Tras disfrutar del regreso de Jane Marple a la literatura, volvemos con una nueva historia de Hércules Poirot, que no es amigo de quedar a un lado durante mucho tiempo y reclama el subidón de los focos centrados en su persona. En esta su ya vigésimo quinta aventura literaria es contratado para resolver un asesinato con tintes muy diferentes a los casos que suele aceptar. Os cuento.
Poirot recibe la visita de Carla Lemarchant, una joven de veintiún años que le cuenta brevemente su vida antes de explicarle el motivo de haber acudido a él. Carla es hija de un afamado pintor, Amyas Crale, asesinado por su esposa (y madre de Carla) dieciséis años atrás. Con apenas cuatro años Carla fue enviada a vivir con unos familiares a Canadá, se olvidó de haber tenido otros padres y otra vida, y no ha sabido nada de todo este asunto hasta cumplir precisamente esos veintiún años (su mayoría de edad). No solo se ha enterado de todo el percal y de que su madre murió un año después de entrar en prisión sin haber intentado defenderse de las acusaciones, sino que también ha leído una carta que su progenitora dejó para que leyera en esta onomástica en la que (ahí sí) proclamaba su inocencia. Carla está prometida en matrimonio, y no quiere casarse pensando que tiene genes homicidas (dice que su futuro marido la mira raro de vez en cuando, como sopesando si será igual que su madre), y lo tiene claro: si su madre dice en la carta que era inocente, es que lo era aunque en vida no se defendiese, y quiere que Poirot descubra la verdad de lo que pasó dieciséis años atrás y la identidad del verdadero asesino. Poirot le dice que las dos cosas no tienen por qué ser incompatibles (la verdad no tiene que implicar necesariamente que su madre no fuese la asesina), pero Carla no se echa atrás y Poirot acepta el caso.
Como os decía arriba, ya son veinticinco los libros protagonizados por Poirot, y a su creadora le gustaba inventar de vez en cuando buscando nuevas formas de contar las investigaciones, así que en el caso de
Cinco cerditos no solo nos encontramos con la novedad de tener que resolver un caso ocurrido en el pasado (a ver, entendedme, novedoso o poco visto para la época en que fue escrito... os digo lo de siempre, lo que ahora parece trillado hace casi cien años no lo era en absoluto), sino que estructura la narración en tres partes, siendo una de ellas bastante distinta a lo habitual. Os explico.
En el Libro primero (o primera parte), Poirot se mueve por terreno conocido, y se entrevista con todas aquellas personas que tuvieron relación ya fuese con el fallecido y su asesina convicta o con el propio juicio. de este modo hablamos tanto con las cinco personas sospechosas que estaban presentes en la casa o cerca de ella en el momento del asesinato (las descubriréis bien pronto en el libro y no tiene ningún misterio pero le pongo secretismo al tema porque yo lo valgo xD) como con algunas de las personas que formaron parte de la investigación o el juicio posterior, como policías, el fiscal, el abogado defensor o los procuradores. ¿Qué tenemos en el Libro segundo? Pues una consecuencia del primero, y es que Poirot le pide a cada uno de esos cinco sospechosos que le pongan por escrito un relato de lo que ellos recuerdan sobre los días previos al asesinato y el mismo día del crimen, y eso tenemos en esta parte: cinco memorias sobre la misma época pero con cinco puntas de vista muy diferentes. En unas cosas se coinciden, en otras no, aparecen detalles supuestamente irrelevantes, surgen hechos o conversaciones que en su día se mantuvieron en secreto.... Y esto nos lleva al Libro tercero, porque con todo este material Poirot y sus células grises sacan conclusiones, realizan las preguntas requetedefinitivas y desenmascaran al culpable en una de esas reuniones marca de la casa que tantos, TANTOS autores han emulado. No os lo parecerá así contado, pero leyendo a la Christie en orden y teniendo en la cabeza sus estructuras narrativas asta ahora, el planteamiento es completamente nuevo y lo de solicitar los cinco relatos también.
Al hilo de esto, a lo largo del tiempo he leído alguna opinión donde se dice que lo de leer los cinco puntos de vista sobre las mismas escenas resulta repetitivo, y me sorprende mucho, la verdad, porque precisamente ahí está el quid de la cuestión y el desafío que le lanza la Christie al lector: es decir, te voy a contar lo mismo de cinco maneras distintas, a ver si eres capaz de detectar las incongruencias, los detalles escondidos, lo que se intenta resaltar, lo que se intenta maquillar... lo que no cuadra y lo que tiene más importancia de la que parece, porque eso es lo que va a hacer Poirot cuando lea esos cinco relatos y va a tener la misma información que tú para resolver el misterio. Si él puede, tú puedes... si sabes usar las neuronas grises, claro. Vamos, que si me preguntáis a mí, en esos cinco relatos está toda la gracia del libro, pero lo mismo no soy objetiva.
A todo esto, no sé si tenéis curiosidad por saber de donde viene lo de los
Cinco cerditos del título. Ya al principio de la novela Poirot reflexiona sobre la presencia de canciones infantiles en su vida desde hace un tiempo (buena prueba la tenemos con
Diez negritos, aka
Y no quedó ninguno), y
Cinco cerditos sigue el mismo derrotero. En inglés se conoce como Five Little Piggies, y su último párrafo dice tal que así:
This little piggy went to the market
This little piggy stayed at home
This little piggy had an ice-cream
This little piggy had none
And this little piggy cried "wee wee wee"
All the way home
Hay cinco sospechosos en el caso y cinco son las estrofas que componen este párrafo (obviando la última que no hace alusión a ningún piggy), así que Poirot asocia cada uno de esos piggies a uno de los sospechosos por razones más que justificadas que descubriréis si leéis el libro, y así titula la Christie los capítulos dedicados a cada uno de ellos. No os digo qué sospechoso es cada piggy, pero la cosa quedaría así:
Este cerdito fue al mercado
Este cerdito se quedó en casa
Este cerdito comió carne asada
Este cerdito no comió nada
Y este cerdito lloró: "¡Uy, uy, uy!"
Recordaba la resolución;
Cinco cerditos es de esos libros que, si los has leído, no olvidas al culpable precisamente por lo novedoso del planteamiento, pero me ha dado igual y lo he disfrutado igual que la primera vez que lo leí. No recomiendo ni dejo de recomendar los libros de
Agatha Christie porque la experiencia me dice que o te gustan mucho o les ves defectos por todas partes o te parecen un rollazo... y yo no quiero responsabilidades xD. Ah, y nos encontramos una vez más con un personaje femenino que es arqueóloga y exploradora y se dedica a viajar constantemente por el mundo... ya os comenté que desde que Agatha comenzó sus viajes arqueológicos y se casó con Max Mallowan se aficionó a introducir este tipo de personajes en sus novelas (y ese tipo de ambientaciones para sus libros, aunque
Cinco cerditos no sea ejemplo de esto último).
Y ya que estamos hago un inciso. Acabo de ver por fin la adaptación de
Muerte en el Nilo de Kenneth Branagh, y no entro a valorar la adaptación porque me conozco (entretenida con licencias cuestionables), pero Branagh como Poirot es un horror, y esto os lo dice una adoradora de Kenneth Branagh hasta el tuétano desde que tiene memoria... pero a ver, NO, Kenny... NO.
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