Hercule Poirot sacudió con elocuencia el dedo índice. - Un momento. He dicho que descubriré la verdad. No tengo, ¿comprende usted?, prejuicios. No acepto las seguridades que usted me da de la inocencia de su madre. Si era culpable.... Eh, bien, ¿qué pasará entonces? La orgullosa cabeza de Carla se irguió más. Contestó : - Soy su hija. ¡Quiero la verdad! - Entonces, en avant. Aunque no es eso lo que debería decir. Todo lo contrario, en arrière... |