Algo alrededor de tu cuello

“¿Es una buena vida, Papá?
“No es buena ni mala, le digo, es simplemente mía. Y eso es lo que importa.”

Sin duda, Chimamanda Ngozi Adiche es una de las mejores voces de la narrativa contemporánea y esta colección de cuentos solidifica el lugar que tiene dentro de la literatura mundial. En las historias que forman Algo alrededor de tu cuello Adiche explora temas que resultan ya familiares para sus lectores –el papel de la mujer, la misoginia, la discriminación, el alineamiento, los lazos familiares y la vida entre la tradición en África y la modernidad, y el conflicto resultante de ello.

La mayoría de los cuentos me han parecido conmovedores y estuve a punto de llorar en varias ocasiones. Creo que la autora construye situaciones y personajes tan humanos, tan reales, que es difícil no sentirse identificado en cierto punto –con todo y que son historias que se desarrollan en Nigeria y Estados Unidos, con protagonistas nigerianos y que muchas veces abordan temas muy particulares a esta cultura.

Por ejemplo, Los concertadores de bodas retrata la vida de una mujer nigeriana cuyos tíos adoptivos arreglan un matrimonio con un hombre nigeriano que lleva años viviendo en Estados Unidos. Esto sucede en pleno siglo XX. Ella no quiere casarse pero no tiene opción –quienes arreglan su matrimonio le dicen que sería una malagradecida de no aceptar ya que le han conseguido marido, que además es doctor y la llevará a Estados Unidos. ¿Qué más podría desear en la vida? de esta manera, la protagonista llega a un país que desconoce, con costumbres que no entiende y con un esposo que es un extraño y está obsesionado con borrar cualquier rastro de su pasado y su cultura. Evidentemente, ella se siente muy sola y muy infeliz, pero no puede hacer nada –por lo menos hasta que pueda tener los medios, ya sea mediante la residencia o un trabajo, para marcharse de ahí. Si bien en un país como México, los “matrimonios arreglados” como tal ya no existen, lo que si considero similar es esa creencia de las familias, o de la sociedad, de que a lo más que puede aspirar una mujer es casarse y si consigue marido, debe darse por realizada. Y bajo esta creencia, muchas mujeres se quedan atrapadas en matrimonios llenos de tedio y frustraciones.

La embajada americana es otra historia brutal, aunque quizá una experiencia específica y particular para aquellos que hemos solicitado una visa en alguna Embajada de los Estados Unidos. Este es el relato de una mujer cuyo esposo e hijo han sido asesinados en Nigeria por cuestiones políticas y desea solicitar una visa porque su propia vida corre peligro. Llega desde la madrugada a formar fila, sin seguridad de nada. Mientras espera, revive todo lo que le ha sucedido, al tiempo que el calor y el cansancio se van acumulando así como los ruidos de la calle y la gente que intenta sacarle plática aumentan y la desesperan. Cuando por fin logra entrar, en la sección consular la funcionaria que la entrevista no cree su historia –y dice que necesita más y más detalles de que fue el gobierno quien asesinó a su familia y que si puedo probarlo, Estados Unidos no dudará en ofrecerle la oportunidad de una nueva vida. En ese momento, observa como otro nigeriano es sacado por los elementos de seguridad de la Embajada y entonces sabe que Estados Unidos jamás será un lugar para ella y se marcha. Esta historia me resultó familiar, al conocer de entrada cómo es el proceso para solicitar una visa para Estados Unidos –la espera fuera de la Embajada y oficina consular, las filas, el calor, todo, y la realización en algún punto, que si bien el sueño americano ofrece mucho, tiene también un costo que no todos estamos dispuestos a pagar.

Adiche aborda también este tema en otra de las historias de la colección, Fantasmas, que sin duda fue una de mis favoritos. En ésta, un hombre ya casi al final de su vida reflexiona sobre lo que ha enfrentado –un conflicto civil, la pérdida de su empleo por la destrucción de la universidad y tener que huir a Estados Unidos, la muerte de su hija y los años pasados en otro país, de donde decide finalmente regresar. Otra hija se queda ahí y siempre quiere convencerlo que regrese, porque en Nigeria todo es peligroso e inseguro. Para el protagonista, regresar a América como quiere su hija implica:

“…ser obligado a vivir una vida suavizada por tantas comodidades que resulta estéril. Una vida plagada de lo que llamamos ‘oportunidades'. Una vida que no es para mí.”

Otros de los temas que Adiche aborda en varias de las historias, es el racismo, la discriminación y la “superioridad” que Occidente cree tener sobre el resto del mundo. Evidentemente, al ser la autora de un país que fue colonia británica hasta mediados del siglo XX es una cuestión que sigue muy presente pero que no es ajena a todos los demás países que no pertenecemos a la tradición “blanca-occidental” o de herencia puramente anglosajona, por escribirlo de manera directa. La autora denuncia como, en todo momento, ya sea viviendo en Estados Unidos después de años, o en cualquier país africano, aquellos que son blancos siempre mirarán de cierta forma o bajo ciertos prejuicios a todas las demás culturas o a las personas por el color de su piel.

En Jumping Monkey Hill la protagonista es invitada a un retiro de escritores jóvenes africanos, patrocinado por un profesor inglés que se especializa en literatura africana. En teoría, resulta una gran oportunidad asistir a un retiro así, en un hotel de cinco estrellas frente a las costas de Sudáfrica y desconectarse varios días para dedicarse a escribir y compartir opiniones en un taller. Pero como todo, quizá es demasiado bueno para ser realidad. El profesor, Edward, pronto muestra que no hay opinión que cuente más que la suya, a pesar de no ser africano, no vivir en el continente ni haber crecido en esta cultura. Está convencido que él es la autoridad. Una de las participantes en el taller escribe una historia con un personaje homosexual y cuando el grupo comenta el texto, Edward dice que “las historias homosexuales de este tipo no reflejan lo que es África” y continúa:

“Puede que sea el año 2000, pero ¿qué tan africano es que una persona le diga a su familia que es homosexual?”

Claro, porque, ¿quién sabría mejor sobre África que un hombre blanco, educado, clase alta y europeo?

Este tipo de pensamiento de supremacía es también algo frecuente a lo que se enfrentan los personajes de Adiche en Estados Unidos. Aquellos inmigrantes nigerianos, que van en búsqueda de una mejor vida, deben soportar creencias ignorantes de la nueva sociedad como que no sepan que en África se habla inglés, que existen universidades y sociedades modernas o, peor aún, que exista una especie de fascinación por que representan algo “exótico”. La protagonista del cuento que da nombre a la colección, reflexiona una tarde que:

“Las personas blancas a quienes les gustaba África demasiado y aquellos a los que le gustaba África muy poco eran iguales –condescendientes.”

Sin duda, Algo alrededor de tu cuello es una colección de historias extraordinarias que tratan de más temas universales y que no dejan indiferente a nadie. Muy recomendable, como todo lo de Chimamanda.