-No lo entiendes -dio un golpecito en la caja-. Es una herramienta. Me ayuda a ver, y de esta forma me resulta más fácil pintar mis cuadros. -Pero..., para ver usa los ojos. -Cierto. Pero mis ojos no siempre lo ven todo. |
-No lo entiendes -dio un golpecito en la caja-. Es una herramienta. Me ayuda a ver, y de esta forma me resulta más fácil pintar mis cuadros. -Pero..., para ver usa los ojos. -Cierto. Pero mis ojos no siempre lo ven todo. |
Caminé hacia el centro de la plaza. Allí había unas piedras colocadas en forma de estrella de ocho puntas dentro de un círculo. Cada punta señalaba hacia una parte distinta de Delft. Yo la consideraba el centro mismo de la ciudad y de mi vida.
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-Nunca había pensado que podría aprender algo de una criada -dijo por fin.
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Al volverme para irme, percibí la mirada que se cruzaron padre e hijo. Ya entonces supe lo que significaba y lo que significaría en mi vida.
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Escribió un libro titulado "De lo espiritual en el arte"