Después del funeral

¡Qué reacios somos los seres humanos a confesar nuestra ignorancia!

Y la mente de Lascombe volvió a un tiempo que destacaba con toda claridad, con mucha más claridad que los últimos veinte años, donde todo era borroso y muy confuso : apenas podía recordar quiénes iban y venían y qué aspecto tenían. Pero de los viejos tiempos sí que se acordaba bastante bien