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Crítica de AGamarra


AGamarra
19 December 2022
"¡Quién no se estremecería pensando en las desgracias que pueden causar una sola amistad peligrosa! ¡Y cuántas penas no se evitarían si se reflexionara más! ¿ Qué mujer no huiría a las primeras palabras de un seductor? ¿Qué madre podría ver a otra persona hablar a su hija sin echarse a temblar?"

Por fin he podido leer este gran clásico epistolar francés que me ha gustado pero no me ha llegado a encantar. Tengo la suerte de haber leído "La nueva Eloísa" de Rousseau, una novela epistolar de la cual Laclos ha tenido muchísima influencia para poder producir sus "Amistades peligrosas" (mejor traducido a Relaciones peligrosas). El modelo formal es el mismo. Cartas de diferentes personajes que al final si sigues el hilo conductor termina en una novela, no solo en el intercambio de cartas para contar ciertas circunstancias o sentimientos.
Aquí me mareó un poco al inicio la cantidad de personajes que sin embargo no son muchos. Tenemos por un lado a la pareja de libertinos (éste es el nombre más benévolo que se les puede dar): la marquesa de Merteuil y el conde de Valmont. Ambos en realidad son unos verdaderos demonios con los cuales algunos pueden "empatizar" sobre todo por la autosuficiencia que tienen y el orgullo de manejar su propia moral. Totalmente transgresora con lo correcto de la época. Por mi parte, aunque me considero una persona acostumbrada a leer de todo y juzgar las obras por cómo están escritas y la trama más que por las características de los personajes, no puedo negar que sus actos y el gran daño que se empeñan en realizar a muchas personas no me han dejado indiferente y ha hecho que me guste un poco menos la novela.
Ambos son amigos y como dicen en alguna parte "tienen en la mano cada uno todo lo necesario para hundir al otro". Por lo cual ambos comparten este vicio de la promiscuidad y de corromper y causar daño a los demás. Ambos se declaran un gran "amor" o algo parecido. Ambos también se atacan mutuamente en su orgullo y rivalizan por tener amantes o por causar la desesperación de ellos. Sí, cada uno tiene sus parejas pero parecen haberse querido mucho antes y siempre hay una promesa de volver a reunirse y frecuentarse más que antes.

"Que crea en la virtud y me la sacrifique. Que sus faltas la espanten sin poder detenerla, y que, agotada por mil terrores, no pueda olvidarlos ni vencerlos sino en mis brazos"

Por otro lado tenemos a las "víctimas" de la historia. Es interesante que los planes de la marquesa de Merteuil al final se van por otros cauces. En efecto, la historia empieza cuando ella desea que su antiguo amante, el conde de Gercourt no se case con la mujer que él ha elegido, mucho menor que él, la inocente Cécile de Volanges. Para ello ella desea que Valmont la seduzca. Pero él se ha fijado en la presidenta Tourvel, quien es una mujer muy puritana y creyente. Valmont la ve como una presa muy difícil y querrá enamorarla y conseguir que reniegue de su virtud. Por otro lado tenemos al caballero Danceny, joven apuesto y valiente que está enamorado de Cécile, a la señora de Rosemonde, tía rica de Valmont quien lo quiere y protege a pesar de todo y a la mamá de Cécile, Madame Volanges.
El libro en general me pareció largo, muchas pardetes sobre todo en el medio creo pudieron ser abreviadas. Demora mucho y le da muy poco espacio a la guerra que se suscita al final que viene a ser la parte más interesante de todo el libro. Tiene buenas frases y estilo, ya que no solo leemos las correrías de los dos libertinos, su gran talento para usar a las personas como objetos y luego el aplicar ese famoso "te tomé con placer, te dejo sin nostalgia" sino también podemos leer los pensamientos más puros como en el caso de Cécile o la presidenta Tourvel que nos da otro enfoque del amor. Por supuesto Valmont mismo emplea ese tono al acercarse poco a poco a su víctima y mucho de ello recuerda a Rousseau y todo aquello clásico en cuanto al hombre con respecto a la mujer, como el hacer sentir mal a la amada por generar sentimientos de los cuales el hombre no puede sustraerse o el mismo deseo. Hay también muchos consejos de cómo escribir o seducir en el amor. Sin embargo, actualmente es casi imposible que alguna mujer se crea realmente algo de lo que dice Valmont. Y si añadimos que sea una mujer que ya ha pasado por experiencias amorosas tanto más. Realmente ya estamos en otros tiempos.
Hay algunas cosas que quedan en dudas, y eso me gustó bastante pues le da un toque misterioso a todo ello, y no me refiero a que el final sea abierto sino a la obsesión de algunos de los libertinos, o sobre todo como ellos mismos se acusaban: te engañas o finges engañarte. A veces no comprendo las reales intenciones de ambos y por qué tomaron las decisiones finales que tomaron. Creo, sin lugar a dudas, aunque no está explícito que aunque la marquesa de Merteuil es un personaje fascinante, es Valmont el que tiene la simpatía del autor. Lo digo porque a pesar de todo en el final queda mejor que su contraparte.

"Insensatas que no saben ver en su actual amante al enemigo futuro"
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