El asesinato de Platón

Bajo el ala de Platón y su “Academia” conoceremos la vida y la guerra entre Atenas, Esparta y Tebas (y alguna que otra más) de le época de este importante filósofo. Nuestros protagonistas principales son la generación que sigue a los protagonista de la anterior novela “El asesinato de Sócrates”.
Aunque los protagonistas tengan cierta continuidad, no resulta necesario haberse leído el anterior para poder entender a la perfección este libro aunque en mi opinión, se puede exprimir más la historia si te lees los libros en el orden correcto.
La historia que nos narra esta novela me ha encantado. Los personajes están genialmente construidos y con una capacidad de convencer al lector magistral. Especialmente me ha gustado Altea (tengo predilección por aquellas mujeres que se salen un poco de la norma de la época), que será además la principal protagonista de esta historia.
En general, y a pesar de sus más de 900 páginas no me ha resultado una novela pesada ni aburrida; a excepción de ciertos momentos (especialmente notables en la primera parte del libro) donde el escritor, por lo que parece gran amante de la filosofía de Platón, se desvincula un poco del hilo de la historia para adentrarse en temas y debates filosóficos de la escuela de Platón. Si eres un gran amante de la filosofía pues te parecerá genial, pero si este no es tu caso, quizás prefieras ahorrarte alguna que otra página.
Marcos Chicot se ha convertido en un escritor en los que siempre confío si quiero asegurarme una buena novela. Ojalá pronto nos deleite con otra de sus novelas.

Como en sus anteriores novelas sobre la vida de los grandes filósofos griegos Pitágoras y Sócrates, en esta ocasión Marcos Chicot nos presenta a Platón, el genial discípulo de Sócrates y padre de la Academia de Atenas y del pensamiento occidental.
Comienza la obra en el 371 a.C. cuando el filósofo recibe una carta de su amigo Dión de Siracusa, cuñado del tirano de esta localidad de la Magna Grecia, rogándole que vuelva a aquella ciudad donde estuvo a punto de morir.
Junto a Platón destacan sus amigos Perseo y la hija de éste, Altea y su marido Calipo.
En el contexto de la novela nos encontramos con una conferencia de paz entre las grandes rivales griegas Atenas, Esparta y Tebas, que tuvo graves consecuencias para Grecia.
También de forma novelada nos adentramos en la vida de Platón, pero especialmente en su filosofía, de la que va dejando detalles cada vez que aparece.
Estando la novela dividida en varias partes, la primera nos va desgranando sus ideas sobre política y su forma de gobierno ideal.
En otro orden, Platón también innovó al ser el primero en Atenas en dejar que una mujer fuera la que diera clases, en este caso en su Academia, y en la novela Altea (personaje totalmente de ficción, pero basado en otras mujeres que fueron importantes en su época). En esas clases explicó el “Mito de la Caverna” y la “Teoría de las ideas” que Platón dio a conocer en “La república”.
En otras de las tramas que se desarrollan en la novela, nos moraliza el autor del mal que tiene el juego excesivo, o cualquier otro vicio. Además nos sirve para ejemplarizar las ideas platónicas sobre las diferentes partes del alma. En este caso es el hermano de Altea, Eurímaco, que termina jugándose la casa de su padre para pagar sus deudas, amén de la gran cantidad robada a su progenitor. Después de reconducir la vida de Eurímaco, este termina realizando una acción heroica que le cuesta su propia vida, pero salva la de sus conciudadanos. Ella se lleva a cabo en la guerra contra Tebas donde combaten en alianza Atenas y Esparta.
Mientras esto sucede, Platón sigue desarrollando su gran labor filosófica y literaria donde a través de sus “Diálogos” desarrolla los conceptos de inmortalidad del alma y la manera en que el Alma va aprendiendo y consigue llegar a la esencia de todo conocimiento, la idea de Bien Supremo, que es el fin último al que debe fluir todo y además proporciona el verdadero conocimiento. Además le podemos considerar un verdadero adelantado a su época pues incluye en sus enseñanzas conceptos tan modernos (a partir de la Revolución Francesa) como son la igualdad, legalidad y libertad. Así como la igualdad de género, algo tan en boga en los últimos años, que fue toda un revolución en una sociedad tan eminentemente machista o patriarcal como era la de la Grecia Clásica. También propugna la idea de que el Gobierno de los más preparados, sean hombres o mujeres, es el mejor porque estos no estarían basando sus acciones en conseguir un beneficio solamente para ellos y sus amigos sino para toda la comunidad, con lo cual serían menos propensos al robo y la corrupción. de igual forma creía que todos estamos destinados a algún tipo de ocupación porque venimos con un don prefijado en nuestra naturaleza, hoy se diría en nuestros genes, o el Alma en los estudios de Platón.
Todo lo comentado anteriormente intentó llevarlo a cabo en Siracusa con Dionisio el Joven, hijo del anterior tirano siracusano, pero volvió a fracasar porque fue engañado por este gobernante.
Otra de las partes importantes de la novela es como describe el mundo de los esclavos y las jerarquías y actividades que estos realizaban. al igual que somos partícipes de cómo los banquetes eran el lugar donde se hacían los negocios más importantes en la Antigua Grecia.
Teniendo en cuenta las enseñanzas de Platón, podemos intuir que estos tienen las características que Platón distinguía en cada una de las partes en las que dividía el alma humana.
Al igual que las tres grandes ciudades que se jugaron la hegemonía griega también se pueden acoplar a cada una de estas partes.
Pasado el tiempo y volviendo a Siracusa, Platón es testigo a través de las cartas de su amigo y discípulo Dión de cómo se sucede la violencia a través de una cruenta guerra civil que acaba con la tiranía, y acoge una democracia donde Dión intenta aplicar las ideas de Platón, aunque termina asesinado por Calipo que vuelve a instaurar la tiranía, pero acaba de manera lamentable para él.
Para finalizar podemos volver a hacer otra comparativa entre el gobierno siracusano y la vida de Calipo con las ideas platónicas, y podemos observar que van pasando de estar controlados por una de las partes del alma a otra, aunque nunca se encuentran equilibradas el tiempo necesario para conseguir el ideal de gobierno y de hombre de Platón. Igualmente se ve la degradación moral que se alcanza tomando decisiones injustas.
Para acabar la novela nos encontramos con una carta del autor a los lectores en la cual nos relata el porqué de esta novela.

