La venganza de Nofret

Agatha Christie se convirtió, hace ya tiempo, en una de esas autoras que me gusta leer y a las que recurro cuando tengo un bloqueo lector o simplemente me apetece leer una novela que sé que me va a gustar.

Teniendo tantas obras, siempre es lógico que unas nos gusten más que otras, pero hasta el momento ninguna de las novelas que he leído de la autora me han decepcionado. al contrario: he estado enganchada a cada una, queriendo averiguar la verdad antes de que se desvelase.

Con La venganza de Nofret, Agatha Christie nos muestra su pasión por Egipto, ambientando la novela en el 2000 a.C. en un escenario bello pero lleno de secretos.

Como siempre sucede en las obras de Christie, la ambientación y la narración tienen un aspecto muy importante. Cada uno de los personajes está construido con mimo y posee cualidades y defectos que resultarán importantes en la obra y a la hora de desentrañar el misterio.

Si bien es cierto que la dialéctica y las divagaciones de los personajes a veces pueden ralentizar el desarrollo de la trama, al final no se hace pesada ya que la autora nunca hace obras demasiado largas ni fuerza la trama hasta límites que resulten aburridos. Siempre sabe de qué modo engañar al lector y cómo hacerle dudar de todo.

La trama de esta novela va a centrarse en la familia del sacerdote del ka Imhotep. Hay intrigas familiares y celos, especialmente cuando aparece Nofret, la nueva concubina de Imhotep, que hará que la verdadera personalidad de cada integrante de la familia salga a la luz, y que tratará de hacer de la vida en la finca un infierno para todos menos para ella.

Cuando Nofret es asesinada, los crímenes comienzan a sucederse uno tras otro. Mientras que la superstición alcanzará a la mayoría, tres personas tratarán de descubrir la verdad, buscando entre los vivos en vez de entre los muertos: Esa, Renisenb y Hori.
Para mí, estos tres personajes son los claros protagonistas de la obra y también los que más me han gustado.

Si bien Renisenb es la única de la que no se sospecha en ningún momento, no parece especialmente avispada. Ella trata de aprender y mejorar, pero se ve gran simpleza a la hora de expresarse y de comprender lo que Esa (su abuela) y Hori (escriba y administrador de la finca) tratan de decirle.
Se agradece ver una evolución en ella y cómo poco a poco va despertando, pero la inmadurez está patente hasta el final.

Las claras antagonistas de esta obra serían Nofret y Henet (criada de Imhotep). Si bien Nofret es inocente puesto que resulta la primera víctima, la hipocresía de Henet hará dudar de todo.
Henet claramente odia a la familia, pero no tenía motivos para odiar a Nofret, ya que se convirtió en su mayor aliada. Por tanto, ¿habrá sido ella la que ha tomado la decisión de destruir a la familia de Imhotep o hay alguien más que sale ganando con todo esto?

Nuevamente he disfrutado muchísimo leyendo una novela que me ha resultado corta, entretenida y me ha supuesto todo un reto. Una historia que deja un claro mensaje y que critica el odio y la envidia, que corrompen hasta el más tranquilo de los corazones.