Muerte bajo el sol

Sigo a todo tren con el reto de Agatha Christie y, una vez más, acompañando a Poirot, que a estas alturas ya ha protagonizado unos 24 libros (nada menos). Hoy toca playita, paraíso de descanso en las costas inglesas, mucha gente variada e interesante (cada uno de su padre y de su madre, que se dice en mi tierra)... nada, que Poirot vive en unas eternas vacaciones de señor jubilado muy (muy) pudiente, pero el crimen no descansa y se lo encuentra allá donde va. Os hablo de Muerte bajo el sol (este libro también es conocido como Maldad bajo el sol, que no solo se asemeja más al título original sino que está extraído de una frase que aparece en cierto diálogo al principio de la historia. Como Espasa ha decidido relanzarlo como Muerte bajo el sol, a eso me atengo, pero si os lo encontráis en una edición antigua como las de Molino titulado con lo de Maldad..., que sepáis que son el mismo libro). Bueno, al lío.

Tal y como os decía, Poirot está de vacaciones en el hotel de una isla exclusiva en la costa de Dorset, y la historia comienza, como no podía ser menos, con los cotilleos y chismorreos a pie de playa de varios huéspedes que han entablado cierto grado de amistad durante esos días (entre los que se encuentra el mismísimo detective belga, que ya sabemos que no se pierde una cuando de chismorrear se trata). Que si las muchachas están flacas, que si enseñan demasiado y era mejor cuando solo se les veían los tobillos (...), que si me mareo en barca, que si me encanta este sitio por lo pequeño que es y donde todos sus visitantes llegan a conocerse, que si la playa con todo el mundo tumbado al sol parece un depósito de cadáveres... hasta que aparece ELLA, Arlena Stuart (en sus tiempos de actriz), ahora Marshall tras casarse con un serio y circunspecto hombre de negocios y retirarse de la actuación. Arlena empequeñece a todas las mujeres a su alrededor, las vuelve insignificantes, todos los hombres acuden a ella como mosquitos a la luz... y a ella le encanta, no se corta un pelo y es la comidilla del hotel. ¿Os imagináis a quién asesinan más pronto que tarde en la novela? Seguro que habéis acertado, y ya tenemos a Poirot de nuevo en marcha ayudando a la policía local a desentrañar el crimen. Es que ni en la playa le dejan a uno tranquilo. Como bien dice el bueno de Hércules en cierto momento;

"Todo respira paz. Brilla el sol. El mar es azul. Pero olvida usted, señorita Brewster, que la maldad acecha en todas partes bajo el sol."

En fin, que ya tenemos el Belén montado: un cadáver, un marido, un amante, una esposa celosa y ultrajada, una hijastra que no soporta a su madrastra, un amor de juventud, varios personajes que no se sabe si son lo que dicen que son o si esconden algo... a lo que se une que en esta isla solo se permite el acceso a los huéspedes del hotel, así que aunque hay muchas posibilidades de que sea uno de los personajes que ya conocemos por la imposibilidad de acceder a la zona, tampoco puede descartarse que sea alguien de fuera porque hay muchos escondrijos a los que se puede acceder por mar.
En este caso actúa de oficio la policía del condado (solo si ven que no son capaces de resolverlo por sí mismos pedirán ayuda a Scotland Yard), pero conocen de sobra la fama de Poirot y no dudan en pedirle ayuda. Es entonces cuando empieza la ronda de interrogatorios y el estudio de gestos, coartadas, medias verdades, mentiras deliberadas... Lo cierto es que van cambiando de enfoque e hipótesis sobre la marcha según los descubrimientos que van a haciendo, siendo alguna de estas hipótesis bastante inesperada (que sea o no la buena ya se va viendo). Si me preguntáis a mí, Muerte bajo el sol es de esos libros en los que quizás puedes adivinar a medias la identidad del culpable, pero no el modus operandi o la motivación detrás del crimen hasta que Poirot no la explica, porque hasta casi el final no se tira del hilo correcto. Eso hace que sea difícil anticipar toda la explicación del final, lo que está bien para quien nos gusta que nos sorprendan cuando ya hemos leído tanto libro de la autora en tan poco tiempo, pero habrá gente que considere que es un poco tramposillo porque el lector no tiene todos los elementos para anticiparlo durante la lectura. A mí, a estas alturas del reto, me gusta que me sorprendan y me da igual todo esto, pero por si acaso a alguien le interesa, ahí queda.

