Diez negritos

(Esta va a ser una reseña un tanto extraña pero es que no puedo comentar la lectura sin más. Cada cosa que diga puede ser un spoiler por cómo es la historia en sí. Aún así espero que os guste)


Philip Lombard, el doctor Armstrong, el juez Wargrave, Mss Emily Bent, el general MacArthur, la señorita Vera Claythorne, el joven Marston, el ex inspector Blore, y el matrimonio Rogers. Diez personas que, aparentemente, cruzan sus caminos por casualidad en La isla del Negro. No son amigos ni familia, ni siquiera se conocen los unos a los otros. Pero sin embargo, hay algo que los une con más fuerza que un lazo de sangre: la muerte y la justicia.
Durante la cena, la primera noche, algo ocurre que deja a todo el mundo descolocado: Uno de los invitados muere ahogado. O eso parecía en un principio. Cuando el doctor Armstrong determina que su copa de Wisky llevaba cianuro, todo apunta a un suicidio. Aunque pocos lo creen dada la vitalidad y las ganas de disfrutar de la vida que tenía la víctima. Pero en el momento en el que se produce la segunda muerte, las sospechas sobre el suicidio van dando paso a la posibilidad de que haya un asesino en la isla, entre los invitados.

Esta es mi segunda novela de la autora y si la primera me gustó por la forma en la que se planteaba el asesinato y la investigación del crimen, esta me ha gustado mucho más por la historia imposible que crea la autora con diez personajes, una canción infantil y La isla del Negro como protagonistas.

Leí este libro en una LC y creo que fue la mejor idea que tuve. Diez negritos se disfruta más leyéndolo al mismo tiempo que alguien, teniendo que parar cada pocas páginas, asimilando todo lo ocurrido y deseando con ganas que llegue el día siguiente para continuar con el misterio y las cábalas.

Creo que no es ningún spoiler a estas alturas (o al menos para mí no lo fue) decir que este libro es famoso por la posibilidad que daba la autora de encerrar a diez personas desconocidas en un sitio del que no pueden escapar, siendo uno de ellos el asesino. Os puedo asegurar que es prácticamente imposible saber la identidad del culpable hasta el final.

Por hablar un poco de los personajes os diré que Lombard ha sido mi favorito por su forma de ser, de hablar y de actuar. Es como que todo le da igual y que se lo toma a cachondeo, como que no tiene nada que perder. No se enfada, no grita, no se altera. Vive en una paz permanente que ni siquiera la situación en la que se encuentra puede alterar.

Cuando terminé este libro le di cinco estrellas porque la verdad es que me encantó y de momento es mi mejor lectura del año. Pero luego, pensándolo fríamente, hay tres detalles que no me gustaron y que os voy a contar ahora:
•Desde el primer momento el lector se da cuenta de que la canción infantil de los negritos es el guion de la historia. Es muy obvio. Sin embargo, aunque algunos personajes se dan cuenta y lo comentan con los demás, el resto del grupo no les hace ni caso. Ni se lo plantean durante un segundo. Yo me pongo en esa situación de locos y tendría en cuenta cualquier sugerencia o pista de lo que puede estar pasando.
•La muerte del último invitado. Aquí no puedo decir más porque es spoiler pero no le vi la lógica a ese momento. Entiendo todo que el encierro y la presión a la que se han visto sometidos puede provocarles, pero no hasta ese punto de locura.
•El personaje de Morris. al final hacen referencia a este hombre pero su participación la he visto cogida con pinzas.

A pesar de estas cosas que menciono ha sido un libro increíble del que no puedo hablar demasiado porque se me suelta la lengua y os contaré todo, y no es plan. Así que solo os diré que seáis fans del género o no, este es un libro que todo el mundo debería leer.
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