Muerte en el Nilo

Para comenzar, el libro ya me ganó al suceder casi toda la acción en el Nilo. Aunque eso sí, el comienzo no es allí.

Como siempre en los libros de la autora, hay bastantes personajes, que se te van presentando uno a uno, para que luego sepas identificarlos y los recuerdes, ya que cada uno tiene algo por lo que destaca y cada uno tiene su propia historia, sus propios secretos y sus propias intenciones.

Al haber tantos personajes, la intriga está más que servida, ya que se abren muchísimos frentes y muchísimas teorías e hipótesis de quien es el asesino/a y los motivos que tuvo para cometer el asesinato. Para añadirle aún más emoción, aparentemente, nadie ha podido asesinarla, lo que convierte su muerte en algo muy complicado, y hace que te vuelvas loco intentando averiguar quién ha sido.

En esta ocasión, quién debe resolver el caso es mi adorado Poirot, ese detective tan peculiar y a la par brillante y único.

El ritmo es constante, sin decaer en ningún momento, y manteniéndote enganchado todo el rato.

El final es sorprendente, saber quién mató a Linnet te deja con la boca abierta, pues, al menos yo, no lo vi venir para nada. Es lo que tiene la autora, que siempre te logra sorprender y hace que la historia no sea nada previsible.

Agatha logra unir unos personajes y darle sentido a una historia que a priori puede parecer complicada, pero que realmente es muy fácil de seguir y de entender.