Sangre en la piscina

Doy el pistoletazo de salida para la nueva temporada de reseñas 2024 de mi reto atemporal de Agatha Christie, y lo hago con Sangre en la piscina, publicado en 1946 (llevo siglos con esto y solo he cubierto veinticinco años de la bibliografía de esta mujer... no digo ná y lo digo tó). ¿Protagonista? El incansable y eterno Poirot. Pero antes os cuento un poco sobre el libro.

Poirot se ha comprado una casita en el campo para pasar los fines de semana, y ha sido invitado a comer por una de sus vecinas, lady Angkatell, dueña de The Hollow. Cuando llega allí se encuentra de bruces con una escena totalmente artificial que parece sacada de una obra de teatro: varias personas estupefactas y quietas, que aparentemente han llegado a una piscina desde caminos distintos, una mujer con una pistola en la mano y, a sus pies, un hombre moribundo en el borde de esa piscina, que solo pronuncia una palabra antes de morir, "Henrietta" (el nombre de otra de las mujeres presentes en la escena). A Poirot todo le parece tremendamente escenificado, ocurren varias pequeñas cosas que provocan sus sospechas, pero el caso no resulta nada fácil de resolver... si fuera fácil no haría falta la presencia de Poirot, claro está.

Bueno, pues aquí tenemos otro caso de Poirot, que una vez más hace gala de su extraordinaria cuenta bancaria porque no hace más que comprar casas por toda la campiña inglesa y jamás se queda en ninguna (será porque en todas acaba ocurriendo cerca un asesinato). En cualquier caso tarda en aparecer, porque Agatha Christie echa mano nuevamente en este libro de un recurso que gusta mucho de usar desde hace un tiempo: el de reservar los primeros capítulos (diez, en este caso) para presentar a todos los personajes que van a formar parte de la trama y que, por tanto, probablemente serán sospechosos en algún momento, las relaciones entre ellos y el motivo de que estén todos reunidos en el momento del asesinato. Y no es hasta el momento exacto en que se comete ese asesinato que Poirot nos honra a todos con su presencia.

¿Quiénes son los protagonistas de esta historia? Pues por un lado tenemos a lady Angkatell y su marido, quienes residen en The Hollow, lugar donde se comete el crimen. Lady Angkatell es una mujer bastante peculiar, de esas a las que en las novelas todo el mundo soporta y perdona sus peculiaridades pero que en la vida real no aguantaría ni el tato. A ella es a quien se le ocurre la idea de esta reunión y quien decide invitar a Poirot, que realmente no pinta nada en un acontecimiento tan familiar salvo que la anfitriona tenga algo en la cabeza. El marido, pues un buenazo que bastante tiene con soportarla. Luego tenemos a Midge, la típica pariente pobre que trabaja explotada en una tienda de Londres y en la que nadie se fija. Ahí se presenta también el matrimonio formado por John y Gerda; él es un guaperas infiel y ella un pan sin sal que aguanta lo que sea con tal de tenerlo al lado. Luego está Henrietta, independiente, de carácter muy fuerte y que se dedica a la escultura profesionalmente. ¿Quién más? Pues Edward, sobrino de los Angkatell, y David, futuro propietario de The Hollow, que preferiría estar comiendo piedras a pasar un fin de semana con toda esta gente. ¡Ah! Y una mujer del pasado que hace ¡chas! y aparece por allí a complicarlo todo. No diréis que Agatha no nos daba sospechosos entre los que elegir... El caso es que dedica buena parte de los primeros capítulos de la novela a presentarnos individualmente a muchos de estos personajes (no a todos) antes de que se reúnan en The Hollow y a mostrarnos la dinámica entre ellos cuando ya están todos juntos. Descubrimos muchas cosas antes de que se cometa el asesinato porque ya sabemos que estos ingleses de la alta sociedad tienen mil secretos, pero también quedan otras muchas en el tintero que serán las que tenga que sacar Poirot a la luz.