Siguiendo la estela de su anterior libro, en éste los protagonistas son la siguiente generación, aunque siguen apareciendo los personajes del «Asesinato de Sócrates» y aquí todo gira alrededor de su discípulo principal, Platón, y su mayor creación «La Academia», respecto al mundo de Atenas y sus guerras aparece un nuevo contendiente, Tebas. Tan recomendable como los anteriores, deseando que algún día continúe con la interesante historia de la Grecia Clásica, ¿tal vez con Aristóteles de protagonista? como dije en las anteriores reseñas, Marcos Chicot es a Grecia lo que Santiago Posteguillo a Roma.

Tras “asesinar” a Pitágoras y a Sócrates, Marcos Chicot se mete ahora con Platón. ¡Qué obsesión la suya con los pobres filósofos jajaja! (que se vaya preparando Aristóteles porque me da a mí que no le queda mucho...)

Platón es el filósofo más conocido de Atenas. Ha fundado una escuela en la que, incluso, admite mujeres., como estudiantes y como profesoras. Como la bella e inteligentísima Altea, hija de Perseo, un amigo de Platón. Platón sueña con construir una sociedad más justa y eso sólo puede venir de la mano de un gobierno adecuado; su ilusión es conseguir una ciudad gobernada por un filósofo. Cuando el tirano de Siracusa Dionisio el Viejo muere y sube al poder su hijo y heredero Dionisio el Joven, Platón se traslada a la isla para ayudar a Dionisio a organizar su gobierno conforme a sus conceptos filosóficos. En esta tarea será ayudado por Dion, tío de Dionisio y gran amigo del filósofo. Pero las cosas se van a complicar más de lo pensado ya que una vez que el joven accede al trono deja de lado sus ideas filosóficas y se deja guíar por consejeros no afines a ellas.

Por otro lado, Altea y su marido Calipo, que se casaron muy enamorados, están intentando tener un hijo. Pero Altea se queda embarazada una y otra vez y algo ocurre (o alguien) y sus embarazos nunca llegan a buen puerto.

La novela se centra en Platón y Altea, sus dos grandes protagonistas. A través de ellos, atenienses y filósofos, iremos conociendo los fundamentos de la Filosofía de Platón así como la vida en la Grecia clásica. En concreto, en el año 371 antes de Cristo y siguientes. La novela, como las anteriores de la “serie” es una magnífica reconstrucción histórica de la época pero también de la filosofía del protagonista, en este caso, de Platón. Como novela histórica es buenísima. Se nota que el autor conoce mucho la época y que se ha documentado exhaustivamente sobre los hechos históricos pero también sobre la forma de vida en las grandes ciudades. A Platón le tocó vivir tiempos convulsos (cuáles no lo son y no lo fueron) en los que, para no variar, sonaron vientos de guerra. En esta ocasión Atenas no se enfrentó a Esparta sino a un enemigo común: Tebas que con su general Epaminondas, que parecía invencible, quiere lograr la hegemonía en tierras helénicas. La parte histórica se centra, por lo tanto, en el conflicto con Tebas y en la situación de Siracusa.

