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Crítica de richmarcelo


richmarcelo
16 November 2020
A causa de mi conocido interés por varios talleres de escritura, clubes de libros, seminarios, simposios, conferencias, congresos, cursos abiertos y demás, me llegó una invitación dentro de un frugal sobre. El remitente era una tal señora Clark, ayudante de Brandon Whittier, y en el sobre se podía leer con pulcritud: «Colonia de escritores». En la carta interior decía lo siguiente…

Estimado futuro colono.

Si usted se considera un escritor aficionado o aspirante a escritor, y tiene varios impedimentos para lograr la tan anhelada OBRA MAESTRA, aquella que dé sentido a su existencia, que se convierta en su boleto a la fama, queda, con todo el honor del caso, invitado a formar parte de la Colonia de escritores del Sr. Brandon Whittier.
Nuestra colonia dispone de un espacio aislado y fuera de contacto con el mundo exterior, un paraíso donde se sentirá a salvo. Imagine la histórica Villa Diodati de Mary Godwin, Percy Shelley, Lord Byron y John William Polidori; figúrese estar dentro de Los cuentos de Canterbury. Tres meses en los que podrá sentirse como una verdadera cobaya humana, un conejillo partícipe de un experimento a la altura del realizado en la cárcel de Stanford o el experimento ruso del sueño.
Ofrecemos alojamiento en un auténtico teatro que le permitirá narrar a otros lo creado. Un lugar con varios ambientes decorados sin aburrimiento. Comida gratis, servicios básicos, calefacción y lavadora.
Conseguirá meterse en las entrañas de un secuestrado. El lugar lo envolverá hasta que sea capaz de crear algo oscuro y transgresor, abyecto y abominable. Tendremos para usted los ‘tips' con los cuales se le hará fácil y natural exagerar las cosas, volverse un drama que venda a satisfacción cualesquier historia.
No se preocupe si de pronto prefiere el anonimato, le encontraremos un seudónimo acorde a lo que cuente, o a los pecados, defectos o crímenes a su haber.
En la Colonia de escritores de Brandon Whittier vivirá junto a gente creativa, aprenderá cosas interesantes de colegas interesantes. Como el memorable Saint Gut-Free, Santo Patrón de la Masturbación, experto en parafilias y en la famosa Pesca de Perlas. O la recordada Mother Nature, hippie de la New age, graduada de la escuela de masajes y versada en reflexomasturbación. O la modelo fitness Miss América, quien aprendió a venderse en los programas de televisión. O la Lady Baglady, quien descubrió lo interesante de la nueva moda de los ricos: multimillonarios que juegan a ser pobres.
Tendrá periodistas y sus grabadoras a disposición, profesionales similares a The Earl of Slander; periodistas que saben cómo deformar la realidad y moldearla al antojo hasta que calce con la nota que les lleve al estrellato, así los resultados sean execrables.
Aprenderá del mismísimo señor Whittier, quien preside el retiro y padece progeria. Gente de la talla de The Duke of Vandals, dueño del secreto de cómo posicionar una obra al eliminar al autor pues un muerto vende más. Yo, la señora Clark, también estaré ahí. Yo, la misma que arruinó su matrimonio y familia al filmar una película snuff.
Gente variopinta, gente como la Director Denial y sus métodos para castigar a quienes desfogan su pederastia latente en muñecos de niños anatómicamente detallados, hechos en la ex URSS. Reverend Godless y su arte de conseguir dinero fácil, es decir, hacer playback, provocar a la gente y cobrar por cada golpe.
Conocerá historias disímiles, tal que sí: The Matchmaker y el sonido familiar “Suuu-ruuuc” proveniente de las gitanas degolladas por oficiales nazis tras una felación. Yo, la señora Clark, sabré advertirle sobre las Cajas de Pesadillas; un solo vistazo al interior y la vida deja de tener sentido.
