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Es la primera vez que leo a la autora y sé que no será la última. Me ha encantado leer y sentirme partícipe de la investigación, me he sentido como si estuviera jugando al cluedo: ¿quién es el asesino?, ¿dónde la mató?, ¿con qué la mató?, ¿por qué la mató? Decir que el desenlace no me lo esperaba para nada, me sorprendió bastante. Aunque la deducción sí que fue algo fuera del alcance del lector, puesto que los detalles que en ella se explican, en ningún momento se dan en la trama, por lo que el lector no puede deducir nada, solo puede sorprenderse. Gracias, Elsa, por abrirme los ojos en este aspecto. Conoceremos a un montón de personajes, más y menos relevantes para la trama, pero, al fin y al cabo, ayudan a enredar todo y que te sientas despistadx, ayudan a que sospeches de todos ellos. Escrito en tercera persona y con tono irónico, Agatha consigue destensar la trama. Con un lenguaje muy sencillo y que va directo al asunto que nos compete. Desde este punto de vista conoceremos todos los escenarios y todos los personajes, pero de manera meticulosa, puesto que no se puede colar ningún detalle que nos revele el final. Todo comienza una mañana en Gossington Hall, vivienda del Sr. y la Sra. Bantry, en la cual su biblioteca es el lugar del crimen de una misteriosa jovencita rubia. Ni los señores ni el servicio conocen a la chica, tampoco saben qué pasó ni cómo llegó allí. El Sr. Bantry acudirá a la policía, pero la Sra. Bantry llamará a su buena amiga Miss Marple, a la cual no se le escapa ningún detalle de las personas, tanto físicas como de su comportamiento. Poco a poco todo se irá conectando hasta llegar al hotel Majestic, lugar en el que conoceremos a multitud de personajes entre los cuales puede estar el asesino. En este tipo de novelas, los policías/investigadores quedan relegados a un segundo plano, y se les trata de “tontos”, ellos no son quiénes resuelven el crimen. En este caso, será Miss Marple y su ojo analítico. |
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