También tendremos una parte “filosófica” apta para todos los públicos. Quizás os de miedo esta parte pero no debéis temerla, de verdad. Yo no soy nada aficionada a la Filosofía ni lo he sido nunca, me temo. Sin embargo, leer a Chicot explicando los conceptos básicos de la filosofía platónica es un auténtico placer. Cada vez que Platón aparece en la escuela y da una clase, o si la da un discípulo suyo, el autor aprovecha para explicarnos uno de sus grandes temas. Así, por ejemplo, nos explica el famoso mito de la caverna o la teoría de las ideas y lo hace de una forma tan amena, tan sencilla, tan fácil de entender que, te guste o no la filosofía, la lees con gusto. Pero, además de leerla con gusto, aprendes sin darte cuenta. La verdad es que esta parte es maravillosa y da mucho que pensar. Su pensamiento es aún actual en muchos aspectos y sus ideas políticas podrían hacer mucho bien si se llevasen a la práctica. El problema es que los políticos son más sofistas que platónicos…

Por otro lado, como la novela es tan extensa – más de novecientas páginas- al autor le da tiempo a hablarnos de muchas otras cosas, tanto de la vida en Atenas o en Grecia en particular como de asuntos más generales. Por ejemplo, a través de Altea (mi personaje preferido) conoceremos la situación de las mujeres en la época. Sí que es cierto que ella no es la mejor representante porque su situación era bastante distinta. Gracias a que Perseo le dio más libertad de lo normal, a su relación íntima con Platón y al hecho de que se casó por amor y con el compromiso por parte de su marido de respetar su libertad y dejarle seguir ampliando su mente, Altea no es la típica matrona helénica. Pero, aunque no lo sea, a través de ella conoceremos cómo era la vida de las mujeres en la Grecia clásica. al menos, de las ricas. Cómo organizaban sus casas, la intendencia con los esclavos, la relación con otras personas, etc… También nos hablará Chicot de la maternidad, de las ganas de ser madre y de lo que una mujer hace por su hijo.

Ya conocía el estilo de Marcos Chicot y sabía que me esperaba un novelón. Así ha sido. “El asesinato de Platón” es una grandísima novela histórica (en sentido figurado pero también literal) llena de tramas y subtramas y de personajes inolvidables. Muchos de ellos son históricos, como es evidente. Otros no lo son, como Altea, pero bien pudieran haber existido. El estilo es muy ágil; a pesar de ser casi mil páginas, éstas pasan rápido, no te cansas de leer. Es una novela muy amena

Conclusión final

Marcos Chicot nunca decepciona. “El asesinato de Platón” es tan buena novela como sus antecesoras y, por cierto, se puede leer independientemente de éstas. Es una gran novela histórica, con unos personajes fantásticos, que nos ofrece muchas horas de entretenimiento.

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Gestas épicas, familias enfrentadas, filosofía vanguardista y un ritmo pegadizo que me ha mantenido en vilo página tras página.

He de confesar que me abrumaba abordar las 920 páginas de este mastodonte histórico, pero la aventura propuesta por Marcos Chicot resulta sorprendentemente volátil de leer. Y eso a pesar de sus funestas intenciones. Ya en el título promete aniquilar al gran y nunca sobrevalorado Platón. No se queda en esos laureles, sin embargo. Vapulea a hombres y mujeres y todos sus sueños, grandiosos o de pura supervivencia, pasando por la codicia, el desamor, la envidia, el honor, el poder y la felicidad.

Sin salir de la Antigua Grecia y los años 300 y pico a. C., hacemos un recorrido por la angustia de una maternidad truncada, la gloria del campo de batalla, las inquinas de varones frustrados, la ley de sabios y democracia, y la sabiduría del heredero de Sócrates en su afán por crear líderes justos.

Yo me encariño con los personajes desde la primera página y hago de sus cuitas mis penas, por lo que he sufrido sin parar con estas marionetas de los veleidosos Hados. Aunque les llueven las desgracias y tragedias a la griega, se me aparecían como llamativamente estoicos, con la furiosa excepción del odioso Leónidas y el perdido Eurímaco. Por un lado, conocemos a Altea en un instante dramático de su vida. Discípula de Platón, mujer casada, hija y hermana, una mujer brillante y sensible que me ha roto el corazón nada más aparecer en escena. Cuánta maldad y falta de cariño le rodean. Su familia, compuesta por el roto Eurímaco y el tierno artesano de su padre, Perseo, es origen de intensas tribulaciones.

