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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
29 January 2018
Hoy toca la Dama del Crimen. Sí, otra vez, que cuando no es por una cosa es por otra, pero cada dos por tres asoma las naricillas por Netherfield (y más las asomará como un día de estos me arranque por fin con mi propósito de releer las novelas de la señorita Marple y de Poirot desde el principio y en orden... me dan hasta ganas de proponer un reto atemporal con esto, pero los berenjenales para luego... ¿o no? Ya veremos xD).

Retomo, que me lío. Que el pasado mes de diciembre se estrenó una nueva versión cinematográfica de Asesinato en el Orient Express, y me dio por releer la novela antes ir al cine, que hacía mucho tiempo que no la leía (y de paso sigo haciéndome con estas preciosísimas ediciones de Espasa de las que no dejan de salir títulos y a mí se me alegra el alma).

Creo además que no he sido la única en acercarse al libro a raíz del estreno en cines porque en las últimas semanas han salido muchas reseñas. Iba a decir que la trama es de sobra conocida, o que al menos suena, pero no voy a dar nada por hecho y planteo la historia.

Hércules Poirot viaja en el Orient Express (¡yo también quiero! ¡yo también quiero!) desde Estambul hacia Londres, cuando un fuerte temporal de nieve hace que el tren quede detenido e inmovilizado en medio de la nada (nada perteneciente a la antigua Yugoslavia, hoy a medio camino entre Croacia y Bosnia-Herzegovina, pero nada al fin y al cabo porque no hay nada alrededor. Me explico como un libro abierto, pero para que nos situemos xD). A la mañana siguiente, en el compartimiento anexo al de Poirot, aparece asesinado Ratchett, extravagante norteamericano que durante sus escasas horas de estancia (con vida) a bordo del tren no se había hecho precisamente "dequerer" entre sus compañeros de viaje (y que además había pedido protección a Poirot la noche anterior a su muerte, protección que Poirot le denegó sin indagar más allá).

Así pues, el tren está paralizado rodeado por un temporal de nieve en medio de la nada, y un hombre ha sido asesinado. Resulta bastante improbable que alguien haya podido entrar al tren desde el exterior, y el coche cama está constantemente vigilado por un encargado, así que tiene que haber sido por fuerza alguien de ese mismo vagón y todos sus ocupantes se convierten en sospechosos... pero ¿quién? ¿Cómo? Poirot, asistido por su amigo monsieur Bouc, comienza la investigación hasta que el tren pueda ponerse en marcha y consigan llegar hasta la policía.

La primera vez que yo leí este libro era una cría, aunque no era la primera novela que leía de Agatha Christie, ya había leído unas cuantas. Era tan, tan pequeña que cuando leí lo del tren que recorría un trayecto desde Estambul hasta Londres recorriendo toda Europa, pensé que la escritora tenía una imaginación maravillosa, no creí que fuese real. Me enamoré de ese tren, yo quería hacer ese viaje, me parecía algo imposible, lleno de posibilidades, aventuras, sueños... cuando fui algo mayor (iba a decir cuando tuve algo más de conocimiento, pero ese momento todavía no ha llegado xD) y supe que ese tren existía de verdad, que ese viaje se podía hacer DE VERDAD, me prometí que algún día lo haría. Y lo haré. No sé cuándo, pero lo haré. Y seguramente lloraré de emoción. Las cosas como son.

Todo esto os lo cuento para que entendáis que esta novela de la Christie siempre ha sido muy especial para mí. Es famosa por Poirot, por ese final que rompió todos los moldes de una época que estaba viendo nacer las novelas de misterio, pero a mí lo que me fascinaba era el tren. Esa ambientación en la que extraños venidos de cualquier parte del mundo se veían obligados a convivir y relacionarse durante ya no días, sino semanas o meses, en un espacio exiguo donde la única zona común era el vagón restaurante pero en la que, pasillo arriba pasillo abajo, siempre te veías obligado a cruzarte con alguien, y donde si tenías suerte (y dinero) conseguías un compartimento para ti solo, pero si no, hasta eso te veías obligado a compartir (pintándolo así dan pocas ganas de hacer el viaje, ¿verdad? xD).

Pues esta es la ambientación del libro, a la que además hay que añadir la imposibilidad de abandonar el convoy al estar parados y rodeados de nieve. Un hombre es asesinado, todos los ocupantes del coche cama son sospechosos, cada uno viene de una parte del mundo, cada uno tiene su propio secreto que esconder, y Poirot lo único que puede hacer es interrogarlos a todos, uno por uno, e intentar esclarecer si alguno conocía a Ratchett, dónde estaban cuándo fue asesinado, e incluso intentar desentrañar la saña con la que el asesinó acabó con su vida. Por tanto, aquí lo importante son los personajes, intentar ver más allá de lo que Agatha nos cuenta y examinarlos a través de los ojos de Poirot para desenredar la madeja de una trama bastante más complicada de lo que aparenta.

Y entonces se llega al final, ese final que hizo historia en su momento y que a día de hoy sigue sorprendiendo a quien no sabe nada sobre la historia, y te das cuenta que solo has visto lo que Agatha quería que vieses, porque tita Christie era muy, muy lista. Adoro esta novela.

Y una vez dicho todo esto, admito una cosa, intentando ver la novela desde una mirada que no sea tan fanática como la mía. A mí me parece fantástica (aunque nada, nada, supera Diez negritos), pero no creo que sea de las mejores novelas para acercarse por primera vez a la autora. La historia está dividida en tres partes: la primera, en la que nos presenta toda la situación, los personajes y en la que se comete el asesinato; la segunda, que es la investigación propiamente dicha; y la tercera, en la que Poirot ata cabos y resuelve el crimen. Y la cosa está en que durante la segunda parte de la historia, la de la investigación, el ritmo se estanca un poco, prácticamente es "una entrevista tras otra" (y tiro porque me toca), y creo, sacrílega de mí (¡perdóname, Agatha que estás en los cielos!), que puede llegar incluso a decepcionar un poco si se tienen las expectativas muy altas (más por el ritmo que por la historia en sí).

Esto lo digo intentando ver la novela desde un punto de vista objetivo... porque aunque intente ser moderada a mí me puede la subjetividad, y cuando suba al Orient Express (ahora llamado por el poco literario nombre de Belmond que vamos a obviar) para iniciar mi maravilloso viaje, lo haré con el libro en una mano y un pañuelo para sonarme los mocos de la emoción en la otra. Y dentro del vagón, mapa en mano, reviviré (de manera ficticia y pacífica, tampoco hay que llegar a ciertos extremos), los pasos de Poirot para resolver el Asesinato en el Orient Express.

Ale, lo dejo aquí que ni puedo, ni debo, ni quiero decir nada más. Con las novelas de la Christie hay que callar mucho más de lo que se dice.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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