Casandra

La historia que nos propone la escritora sobre el singular personaje de Casandra, es particularmente interesante, porque no sólo se acerca al mito sino que también nos acerca al mundo contemporáneo. Se trata de una clara analogía entre el silencio que se le impone a la troyana Casandra, hija de Príamo con la posición y la lucha de los derechos de las mujeres en la época de la autora.

Una maravillosa obra, me gustó muchísimo y desde que la leí, por primera vez, hace ya mucho tiempo, siempre la tengo cerca porque Casandra, en esta novela, es mucho más que un mito, mucho más que la revisión de la profetisa troyana. Por eso, en la actualidad y ahora mismo, sigue teniendo toda su vigencia.

También la llevé conmigo a Troya, cuando visité sus estupendas ruinas y allí hablamos sobre ella y la recordamos.
Me gusta mucho la autora y me enamoró la forma de relatar en esta novela tan especial, la guerra de Troya desde la perspectiva de Casandra, con la finalidad de realizar una apasionante analogía con el mundo contemporáneo.

A Casandra, en las grandes obras homéricas, se la menciona, pero es un personaje muy secundario, sin embargo, Christa Wolf recoge aquí su historia desarrollándola y convirtiéndola en un personaje significativo, relevante y con absoluto protagonismo.

Casandra, en la mitología griega, es una profetisa troyana, hija del rey Príamo, que fue castigada por el dios Apolo, encargado de la adivinación, al no conseguir acostarse con ella. Su castigo, que sus profecías nunca fuesen creídas.

Predijo el desastre y la guerra de Troya, pero nadie la creyó, se burlaron y nunca la tuvieron en cuenta. ¿Por ser una mujer? Pues sí, hay que silenciarla. Es tomada como objeto, que debe sufrir la venganza impuesta por hombres con poder, porque ellos gobiernan. Esta es la posición que defiende la autora para indicarnos que la mujer es importante en la cultura de todos los tiempos.

El rey Príamo, su padre, toma la decisión de encerrarla en una jaula de mimbre en el interior de un pozo, así nadie la escuchará.

El libro comienza con la llegada de Casandra a Micenas siendo esclava de Agamenón, y sabiendo que allí tiene que morir, Casandra nos lo cuenta en primera persona, y nos habla de sus emociones pero también de mitología, de todos los personajes conocidos que poblaron Troya, de los héroes, de los invasores y los traidores, de los acontecimientos sucedidos
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Sin embargo, se detiene mucho más hablando de los personajes femeninos, le da voz, a Clitemnestra, que será quien le quite la vida, a Hécuba, su madre, a las amazonas que van a la guerra, aliadas de los troyanos y cuyo objetivo está muy claro, prefieren morir luchando que ser esclavizadas.

También nos habla de guerra, de feminismo, de la defensa de la mujer y su importancia en la cultura y en la vida porque la ve como la conservadora del futuro, sin ningún interés por la guerra y las batallas que siente como inútiles y donde sólo habita la muerte.

En definitiva, Casandra es la metáfora sobre la poca credibilidad que la sociedad concede a las opiniones de las mujeres y en algunos países, y en algunos casos, todavía sigue vigente.

Para realizar la reseña, he tenido el libro a mi lado e iba releyendo lo párrafos señalados, las frases subrayadas, que son muchas,, por lo que casi he vuelto a releerlo.
Menos mal que es una novela corta , porque si hubiese sido un libro de los largos, creo que no hubiese terminado esta reseña porque estaría inmersa totalmente en él.

¡Cómo se nota que me encanta esta novela!.
Es una obra sobre el mundo antiguo y también sobre el mundo moderno que nos recuerda la importancia de la igualdad.

Una novela absolutamente recomendable.

Está narrado en primera persona y trata un tema histórico. Con estas premisas, me esperaba una especie de 'Memorias de Adriano', pero, claro, ingenuo yo, debería hacerme a la idea de que no creo que encuentre nunca otro libro así.
Casandra es un personaje mitológico griego. Tenía el don de la adivinación, pero fue castigada por Apolo, al que rechazó (¿Un hombre castiga a una mujer por rechazarlo? ¿O es un dios a un mortal? Me inclino más por lo segundo: la mitología griega está llena de diosas que castigan a hombres que las rechazan, también. Para muestra, un botón: la propia guerra de Troya. Creo, no obstante, que la escritora aprovecha esto en el sentido de opresión social hombre-mujer, una interpretación libre tan justificada e injustificada como cualquier otra) a que nadie la creyera nunca. El personaje es, per se, de un dramatismo enorme y tiene juego como pocos otros. Ella profetizó no solo la guerra, sino también la caída de Troya mientras todos la tachaban de loca, incluida su familia.
La autora, además, aprovecha el tema para hacer una metáfora de la guerra fría y una, supuestamente, fuerte crítica al patriarcado (que tampoco me lo ha parecido tanto).
No me parece que esté especialmente bien escrito, que es lo primero que se debería tener en cuenta cuando de literatura se habla, el tema está bien estructurado pero me parece que tanto la acción como el desarrollo de los personajes es disperso, laberíntico y lioso. Solo se salvan la propia Casandra (y menos mal), Eneas (de lo que me alegro mucho porque es una figura mitológica a la que le tengo especial cariño) y Aquiles, al que llaman la bestia, que es lo que debería haber sido si hubiese existido.
No está mal, supongo que mi decepción viene determinada por las expectativas; pero aunque no fuera así, tampoco lo veo como una gran obra. de todas formas, quizá merece la pena porque es muy finito.
No está de más leérselo, no se pierde nada no haciéndolo.