El nefasto buitre de la guerra planea sobre Atenas y Esparta desde el amenazante poderío militar de Tebas. Se notan el temor, la impotencia y la incredulidad que la inminencia del conflicto inflige a la atmósfera. Mientras lo impensable sucede a la invencible Esparta, se multiplican las conspiraciones políticas y los aires de cambio arrasan el Peloponeso. Entran en juego las figuras de Calícrates y Leónidas, dos hermanos que son antítesis de sus respectivas virtudes y objetivos. Odio, muerte y venganza les unen más que la sangre de sus malhadados progenitores. Con la terrorífica presencia del enorme guerrero Leónidas, he pasado bastantes malos momentos. Y qué complicadamente orgullosos son los espartanos. Además, he descubierto que entre ellos dominaban los Espartiatas, un término nuevo para mí.

No sería justa sin rendirle homenaje a Platón precisamente en un libro dedicado a su legado. Su personaje es capaz de transmitir las preocupaciones que le asaltaban sobre el valor de las ideas y el mejor vehículo para transmitirlas a dirigentes, jóvenes y mujeres, para influir en el progreso del futuro, de la sociedad en su conjunto y del gobierno sobre el pueblo en contra de la tiranía, con un admirable sentido de la modernidad en su aspiración de abarcar a la humanidad al completo. En todo momento, muestra las virtudes de la inteligencia, la paciencia, la compasión, la esperanza y la bondad.

Sin perderse en vericuetos obscuros ni pasar someramente por los conceptos, el autor ha logrado imbuir la trama del mensaje de la filosofía platónica. Podemos conocer al hombre, amigo de sus amigos, pensador y comprensivo, al tiempo que asistimos al florecimiento de la Academia, donde se disfruta de la impartición de sus clases interactivas y provocadoras como si fuéramos un alumno vestido con túnica y sandalias. Produce un efecto realista e invitador.

Se aprecia que el estilo narrativo del autor se ha depurado en una prosa sucinta y directa, huyendo de artificios. La lectura se hace fluida y te lleva sola. En parte, gracias a que alterna entre las secciones personales de las vivencias exclusivas a los protagonistas y las escenas bélicas y filosóficas, creando un balance certero entre lo humano y lo intelectual.

He disfrutado con los interludios en los que podía sumergirme en la vida cotidiana de la ciudad y sus habitantes, en concreto de las familias y sus dramas personales. Se rinde un homenaje a la gastronomía rica y deliciosa ateniense que me ha despertado las ganas de participar en un banquete con su posterior simposio. Lamentablemente, la paz duraba un suspiro y ya estaba yo sufriendo otra vez con las maldades y brutalidades de una esclava, un tirano, un general y un guerrero. Y la lista no termina ahí porque en el volumen de este libro caben infinidad de giros y los malos nunca duermen. A pesar de ello, he sentido ciertos tirones de empatía y compasión por Melisa y Calipo, quienes sufren tantas penalidades como las inspiran.

No me canso de reiterar la ingente cantidad de vicisitudes personales e históricas que pueblan esta magna obra. Tampoco me he cansado de leer ni una letra. Ése es el poder de la ficción bien narrada. Y bien enlazada con acontecimientos veraces que me han fascinado y horrorizado a la vez. La vida es un trozo de infierno al que no puedes dejar de contemplar. Revueltas, conspiraciones, guerras, todo aderezado por amores imposibles y tretas políticas e ideas iluminadoras y rencores viles y una tensión provocada por el temor a que los buenos sufran bajo injusticias inacabables. El trepidante entramado no ha cesado de sorprenderme y acongojarme con tantos giros virulentos del destino. Imagino que los aficionados a esta época histórica no habrán sido objeto de tantos sobresaltos como yo puesto que ya estarían sobre aviso, pero Siracusa ha sido fuente de diversas penas para mí. Los dramas románticos, en cambio, me han enternecido profundamente.

Llegar al final de 920 páginas de traiciones, pérdidas y asombrosas hazañas bélicas ha sido una proeza en sí misma. Este cruce entre tragedia griega y drama de Shakespeare me ha dejado sin resuello, aunque con una agridulce sabiduría tras comprender el significado del título justo en las últimas páginas...
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