Dicho todo esto, me vais a perdonar lo que voy a decir porque intento no juzgar nunca a los personajes, pero me resulta incomprensible la adoración que despierta John Christow entre varias mujeres de esta novela. No puedo entrar en detalles por no hacer spoilers, pero es un ser horroroso, egocéntrico, narcisista, que solo piensa en sí mismo, en su bienestar, en su placer, en lo mucho que se merece en la vida y en lo poco que le importa hacer daño a quien tiene cerca o le quiere... una adoración idealizada y cegata por parte de ciertos personajes que persiste hasta el infinito y más allá. Y tengo muy claro que esta sensación, esta percepción, es conscientemente buscada por la autora, pero vaya, que me ha parecido un tiparraco que no se merece ni una milésima parte de la atención que recibe. He dicho.

¿El final? Retorcido, complicado y, sin embargo, totalmente coherente con todas las miguitas que deja la Christie por el camino. Es una historia peculiar, se lee algo diferente al resto de sus novelas más típicas. Durante toda la novela pulula un algo desolador, un algo triste y pesaroso que nada tiene que ver con el propio asesinato. Muchos de los personajes tienen una mochila muy pesada a la espalda, sueños frustrados, sentimientos enterrados a base de pico y pala que se niegan a verbalizar. Ha habido una muerte, pero ellos están a otras cosas, necesitan poner puntos sobre íes y tomar decisiones que llevan posponiendo mucho tiempo. Son personajes como más reales, más tridimensionales... no sirven solo para el propósito de figurar como sospechosos en la novela, sino que son personajes con derecho propio y son ellos y sus circunstancias los que realmente importan. Da la sensación de que el asesinato es solo una excusa para contar sus historias explorar sus debilidades y fortalezas y presionarles para comprobar hasta donde pueden llegar (bueno, en realidad esto es muy típico de la Christie, pero por lo que sea lo he sentido muy acusado en esta novela).

Lo he dicho muchas veces: desde fuera, cuando solo se ha leído lo más famoso de Agatha Christie o no se conoce a fondo su obra, parece que todo lo que escribía era igual, que sus novelas son todas idénticas y que se dedicaba a hacer copia-pega y ver venir los cheques. Pero no. le gustaba probar cosas nuevas, estructuras diferentes, alternativas a la hora de presentar sus misterios... podía hacer lo que quisiera porque lo que escribiese saldría publicado, pero al mismo tiempo sabía que ese privilegio se lo debía sobre todo a Poirot, e intentaba conjugar ambas cosas lo mejor posible haciendo uso, cada vez más, de esa libertad a la hora de escribir. O esa es la sensación que yo tengo conforme voy avanzando en el reto, vaya.
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Otra historia de la reina de la novela policiaca: Agatha Christie.

De nuevo me reúno con Poirot en una novela cuya trama parece imposible, pero no para este inteligente y singular detective.


¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Una vez más, Poirot se va a ver envuelto de la forma más aleatoria, en medio de un asesinato en el que hay demasiados sospechosos y solo una respuesta a todas las preguntas.

John Christow es un médico que adora su trabajo y es especialmente querido por sus pacientes. Un hombre casado con una mujer que lo idolatra y lo ama por encima de todo. Un hombre egoísta que quiere que las mujeres lo admiren y que busca que la mujer de la que se ha enamorado, Henrietta, lo deje todo por él.

Aunque el fin de semana en The Hollow prometía ser espléndido para John, acaba por convertirse en el momento de su muerte a manos de uno de los invitados o los anfitriones.

Poco a poco, salen a la luz los distintos móviles que tendrían los huéspedes de The Hollow para querer poner fin a la vida del médico, pues tal vez no es tan querido como en un principio su esposa, Gerda, podía suponer.

Una novela en la que Hércules Poirot pierde protagonismo contra el resto de personajes, que resultan intrigantes, interesantes y, por supuesto, sospechosos de asesinato.


Mensaje de la novela: A pesar de que Agatha Christie es una gran conocedora del comportamiento humano y de la sociedad en la que le tocó vivir, en sus novelas de misterio no encontramos ningún tipo de mensaje oculto que ella quiera transmitir.

