequeño creyendo que había sido maldecido por el demonio Marbas y que cualquier persona a la que amara sufriría un final trágico por su culpa. Tras descubrir que había vivido engañado todos estos años, su propósito es recuperar el amor de Tessa, pero al saber que su parabatai y mejor amigo Jem pretende casarse con ella, este prefiere ocultar sus sentimientos y dejar a la pareja ser feliz. Pese a todo ello, la sombra de Mortmain y su sed de venganza contra los nefilims sigue latente y los moradores del Instituto de Londres no pueden ignorar su amenaza. El detonante que rompa una vez más la delicada felicidad del grupo será la llegada inesperada de Gabriel, el pequeño de los Lightwood, al Instituto. Acudirá en busca de su hermano Gideon, pues resulta que el padre de ambos y enemigo ferviente de Charlotte, Benedict, se ha convertido en un gusano gigante debido a la viruela demoniaca, una enfermedad que puede afectar a aquellos que tienen relaciones estrechas con demonios. A raíz de ahí se comenzará a tirar de los hilos y averiguar qué relación tiene Benedict con Mortmain y cómo pueden descubrir cuáles son sus planes y su próximo paso. Príncipe mecánico cerraba con muchas sorpresas y muchos cambios, algunos de los cuáles se habían ido gestando poco a poco y otros que eran una verdadera sorpresa. Este tercer y último libro comienza justo en ese punto, por lo que inicia con una potente carga de acción y sobresaltos. Lo más interesante de esta novela es que se añaden tres personajes más al elenco principal que son los hermanos Lightwood y Cecily. de Gabriel y Gideon ya se nos dan pinceladas con anterioridad, pero poco conocemos de ellos más allá de la férrea rivalidad entre Gabriel y Will, que no se soportan, y Gideon como el hermano mayor maduro que intenta mantener la dignidad del apellido Lightwood a pesar de las atrocidades de su padre y que no comparte para nada ni sus métodos ni sus opiniones. Gideon y Gabriel aparecen con mayor asiduidad cuando comiencen a entrenar a Sophie (sirvienta del Instituto con la Visión) y Tessa respectivamente. Será cuando Gideon decida mudarse al Instituto a causa de los trapicheos de su padre cuando le conozcamos mucho mejor y lo mismo sucede cuando Gabriel acude a ellos para que le ayuden a controlar a su padre y se aloje allí temporalmente porque no tiene otro sitio a donde ir. Gideon es un personaje del que me enamoré nada más aparecer porque me parece un chico valiente, sincero, que se preocupa mucho por los demás, que no es nada elitista ni clasista (al contrario que su familia), leal y buen amigo. Además, la relación que inicia con Sophie me parece preciosa y es sin duda mi favorita de esta trilogía. En cuanto a Gabriel, sin duda es un niñato irritante y repelente que de primeras cae mal, pero cuando se le conoce mejor, es imposible que no encariñarse con él. Es un chico víctima de sus circunstancias que ha crecido sin una madre y con un padre que no es el mejor ejemplo a seguir y que solo busca poder y dinero. Por suerte, su visión de Charlotte y su equipo y de la labor que estos realizan cambiará cuando trabaje con ellos codo con codo y estén viviendo en el mismo espacio, lo que a su vez nos ayudará a conocerle mejor y a darnos cuenta de que es mucho mejor persona de lo que parece. Por su parte, Cecily es la gran revelación y uno de los grandes plot twist que se daban en el libro anterior. La familia Herondale termina en manos de Mortmain, si que estos lo sepan, y Cecily huye de casa en su afán por recuperar a Will y convencerle de que regrese a casa con ellos. Tanto Will como Cecily han sido criados por unos padres que despreciaban el mundo de los cazadores de sombras y que no querían ese destino para sus hijos, por lo que Cecily no entendía por qué su hermano mayor había elegido libremente esa vida para él. Cuando por fin se reúnan, la pequeña de los Herondale experimentará en sus propias carnes lo mucho que disfruta Will de ser un cazador de sombras y pronto entenderá por qué Will elige deliberadamente esa vida de peligro y adrenalina. Cecily es descarada, terca, valiente y un poco suicida. Vaya, la versión femenina de Will. Y este se desquicia porque intenta protegerla y tenerla a salvo pero no puede porque son dos gotas de agua. Ver a Will en el papel de hermano mayor es muy divertido, sobre todo porque por fin comprende la impotencia que deben de sentir los que le rodean ante sus mismas actitudes reproducidas en Cecily. Jem y Tessa siguen en la misma línea, planeando un matrimonio feliz y a la par triste debido a la enfermedad que aqueja a Jem y que le está matando poco a poco. Para más inri, ahora que Tessa conoce los verdaderos sentimientos de Will su corazón está aún más dividido entre ambos chicos y sabe que sea cual sea su decisión, será como si le faltara un pedazo de alma por tener que elegir entre los dos. Si bien es cierto que, como ya he comentado en alguna ocasión, no sé si me termina de convencer cómo lleva Cassandra Clare esta relación a tres bandas, la verdad es que su desarrollo en este último libro es de lo más emotivo y es imposible no emocionarse con algunas escenas. Eso sí, también he de decir que algunos pasajes son excesivamente edulcorados para mi gusto y que por más que ame a Jem, los discursos ñoños y rebosantes de azúcar que le dedica a Tessa me daban diabetes, más que enternecerme. Pero eso ya es cosa mía. Respecto a la trama, como ya he dicho más arriba, el libro empieza fuerte con la irrupción de Gabriel en el Instituto para pedir ayuda para controlar a su padre, quien se ha convertido en un gusano gigante debido a la viruela demoniaca (hecho que congratula enormemente a Will). A partir de ahí, la acción y la intriga solo irá in crescendo y los personajes tendrán que enfrentarse a nuevos retos cada vez más difíciles y peligrosos, lo cuál dejará innumerables bajas. En este sentido, es un libro que te da una de cal y otra de arena porque brinda momentos preciosos entre los personajes y que hará que se te encoja el corazón, pero al mismo tiempo es el más duro de los tres porque vemos cómo el sufrimiento que han ido desarrollando ciertas subtramas a lo largo de los libros anteriores culmina aquí y sabemos que no de una manera satisfactoria para el lector emocionalmente hablando. El ritmo es trepidante y ágil tal y como nos tiene acostumbrados esta autora y se descubren secretos que nos mantienen en vilo casi desde el primer libro como la verdadera naturaleza de Tessa. Es considerado el mejor libro de las dos primeras sagas de Cazadores de Sombras y, sin duda, no es para menos. Princesa mecánica es una novela preciosa y a la vez dolorosa que supone un cierre redondo para esta trilogía, que te hará enfurecer, llorar y amar cada página. Por suerte, la autora nos da la oportunidad de reencontrarnos con algunos de sus personajes en libros posteriores Enlace: https://notodoesfantasia.blo.. |
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