Estará inmerso en una calurosa cofradía. Por mencionar, tuvimos a una Sister Vigilante, parte de un jurado en un juicio sobre un homicida que fulminaba todo con una pesada bola de boliche. Tuvimos un Chef Assassin extorsionador de multinacionales de cuchillos a través de mala publicidad. Tuvimos una Comrade Snarky, asistente en grupos que se reservan el derecho de admisión y de participación, sin que se pueda hacer nada, así se haya descubierto un hueco legal en las reglas de ingreso. Un Agent Tattletale y su empleo fuera de lo común; visualice ser un detective fiscalizador que comprueba la veracidad de la condición de la gente lisiada que recibe subsidios estatales. Un The Missing Link, aficionado a la criptozoología, y su teoría loca de que todas las manifestaciones y apariciones de yetis y pies grandes en el mundo obedecen a una plausible explicación: son hombres peludos y monstruosos emparentados entre sí, tienen una doble vida y padecen algo similar a la hipertricosis.
Pasaron por nuestra colonia aspirantes como The Countess Foresight y su anécdota sobre las tiendas de antigüedades que venden falsificaciones del feto que perdió Marilyn Monroe. The Baroness Frostbite, quien narró la terrible experiencia de los que caen en los cráteres hirvientes, tan hirvientes que son capaces de derretir piel y huesos. Porque sabemos de cuerpos, yo misma puedo explicarle a la perfección el proceso de descomposición de un cuerpo a la intemperie; siempre tomo como ejemplo a mi hija recostada en el bosque. También sabemos de enfermedades extrañas, nunca olvidaré a Miss Sneezy contagiada de Keegan Tipo 1 y confinada en la isla de enfermos peligrosos para la humanidad.
En nuestra colonia se saboteará y saboteará al resto. Estropearán las pocas comodidades hasta crear una cámara de torturas, un Museo de Nosotros. No será necesario que se culpen de los destrozos, siempre habrá chivos expiatorios fantasmas o villanos a quien culpar. Destruir los cables de las alarmas de incendio, dañar las cerraduras con dientes de tenedores plásticos, estropear la comida preservada en bolsas de Mylar. Averiar la lavadora, la iluminación, calefacción, ventilación, agua caliente. Tapar los baños con la comida descompuesta.
¿Y si no llega la OBRA MAESTRA? al menos quedará suficiente material de guion vendible, un futuro documental tan execrable como ‘Holocausto Caníbal' de Ruggero Deodato. Pues le prometemos suicidios y muertes en circunstancias especiales. Mutilación de miembros. Querrá cortarse su propio pene y darlo de comer al resto, porque es preferible comer un hombre que una mascota; ellas son las que nos vuelven humanos.
Comprenderá que a todos nos gusta la guerra y los conflictos, vivimos por y para satisfacerlos. Somos asesinos, hemos matado con el fin de situarnos en el lugar en el que estamos, hemos matado a antepasados, parientes, personajes históricos. Creamos desastres y dramas porque nos preparamos para la llegada del desastre final: la muerte. Y luego vencerla al convertirnos en fantasmas, vencerla al dirigirnos al infierno que nos corresponda, pues la paz en el mundo llegará solo cuando todos hayamos desaparecido. Amamos el dolor y no podemos dejarlo atrás. La vida nos hace sufrir y también nos pule. No tenga miedo del suicidio, es solo emigrar hacia una fiesta perpetua en Venus.
A fin de cuentas, las historias, los relatos, las anécdotas y vivencias sirven para eso: digerir lo que nos pasa, digerir y absorber nuestra propia vida, lo que nos enferma y envenena; hacer terapia y convertirlo todo en una broma infinita. Porque lo que no se puede contar pudre desde dentro. Sepa del beneficio de traer a su favor todo esto y hacer que la gente sienta como usted y lo ame.
Si acepta, se siente comprometido y quiere participar, dentro de una semana a la madrugada pasará por usted un bus turístico. Deberá esperarlo en la puerta de su domicilio, todo en secreto. Solo necesitaríamos que deje una nota sobre su desaparición a alguien de confianza o que usted le importe. Ah, casi lo olvido, está permitida una sola maleta de equipaje. En el bus conocerá a los demás afortunados.
Aprovecho la ocasión para remitirle mi más cordial saludo.
Atentamente,
Sra. Tess Clark



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