¿Casualidad o predestinación?
En un momento complicado de su vida,
Agatha Christie decidió hacer un viaje y a último momento cambió el destino para ir a Bagdad cuyo recorrido lo haría en el Orient Express, el tren más lujoso de todos los tiempos. Ese momento fue decisivo, ya que dio origen a una sus novelas más conocidas.
Dice la autora en su 𝘈𝘶𝘵𝘰𝘣𝘪𝘰𝘨𝘳𝘢𝘧í𝘢: “Toda mi vida había soñado con viajar en ese tren. Cuando había ido a Francia, a España o a Italia, con frecuencia había visto el Orient Express parado en Calais y siempre había anhelado meterme en él”.
𝐀𝐬𝐞𝐬𝐢𝐧𝐚𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐢𝐞𝐧𝐭 𝐄𝐱𝐩𝐫𝐞𝐬𝐬
Se trata de uno de los casos más famosos de Hércules Poirot, quien regresa a Londres desde Estambul en el mítico tren, pero en esta ocasión el viaje no estará amenizado con delicatessen y placeres sino con asesinato, misterio y mucha nieve.
Poirot se luce y despliega todo el encanto de sus células grises para descubrir al asesino. El detective es el protagonista de la novela (y eso me encanta). Sin lugar a dudas, mi parte favorita es el interrogatorio a cada uno de los sospechosos y como va cambiando la manera de hacerlo teniendo en cuenta la personalidad de cada uno de ellos.
La historia es atrapante, se me hizo difícil soltar el libro y una vez terminado me quedé pensando en el verdadero sentido de la justicia.
Como siempre me pasa con mi querida Agatha, el final me sorprendió. Fue una relectura, pero después de varias décadas, así no recordaba absolutamente nada. Me acompañó mi hijo , así que el disfrute fue mayor.
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