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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
28 November 2017
La culpa total y absoluta de que haya releído esta novela han sido dos adaptaciones (una al cine y otra a la televisión), y ciertas dudas que me quedaron después de verlas porque no recordaba qué pasaba exactamente en la novela con respecto a una cosa. Encima he aprovechado y me he comprado esta edición que me hacía ojitos desde que salió, porque no ha habido manera de encontrar mi ejemplar viejuno (y churrimangado a mis primas mayores, dicho sea de paso, como casi toda mi colección de Agatha). A saber qué hice con él.

Quien más y quien menos sabrá un poco de qué va la historia, pero refresco (seré breve, que luego toca también pincelar las adaptaciones).

Ocho personas que no se conocen entre sí reciben una invitación para acudir a pasar un fin de semana a la casa que un tal señor Owen posee en la isla del Negro. Cada invitación es personalizada, cada uno de ellos es invitado por una razón distinta, y de hecho ninguno parece recordar de nada a este buen señor, pero él si parece conocerlos a ellos y nadie dice que no a unas vacaciones gratis en una isla. Cuando llegan se encuentran con que el anfitrión está ausente y solo les esperan dos criados, el matrimonio Rogers, encargados de darles la bienvenida y ocuparse de ellos hasta que el señor de la casa aparezca. Este matrimonio tampoco parece haber visto jamás al tal señor Owen.

Por tanto, hay diez personas en la mansión de la isla. Como diez son los protagonistas de un poema infantil que se halla presente en todos y cada uno de los dormitorios a modo de cuadro decorativo. También son diez las figurillas de porcelana que, sobre una bandeja de cristal, presiden la mesa del comedor. Diez negritos.

Varias horas después de llegar a la mansión, después de la cena, se pone en marcha un gramófono en el que una voz en off acusa y declara culpables de un crimen a todos y cada uno de ellos... y acto seguido, mientras protestan por estas acusaciones y claman ofendidísimos su inocencia, cae muerto ante los ojos de los otros nueve el más joven del grupo. de este modo son conscientes de que no han sido invitados precisamente a pasar el fin de semana, que las cosas no cuadran, y empieza una carrera contrarreloj para averiguar quién es el señor Owen, dónde se esconde en la isla y por qué han sido elegidos para estar allí. Empiezan a sospechar unos de otros, vamos conociendo cosas del pasado de estos personajes (que no son tan inocentes como quieren hacer creer a sus compañeros)... y los negritos de porcelana van desapareciendo uno a uno de su bandeja de cristal, ejecutando su poema.

Creo que no exagero si digo que hace unos diez o doce años como mínimo que leí esta novela por última vez, y aunque tengo tal atasco de lecturas que releer no es una de mis prioridades, reencontrarme con ella ha sido como volver a casa, a una de esas autoras que me hicieron amar la literatura y con la que pasé horas maravillosas ante un libro cuando era adolescente. Recordaba perfectamente quién era el asesino (y no porque hubiese visto las adaptaciones, que conste... lo recordaba, cosa que no me pasa con algunas novelas suyas), pero eso no me impidió disfrutarla igual o más. de hecho, he intentado pillar a la buena de Agatha a lo largo de las páginas en un desliz, en una pista que se le hubiese escapado, algún indicio que en la relectura te llevase a decir: "¡aahhh, aquí te despistaste!". Pues no. Puedes sospechar de ese personaje como de cualquiera de los otros. Ni un solo fallo en todo el libro. Qué buena era esta mujer, por favor...

Agatha Christie es archifamosa por su encantadora miss Marple y su extravagante Poirot, pero lo cierto es que algunos de sus libros más célebres, como este, no están protagonizados por ninguno de los dos. Se dice de esta novela que tiene más de análisis de la culpa y la posibilidad o ausencia de redención que de whodunit (nombre con el que se denomina a este género del ¿quién lo hizo?). Yo no estoy del todo de acuerdo y, si me dicen que me queme poniendo la mano en el fuego, elijo la predominancia del whodunit, porque además la propia Christie, en su autobiografía, declaró lo orgullosa que estaba de ese aspecto en esta novela y del resultado final (este extracto aparece como prólogo en esta edición, y no lo veo muy afortunado porque suelta un spoiler como una casa de grande. Así que aviso para navegantes: si te compras esta edición y no has leído nunca Diez negritos... ¡no leas la nota inicial de la autora!).

El caso es que yo tan contenta, porque esta es de las pocas promesas lectoras que me hice para este año que de momento he cumplido: empezar a releer a esta autora. Además mi vena consumista y coleccionista me puede y quiero comprar y releer como mínimo los 5 títulos que componen estas ediciones especiales que salieron hace dos o tres años, así que... volveré :)
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