Mira que es difícil que una antología de relatos me enganche, pues este señor lo ha conseguido. Me recuerda un poco a Asimov y a Black Mirror, pero con mucho más optimismo. Es extraño, ¿no creéis? La mayor parte la ciencia ficción dibuja futuros poco halagüeños (robots psicópatas, virus mortales, zombis/infectados con ganas de cerebros, ¡vais a morir todos!), pero este hombre ha optado por un porvenir más “colorido”. Hay un relato, el favorito de mucha gente, que no me ha terminado de convencer: “El ciclo de vida de los elementos de software”. Es el más largo y, a pesar de que el desarrollo es correcto, la premisa es, para mí, la menos original del libro. Mis favoritos son el primero (“El comerciante y la puerta del alquimista”) y el último (“La ansiedad es el vértigo de la libertad”).
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