Si la muerte de miss Arundell no extrañó a nadie, sí ocurrió algo relacionado con ella que causó sensación. Las disposiciones de su testamento suscitaron las más variadas emociones : asombro, cólera, profundo disgusto, rabia, enojo, indignación y comentarios para todos los gustos. ¡Durante semanas, y tal vez meses, no se habló de otra cosa en Market Basing!
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