El asesinato de Pitágoras

El marco de esta ficción histórica que presentamos en el blog se nos establece de manera muy clara: situados en la época del gran filósofo Pitágoras, asistiremos al final de su expansión por la Magna Grecia. El motivo será el asesinato de sus sucesores a manos de una fuerza que parece controlar todo: política, filosofía y matemáticas.
Los lectores presenciaremos de primera mano este thriller de investigación de la mano de Akenón que nos llevará en su investigación por ciudades como Crotona y Síbaris. A esto añadiremos múltiples subtramas como los desafíos matemáticos, alguna trama de relaciones personajes y la temática del más allá.
Extensión
Sin embargo, a pesar de todo lo que nos ofrece la novela a nivel de narrativa, lo primero que nos llama la atención es su amplia extensión. La verdad es que embarcarse en una novela de estas dimensiones es una apuesta arriesgada, pero que, desde mi experiencia, merece la pena.
La historia en sí tiene muchos matices e hilos que poco a poco se irán conectando y que desde luego lo hacen al final de la novela, pero es que, además, de este complejo entramado, también encontraremos ciertas exposiciones sobre la doctrina pitagórica en sí, reflexiones sobre las matemáticas áticas y, también es verdad, descripciones muy precisas de los escenarios donde suceden todos los hechos importantes.
En este sentido, es cierto que la lectura se densifica un poco y que quizá solo la disfruten aquellos amantes de la historia o la filosofía. No obstante, el estilo no se complica en lo expositivo y, aunque es verdad que hay pasajes de matemáticas algo complejos, las notas al pie siempre ayudan a entender mejor conceptos.
Ficción
Eso sí, debemos recordar, aunque parezca muy obvio, que es una ficción histórica. Esto quiere decir que, aunque el autor haya tratado de respetar la figura histórica que emplea en la obra, no todas las acciones son ciertas ni las relaciones ni siquiera las consecuencias de lo acaecido. En este caso en concreto, cabe decir que el final de la doctrina pitagórica aún es algo a investigar y, aunque es verdad que la aparición de conocimientos matemáticos que chocaban frontalmente con su doctrina puede que tuviera que ver, no sabemos a ciencia cierta cómo fue este final.
Pero, volviendo a lo ficcional, los personajes que se han incorporado son, para mí, uno de los valores de la novela, a lo que añadimos el buen manejo de la intriga (aunque esta decae al final y, además, se hace un poco más evidente). Akenón y Ariadna, el investigador y la hija Pitágoras, serán los que acerquen al lector a la historia. Ambos son dos personajes con una personalidad muy fuerte, que evolucionan a lo largo de la obra de una manera muy cabal y que sirven para que podamos comprender las dos vertientes de la obra: la policíaca y la filosófica.
Además, no mencionaremos quién o quiénes son los antagonistas, pero cabe reconocer que todos los personajes en contra también están muy bien elaborados en diferentes perfiles: que causen terror, angustia, que sobre salgan por su inteligencia, por su discreción. No llegan a ser los «malos» perfectos, pero sí que se quedan muy cerca.
Parece que todo en contra
Sin embargo, si lo pensamos en frío, tenemos una novela que es muy larga, que tiene pasajes reflexivos sobre filosofía y matemáticas, y a eso añado cierto ritmo discontinuo. En mi caso, si dividimos la obra en dos partes, la primera me ha parecido una parte con mucho ritmo, donde se nos presentaban personajes y situaciones que impulsaban la narración y, sin embargo, cuando nos adentramos en la segunda, para mí ha sido un suplicio, la narración seme hacía lenta y lo que contaban me importaba un poco poco. ¿Entonces?
Esta es una de las cosas que hace que las lecturas conjuntas nos enriquezcan la lectura. En este caso, a muchas de las compañeras le sucedió al revés, argumentando en cada parte lo mismo que yo. La primera parte no les gustaba porque era muy expositiva y la segunda sí porque todo el rato pasaban cosas.
Entonces, ¿en qué concluimos?
Por recopilar un poco, nos encontramos ante una obra larga donde el contenido de histórica está bien tratado e integrado con el de ficción. Es cierto que tiene pasajes de exposición sobre temas que de serie son algo densos, pero que no deberían dificultar en exceso la lectura, gracias a las notas al pie. Además, tiene unos personajes que nos acercan a la historia y un estilo de entramado bien urdido, aunque es cierto que los ritmos puedan ser disparejos entre partes.
Dicho esto, creo que es una novela que te puede gustar si sabes un poco a lo que vas. Es decir, no creo que dejarse sorprender en este caso sea lo recomendable porque la lectura es exigente, sin embargo, si sabes cuáles son los pies de los que cojea, la puedes disfrutar y dejarte atrapar por ella. Así que espero que si os decidís a leerla, la disfrutéis porque merece la pena dejarse llevar un poco a los tiempos de la Magna Grecia.



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