Cada lector puede interpretar lo que desee, leyendo entre líneas, pero no es la intención principal la de esconder nada dentro de la obra, más allá del misterio por resolver.


Personajes: Como siempre, Agatha Christie nos regala unos personajes muy bien construidos y que constituyen la parte más importante de la obra. El propio misterio siempre se encierra en sus actitudes y en lo que tratan de ocultar.

Aunque la mitad de la novela se centra en presentarnos a la víctima y sus defectos, así como las relaciones que ha tenido con el resto de personajes, poco a poco vamos a ir conociendo a los demás, viendo su lado más oscuro, pese a que traten de mostrarse como buenas personas y con unos valores exquisitos.

Esta es una historia que se centra mucho en sus personajes, convirtiéndoles en el eje central de la trama, más allá del misterio.


Lo que más me ha gustado: La pluma de Agatha Christie y cómo logra crear unos personajes tan complejos y llenos de matices.

Cómo se va manteniendo el misterio hasta casi llegar al final.
Tal vez algún lector pueda descubrirlo antes de tiempo, pero la autora logra engañarnos a través de los diferentes giros y acontecimientos que se suceden en la novela.


Lo que menos me ha gustado: Aunque siempre es un gusto leer una novela de Agatha Christie, en esta ha habido algún punto que me ha disgustado, empezando por el hecho de que apenas hemos visto a Poirot en acción.

En algunos momentos, la lectura me ha resultado un poco lenta, faltando algún momento de acción o tensión entre personajes.

Tal vez hayamos tardado demasiado en llegar al punto interesante en la lectura, ya que Christie ha dedicado bastantes páginas a lo que importa a John, quien ha resultado ser la víctima y no el verdadero protagonista (aunque pareciera todo el tiempo lo contrario).


Conclusión: Como no estoy siguiendo un orden concreto a la hora de leer las novelas de Agatha Christie (me guío más por la sinopsis que por el año de publicación), a veces las obras van dando altibajos. Es clara la evolución de la autora, aunque ya desde un principio se nota que sus obras de misterio son magníficas.

Sigue siendo siempre para mí un acierto y un placer leer a la autora y sin duda alguna la recomiendo, aunque no pueda poner un 10 a todas sus novelas.

«Sangre en la piscina» presenta el extraño asesinato del Doctor John Christow en la piscina de la mansión de la familia Angkatell, mientras su esposa le apunta con el arma frente a varios de los invitados de Lady Angkatell, y por supuesto del gran Poirot quien al llegar al lugar alcanza a escuchar que el moribundo lanza sus últimas palabras «Enriqueta», sin embargo, el avezado detective nota que la escena parece ser un montaje, desde este instante se ve envuelto en un caso que parece evidente, pero que se tuerce a medida que los integrantes de la familia Angkatell van creando cortinas de humo que cubren la verdad.

La novela se va por un camino que no es muy usual en las novelas de Agatha, pues tendremos al genial detective Hércules Poirot al margen de los acontecimientos que se suceden dentro de la mansión, mientras las escenas se centran en las vivencias de la familia Angkatell y sus pensamientos alrededor de los acontecimientos de la piscina, la historia comienza a irse por las ramas trayendo a colación imágenes del pasado que no aportan realmente nada a la trama y no logran encajar en los engranajes que mueven la maquinaría de la resolución del misterio, si bien es cierto que sirve para distraer un poco la atención del lector y confundirlo para ocultar al asesino y las verdaderas intensiones, no menos cierto es que no deja de chocar un poco la información insulsa e innecesaria que se plantea, eso aunado a que casi no se verá a Poirot sino que aparecerá en situaciones claves para plantear sus cavilaciones.

Es de destacar que la novela presenta a un personaje magnífico, entrañable y de gran inteligencia, Enriqueta Savernake, un mujer fuerte y de maneras libres, amante del hombre asesinado y por supuesto una sospechosa de alto cuidado, que contrasta claramente con la sumisión de la esposa del muerto, Gerda, una persona retraída que vive a la sombra de su esposo, además de ser ella en quien recaen todas las sospechas del asesinato.