Un par de curiosidades, como siempre me gusta comentaros en estas novelas. La primera es que muy al comienzo se hace alusión al crimen cometido en Muerte en el Nilo (la Christie es muy aficionada a nombrar casos anteriores en los libros de Poirot). La segunda es que en cierto momento se nombra al capitán Hastings, como si Poirot, tiempo después de lo que sucede en este libro, hubiese hablado con él para comentar el caso. Esto es curioso porque como ya os dije en El testigo mudo (hace ya unas cuantas reseñas), ese fue el último caso donde apareció Hastings hasta la ultimísima novela protagonizada por Poirot (34 años después de esta que os traigo hoy), así que la autora nos está dando a entender que Hastings ha desaparecido como personaje y narrador de los libros, pero que Poirot y él siguen manteniendo el contacto y su amistad. Ah, y una tercera curiosidad, que acabo de acordarme. En cierto momento Poirot dice esto:

"¡Ah, madame!, me reservo las explicaciones para el último capítulo."

Que diréis que no le veis la gracia, pero para el lector habitual de las novelas protagonizadas por Poirot, la tiene, y mucha. No solo porque las reuniones de final de caso de Poirot son míticas y muchos otros autores las han emulado/homenajeado/plagiado (dependiendo del caso y la intención), sino que el propio personaje es consciente de su existencia literaria y está rompiendo la famosa cuarta pared. Tonterías que solo nos llaman la atención a quienes hacemos retos como este, pero ahí quedan para la posteridad.

Y creo que nada más. No voy a contar nada del caso en sí mismo (casi nunca lo hago, ya lo sabéis), que este año quiero traer al menos diez novelas a este reto y no quiero abusar con reseñas largas. Por cierto, en el próximo libros nos reencontramos con el matrimonio Beresford, de quienes no sabíamos nada desde Matrimonio de sabuesos (27 reseñas del reto han transcurrido entre medias, para que os hagáis una idea... ahí es nada).
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En esta ocasión, Hércules Poirot está disfrutando de unas relajantes vacaciones de verano en una isla, en el hotel Jolly Roger, cuando el ambiente se enrarece y Arlena Marshall aparece muerta. Las mujeres la odiaban, los hombres la adoraban. Todos ellos podrían ser culpables, motivos no les faltan.

La descripción del lugar y las ubicaciones son muy importantes en la historia, y la autora se encarga de que el lector tenga claro cómo es esa, anteriormente, pacífica isla. Casi se podría decir que la localización es el personaje más importante de todos.
Las horas también son cruciales, aunque esto me ha gustado menos. Retener en la cabeza los horarios de los huéspedes y sus coartadas es complicado, sobre todo cuando no son horas exactas.

La investigación está muy bien llevada; creo que de las mejores de los libros de la autora que he leído hasta ahora. Es como el juego del "¿Quién es quién?". van tachando sospechosos hasta dar con el culpable. Llevaba algunos libros que no estaba contenta con el detective belga, pero aquí me ha gustado mucho cómo lo ha hecho.
Sí que es cierto que en algún momento se ha desviado por caminos que no me han gustado y temía que se fastidiase la historia.

Si os fijáis, en muchas reseñas de libros de Agatha Christie me quejo de que se engaña al lector, de que no se nos da la información suficiente para resolver el caso, y que el detective de turno (Poirot, Miss Marple u otro) descubren al culpable de una forma imposible. Pues aquí pasa todo lo contrario. No solo tenemos pistas durante toda la novela que ir cogiendo para hacer hipótesis, sino que también hay un capítulo dedicado exclusivamente a que Poirot cuente con pelos y señales cómo ha llegado a la conclusión.

El machismo está presente en toda la novela. Hoy en día (quiero creer) ya no llamamos "guarra", "fresca"o "calientapo" a aquellas mujeres guapas que les gusta gustar. Eso de atacar a la mujer cuando es el hombre el que pierde la cabeza y hace tonterías... Feo. Aunque esta señora en concreto no merece halagos, precisamente. Aun así me resulta interesante verlo porque eso nos enseña cómo era la sociedad a mitad del siglo pasado. Es algo que disfruto leer en clásicos.

