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En La culpa, Kate Chopin nos traslada a Place-Du-Bois, una plantación sureña de finales del siglo XIX en Luisiana, y en ella nos sumergimos (más o menos) en la sociedad criolla de la época, sus costumbres, su lenguaje y la convivencia en un lugar remoto, donde las distintas esferas sociales deben interrelacionarse en distintos planos y en desigualdad de condiciones. La culpa es una novela corta donde la autora enfoca todo el interés argumental en Thérèse Lafirme, una viuda en la plenitud de su vida, dueña de la plantación, mujer fuerte, contradictoria y con unos férreos sentimientos religiosos. Thérèse, como dueña y ama de las tierras, así como de los destinos de todos aquellos que forman parte de su "paraíso", transfiere todas sus cualidades y debilidades a aquellos que viven bajo su tutela. Es una novela cuyos personajes son contrapuestos: o son fuertes o son débiles. Como he dicho anteriormente, el pilar fundamental es Thérèse, la dueña; la autora quiso investirla de unas cualidades que, según la época, podían otorgarle dignidad y perfección, pero leyendo la novela cien años después opino que es todo lo contrario, pues tus sentimientos e inquietudes, así como las decisiones que tomas, debes acatarlos tú misma, y si involucras a personas en ellas, al menos debes darles pautas e indicaciones de por qué las tomas para que sepan sobre qué terreno se mueven... y eso es algo que Thérèse no hace en ningún momento. Después de esta reflexión, ¿qué puedo decir de la novela? Aunque en principio parece más romántica que otra cosa, a mí no me lo pareció, pues no es una historia de amor entre dos personas; a mi entender, es más un drama en toda regla. En la novela, el amor es la herramienta que utiliza Thérèse para dirigir la vida de las personas, siempre con buena intención de acuerdo a sus principios morales. Puedo entender al personaje si quien le corresponde en sus directrices comparte sus razones, tal y como ocurre con David Hosmer, a quien la autora nos presenta como un personaje fuerte y rígido, pero que de acuerdo a su conducta demuestra todo lo contrario, pues manifiesta debilidad de carácter y la imposibilidad de asumir su destino. de todos los personajes de la novela, David Hosmer es el más insulso e insustancial... aunque la autora nos quiera decir otra cosa. En lo que no estoy de acuerdo con Thérèse es en involucrar a una tercera persona en todo este asunto. Fanny, ajena e invisible, es desterrada de su mundo, y depositan en ella todas las causas y razones de sus infelicidades para después hacerla completamente infeliz también a ella. de entre todos los personajes, Fanny es en su debilidad el más humano y sustancial, y con ella es con quien me he sentido identificada en todo momento. En algunos momentos de la lectura me hubiese gustado encontrar más descripciones de los paisajes y de esas ciudades incipientes, así como de las distintas clases sociales con sus diferentes culturas. La autora se centró tanto en los sentimientos y contradicciones de los personajes, en sus razones y desasosiegos, que dejó pasar la oportunidad de profundizar un poco más y deleitarnos con la sociedad sureña de la época. Sin embargo, no por ello deja de ser una gran novela que he disfrutado y me ha encantado leer. Kate Chopin es pionera en su género sin lugar a dudas, y las autoras Eudora Welty o Flannery O'Connor son sus herederas. Defausta es una editorial muy joven que está creando poquito a poco un catálogo de pequeñas joyas. En cuanto a la edición de la culpa, tanto el diseño de cubierta de Alicia Geijo como el retrato a lápiz de Kate Chopin realizado por Francisco Geijo Rubio son preciosos, y un valor añadido que identifican y singularizan la novela. Enlace: http://inquilinasnetherfield.. |