Dios no permita que considere la vida de un pueblo como apacible y monótona - replicó Raymond acaloradamente -. ¡Nunca más después de las horribles revelaciones que acabamos de oír de tus labios! El mundo cosmopolita parece tranquilo y pacífico comparado con St Mary Mead. -Bueno, querido, la naturaleza humana es la misma en todas partes y, claro está, en un pueblecito se tienen más ocasiones de observarla de cerca. |