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Leer a Agatha Christie siempre es agradable. Empezar un libro suyo es toda una aventura para mí. Descubrir personajes pintorescos y característicos, así como una ambientación brutal que sienta las bases de la historia. Y después de varios libros leídos de la autora he llegado a mi primer tropiezo, y es que “Testigo de cargo” no me ha gustado. No considero que sea un mal libro, y he disfrutado leyéndolo, pero no ha terminado de convencerme. Quizá porque no estamos ante una novela, sino ante una colección de relatos y sinceramente, de los nueve relatos que componen el libro solo me ha convencido del todo uno. Y es que aunque parten de ideas muy buenas, es en el modus operandi donde fracasan. A algunos relatos les faltan unas cuantas páginas más para que la historia quede más redonda. Otros empiezan bien y cuando consigues meterte en la historia, pum, se termina con un final forzado, muy abrupto o con una trampa que se saca la autora de la manga para finalizar y hace que el relato pierda toda su esencia. El último relato, “El segundo Gong”, pensé que sería mi favorito ya que aparece Poirot, pero la verdad es que aunque empezó bien, según iba leyendo me saturaba muchísimo la historia, ya que es como una novela de Poirot pero comprimida en 30 páginas. Si este relato hubiese tenido más páginas o menos personajes, capaz habría quedado redondo. El relato que más me gustó, “El accidente”, sí me pareció redondo de principio a fin, por la forma en la que está narrado y por la historia en sí, pero los otros ocho, no terminaron de convencerme del todo. En resumen, no me parece un mal libro, pero considero que Agatha en los relatos se queda muy corta. Si en lugar de 9 relatos hubiesen sido 3 más extensos, creo que podría haber sido otra cosa. Agatha Christie es experta en presentar y desarrollar personajes y desviar nuestra atención de aquí para allá para despistarnos, y eso en un relato de 30 páginas es muy complicado. Esta vez no me has convencido Agatha, pero te seguiré leyendo, porque me encantas. + Leer más |