Muerte bajo el sol no se ha convertido en mi libro favorito de Agatha Christie (sigue siendo Diez Negritos), pero se lleva mención especial por la buena investigación. Estoy contenta con los dos libros de la autora que he leído este año.

Hercules Poirot está disfrutando de sus vacaciones en un tranquilo hotel construido en una isla y en compañía de un puñado de peculiares veraneantes más. La calma del lugar se rompe con la llegada de Arlena Stuart, una actriz retirada de extraordinaria belleza a la que le apasiona coquetear con los hombres. Así lo hace con el apuesto marido de otra huésped, lo que inicia una serie de duras críticas, sobre todo, por parte del sector femenino del hotel Jolly Roger.

En Muerte bajo el sol (Booket, 2021), publicado originalmente con el título Evil Under the Sun (1941), Agatha Christie juega con una habilidad extrema con el lector. El detective belga ayuda a Arlena con su barca, convirtiéndose, aparentemente, en el último testigo que la ha visto con vida. Su enamorado, Patrick, ansioso, deja a un lado a su esposa Christine y se apunta a un paseo en barco para tratar de dar con ella. Cuando Renferd y Emily Brewster llegan a la cala de las Gaviotas se encuentran con el cuerpo de la envidiada actriz. Ha sido estrangulada.

Los huéspedes pasan, entonces, a convertirse en objeto de estudio de la policía y del propio Poirot, que afronta el crimen como si de un puzle se tratara. Poco a poco, reunión tras reunión, irá reuniendo las piezas que consigan darle una vuelta a la dirección del relato y demostrar, una vez más, que nada - ni nadie- es lo que parece.
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En esta ocasión nos trasladamos a un lujoso resort vacacional donde el famoso Hércules Poirot ha decidido pasar unos días de descanso, pero como siempre, el deber consigue alcanzarlo cuando una de las huéspedes aparece muerta en una cala.

Como es habitual, las novelas de Agatha consiguen mantenerme atrapada a lo largo de todas sus páginas. de momento, a pesar de haber leído ya varios de sus libros, no he alcanzado el punto de saber quién es el asesino mucho antes de su resolución, pero es cierto que hay detalles que ya empiezo a vislumbrar como trascendentes en la trama e incluso puedo elucubrar ciertas teorías que en cierto modo llegan a relacionarse ligeramente con el final.

De este título, me ha gustado el hecho de que a pesar de presentar diversos personajes, en ningún momento me he sentido perdida con ninguno de ellos. Creo que están bien ubicados, no como en otras ocasiones que hay demasiados nombres y acabo confundida.

Por otra parte, la ambientación veraniega y de playa me parece muy entretenida como escenario para un crimen.

En definitiva, aunque ya me voy familiarizando con algunos truquitos de la gran Agatha, vuelvo a disfrutar como siempre de su pluma y sus historias.

☀️ Aunque Poirot siempre es bien, reconozco que este ha sido otro libro de Agatha Christie que va a pasar sin pena ni gloria por mi vida.

👍🏻 🅿🆁🅾🆂

☞ Los personajes son de nuevo uno de los puntos fuertes de Agatha. Un elenco de sospechosos de lo más variopinto. Poirot destaca sobre todos ellos, aunque tampoco le he visto brillar como en otras novelas.

☞ El crimen. Como siempre muy bien ejecutado de forma que todos los sospechosos podrían haberlo hecho, manteniéndote toda la novela con la intriga.

☞ El ambiente, muy “Agatha”, es algo que me encanta. Empiezas a leer y sabes que estás en una de sus novelas.

👎🏻 🅲🅾🅽🆃🆁🅰🆂

☞ La resolución del crimen me pareció sacada de la manga. Después de tropecientos interrogatorios y de liarse la manta a la cabeza con trampas y trampillas, me pareció que la resolución del caso no tenía nada que ver con lo expuesto durante la investigación. Un final un tanto “engañoso”.

☞ El machismo. Entiendo que el libro está escrito en otra época, pero me parece que Agatha nada entre dos aguas muy distintas y siempre termina decantándose por la más revuelta. Te muestra personajes femeninos empoderados que de repente se vuelven sumisas enamoradas que obedecen peticiones absurdas de los personajes masculinos. Y me sorprende a pesar de la época, porque es algo que no he visto en otras de sus novelas.