«Sangre en la piscina», trae con ella toda una baraja de personajes para cumplir el papel de sospechosos y de distractores, de tal forma que el lector pueda entrar en el juego «¿Quién es el asesino», y el juego cumple aunque de manera cansina, pues en algunos tramos la lectura puede tornarse lenta y las pistas se van dejando a cuentagotas, un problema si se quiere armar todo el paisaje.

También es de notar la aparición de un personaje del pasado del Doctor Christow, una actriz afamada que otrora fuera su interés amoroso, Victoria, quien pone de cabeza la mansión con sólo su presencia, pues su misteriosa aparición pondrá a tope la curiosidad de los habitantes de la casona. Pero no todo puede tornarse lento, pues aunque la variedad de personajes que aparecen en la novela, bastantes por cierto, se pueden diferenciar claramente gracias al genio de Agatha Christie, quien los define sutilmente y logra que tengan su propia identidad.

«Sangre en la piscina» no será una gran novela, que además deja a deber la presencia de Poirot, pero puede que a un asiduo lector de misterio le vaya bien tratando de desentrañar las causas del asesinato en medio de una maraña de pistas falsas, y por supuesto quién activó el arma que acabaría con la vida del Doctor Christow.
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Esta novela es de una de esas que te resultan diferentes nada más empezar el libro.
LA historia presenta un extraño caso de asesinato de John Christow en la piscina de la mansión de la familia Angkatell, con su esposa apuntándole con el arma. Pero nuestro gran detective Poirot, cree que la escena es un montaje y que por supuesto no dejara de investigar hasta descubrir la verdad.
Y como he dicho esta novela no es lo normal de Agatha, ya que Poirot esta un poco al margen de lo que ocurre, y toda la novela se centra mucho en los lios familiares, sus vivencias, sus pensamientos sobre lo que ha ocurrido... y la historia se va un poco por las ramas, aportando cosas que son insignificantes para la historia.

Por destacar a uno de los personajes, me quedo con Enriqueta, una mujer libre, que amaba al hombre asesinado aun estando casado, por lo cual va a ser la sospechosa principal desde el primero momento..

No ha sido de las mejores novelas que he leido de Agatha, me ha resultado algo lenta, y como he dicho sin mucha investigación, únicamente me ha gustado el final, como siempre inesperado y como siempre con un gran Poirot. Siempre recomiendo a Agatha para despejarse un poco la mente, y no dejare de hacerlo pero tiene obras mucho mejores que esta.

Bueno, difícil hacer esta reseña porque me ha dejado un poco con sabor agridulce.
En esta novela Agatha Christie nos va a presentar el extraño (muy extraño) asesinato del Dr Christow en la piscina de la mansión de la familia Angkatell.
La mujer del doctor le apunta frente a varios invitados del evento y, como no podría ser de otro modo, el gran Poirot llega al luchar cuando el moribundo dice su última palabra… Enriqueta.
Todo parece claro pero a nuestro detective le va a parecer que todo es demasiado evidente para ser así por lo que investigará a todos los integrantes de la familia Angkatell que van haciendo de las suyas para intentar liar al lector y sobretodo a Poirot.
La novela se centra, en gran parte, en las vivencias de la familia Angkatell y sus pensamientos alrededor de los acontecimientos de la piscina pero hay un punto dónde la historia comienza a irse por las ramas hablando de cosas que sucedieron en el pasado y que no aportan realmente nada a la trama ni tampoco en la resolución del misterio,. Es cierto que sirve para distraer un poco la atención del lector y confundirlo pero yo creo que no acaba de hilarlo bien y resulta bastante pesado de leer en muchos momentos.
Enriqueta es sin duda mi personaje favorito, una mujer fuerte y decidida, amante del hombre asesinado y por supuesto una de las principales
Sangre en la piscina, para mí, no es su mejor novela, pero posiblemente para personas que no estén tan acostumbradas a leer a la autor esté bien.