Insular

☆ Con una trazado original, Franco Chiaravalloti realiza un viaje imaginario de la mano de unos relatos incómodos, en algunos casos, reflejando la existencia triste, solitaria o amarga de sus personajes; otros más esperanzadores, anhelos de aquellos que han intentado pintar de algún color alegre su vida; melancólicos, que desean volver al recuerdo.
☆ Todos los relatos de "Insular" tienen un punto común, la busqueda de un refugio, físico o imaginario, dónde reposar y despejar la soledad que invade a sus personajes.
☆ En "veinte mil" y "Stella Polaris" nos golpea, directamente, de una forma ruda, cortante y concisa en la pérdida y en la huida. En cambio "King-tide", "Quneitra", "Mundo" y "Meymand" nos asalta con una narrativa más evocadora y nos enseña el miedo, la nostalgia o la soledad.
☆ "Insular" es un libro de relatos que no deja indiferente, te remueve por dentro y nos aproxima a un mundo cercano a pesar de la distancia geográfica.
Agradezco el ejemplar a la editorial @treshermanas_libros y la oportunidad de @babelioespanol con #masacritica que me han brindado la ocasión de conocer a un autor como @franco_chiaravalloti

A lo largo de este mes he podido viajar a diferentes partes del mundo gracias a los 10 relatos que forman Insular de Franco Chiaravalloti (@franco_chiaravalloti ). Desde el momento en el que abrí sus páginas y me encontré con su índice ilustrado tan maravilloso me sentí invitada a hacer las maletas y coger el pasaporte. La verdad es que en este momento actual en el que viajar es casi misión imposible, agradezco poder abstraer mi mente y disfrutar imaginando cada uno de los lugares que componen este pequeño libro de relatos.

Aunque sus escenarios y personajes difieren mucho unos de otros en cada una de las historias, para mí tienen el hilo conductor de que todos ellos andan en un viaje interno de búsqueda y a la vez de huida. Cada uno de sus personajes lleva la mochila llena de vivencias que les acompaña en su soledad.

Si tuviera que quedarme con uno, me quedaría sin duda con el relato que da nombre al libro. Insular me ha calado de una forma especial, y me ha dejado con ganas de seguir conociendo a esos dos personajes que se miran, que se hablan y que se escuchan (quizás más con los ojos que con las palabras) pero que no llegan a comprenderse mientras el mundo explota a su alrededor aunque nada importa más que ese instante

Creo que este es uno de esos libros que despierta diferentes emociones según el momento vital en el que lo leas. Para mí ha sido un bonito descubrimiento y el autor tiene una forma muy poética de describir.

Gracias a Masa Critica de @babelioespanol y @treshermanas_libros por el envío del ejemplar❤️

Tuve la suerte de recibir este libro gracias a la convocatoria de Masa Crítica de Babelio y es un lujo poder descubrir títulos más allá de los archiconocidos que están en boca y manos de todos. Es el tercer libro de la Editorial Tres Hermanas al que llego y cada vez son más las bondades que descubro en su catálogo.

Insular es una palabra que flota en un mar solitario, donde desde abajo esperan opacos los sentimientos como criaturas hambrientas. Es un recorrido a lo largo de diez relatos por toda una geografía del final abierto, porque si de algo puede presumir esta obra es de suspender el tiempo con cada punto y final, como el polvo que nos desafía tras una furibunda calima.

En sus relatos se presentan lugares exóticos, desconocidos, desesperados. Búsquedas y huidas, si es que acaso no son lo mismo. Lo curioso de estos relatos breves es precisamente eso, su concisión. Apenas sabemos de los personajes, del cómo han llegado hasta allí y qué les pasará después.

Chiaravalloti escribe despacio, como en un dictado donde cada fonema es una bella imagen sin contornos. Y es en esos diferentes diques literarios donde se contiene (en ambas acepciones) la fuerza expresiva de la soledad más íntima. En esencia, los personajes de sus relatos no son más especiales que cualquiera de nosotros, aunque sí son unos privilegiados por escapar de la abulia de las calles conocidas, de la rutina del calendario.

Viajaremos desde Tokio hasta Buenos Aires, desde una aldea despoblada en Irán a una capital destruida en Siria y después hasta un puerto de Guinea Ecuatorial, pasando por una isla del Pacífico. Titubearemos mientras cuestionamos el salto desde un puente perdido en Minsk y nos acercaremos a descubrir islas en el Ártico, mientras la tierra ruge en Santa Elena, apenas un lunar en la piel acuosa del Atlántico Sur.

Leer es viajar sin mapa, pero en esta ocasión precisamente lo que importa es el mapa, el confín, el límite. Porque cualquier historia necesita un territorio donde asentarse y qué mejor que conocer otras latitudes mientras que nos seguimos preguntando, siempre sin brújula, hacia dónde virar esta vez la mirada.
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