¿No ves que es necesario matarla? Era curioso que un detective como Poirot escuchara estas palabras en su primera noche en Jerusalem. ¡Indudablemente, dondequiera que voy, siempre algo me recuerda el crimen! - murmuró para sí mismo. Su sonrisa se acentuó al recordar una historia que le habían contado sobre Anthony Trollope, el novelista. Trollope cruzaba el Atlántico cuando oyó a dos pasajeros discutir sobre la última entrega de una de sus novelas. -Está muy bien - decía uno de los que hablaban - pero debería matar a esa vieja insoportable. |