El hombre que fue Jueves

Gabriel Syme es un poeta que procede de una familia de extravagantes, que siempre han defendido las más diversas causas hasta el punto de cubrir todas las posibles . Sin tener otra expresión de rebeldía a su alcance, optó por lo único que quedaba : la sensatez. Odiaba todo lo relacionado con la anarquía y más después de ser testigo de un atentado dinamitero donde no sufrió graves secuelas físicas pero en su mente quedó marcado a fuego el mayor de los rechazos por esa forma de pensamiento y por todos los que la defendían. Después de un encuentro casual con un agente de la ley, es incorporado a una sección especial de detectives para combatir la creciente ola de grupos pro anarquía. Gracias a sus dotes como orador y poeta, consigue contactar con un círculo de intelectuales defensores de la anarquía que tras hacerle prometer que no revelará su secreto a la policía, le muestran su refugio secreto. Casualmente llega justo cuando ha quedado una vacante en el Consejo Central de anarquistas, que lo forman siete personas que se les ha asignado un día de la semana a cada uno para distinguirlos, el puesto vacante es el de Jueves. Sobra decir que Syme consigue el puesto de manera sorprendente después de deshacerse dialecticamnte de la única persona que se había postulado de manera oficial, la misma de la que se había servido para infiltrarse.

Tras la apariencia de una novela disparatada de detectives dedicados a intentar abortar un complot anarquista que pretende atentar contra el zar y el presidente de Francia, Chesterton con su particular uso de la ironía y el sarcasmo entremezcla una serie de divagaciones de índole filosófico y religioso donde cuestiona el concepto de anarquismo que defendían algunos filósofos de su época y aprovecha para colar alguna cita bíblica y acabar aludiendo al orden supremo.

El mérito que tiene es que lo consigue manteniendo nuestro interés en la alocada historia y sacando alguna sonrisa entre las continuadas sorpresas que contiene la trama.

Es una obra escrita con mucho ingenio y dos vertientes: divertida y profunda.

"El hombre que fue jueves" es una de las novelas más conocidas del escritor G.K. Chesterton, británico conocido en el mundo literario como "el príncipe de las paradojas".
La historia transcurre en Londres, en una época de divisiones políticas donde se temía a la Anarquía y a su poder de persuasión y destrucción, provocando que todo Scotlan Yard trabajara en pos de buscar  conspiradores y detener el caos que podría derivar de esa forma de "rebelión". En este escenario aparece nuestro protagonista, el detective y poeta Gabriel Syme, quien al interferir en una pequeño discurso que Lucian Gregory recitaba ante las hermosas damas del suburbio de Saffron Park, termina infiltrándose en el consejo superior de los Anarquistas y siendo uno de los 7 hombres que lo conforman. de aquí en adelante cada capítulo es sorpresa tras sorpresa y rebelación tras rebelación, donde conocemos a cada uno de los miembros del consejo y a su líder, Domingo.
El relato es grandioso, tiene una estructura de cuento por capítulos, cada uno de ellos inicia en forma lenta y va aumentando de intensidad cortándote poco a poco la respiración, el escritor hace uso del recurso más grandioso, la ironía y en forma de burla y apelando al sentido común (que le sobra al detective Grabiel Syme), te hace viajar por una historia llena de hombres encubiertos, grandes revelaciones, disfraces muy al estilo de Misión imposible, persecusiones, que de lo absurdas, terminas soltando una carcajada y en medio de toda esta maraña de locura, sin que lo notes, te lanza dardos llenos de críticas a grandes filósofos, como Schopenhauer y  Nietzsche. Es una historia exquisita que explora esa condición, al parecer, innata del hombre de dividirlo todo entre bien y mal.
Te recomiendo que lo leas porque es un relato grandioso con profundas reflexiones sobre la humanidad, la libertad y la espiritualidad.
Una frase para recordar: "La dinamita se expande; sólo destruye porque se ensancha; de la misma manera, el pensamiento sólo destruye porque se expande. El cerebro de un hombre es una bomba.”

¿Es posible un humorismo religioso? ¿Se le pueden tirar las barbas a Dios, como jugando, y no dejar de ser creyentes por eso? Gilbert K. Chesterton nos dice que sí, y nos muestra cómo lo hizo.

Érase una vez en Londres

Londres, Saffron Park, en él se reúnen normalmente los poetas para mantener acaloradas charlas sobre el todo en general. En una de ellas el poeta Gregory declama su amor por la ruptura de las normas, frente a él se sitúa el poeta Gabriel Syme, firme defensor de la norma clásica. Tal es su batalla que todos consideran que Gregory es anarquista y Syme se declara claro vencedor de esta batalla dialéctica. Así comenzará la trama policíaca en la que Syme, policía anti-anarquista encubierto, perseguirá y será perseguido por destapar una quimera. ¿Quién es el Domingo?

Y sé que la sinopsis os ha dejado desconcertados porque el comienzo de la novela es igual de desconcertante y porque cualquier explicación más sería spoiler. Baste decir que nos encontramos ante una novela de planteamiento policíaco, pero con una gran carga filosófica y metafísica detrás. Sin embargo, y antes de que empiecen los ceños fruncidos, a pesar de su trasfondo, la novela tiene un hilo argumental sencillo y que nos invita a seguir leyendo. Su premisa descubrir quién es anarquista y cuál es la identidad del Domingo.

De este modo comienza una persecución contrarreloj, ya que se ha enterado de que ellos, el bando del desorden, van a lanzar una bomba en París. Comienza la investigación, los desencuentros, los secretos y revelaciones, la tensión por que no le descubran… Todo lo policíaco, pero como os digo con un girito más.

De tramas y proclamas

Dentro de esta trama lo primero que encontrará el lector será la disputa entre poetas que no hará sino escenificar la antigua disputa entre antiguos y modernos. En ella los clasicistas proclamaban en las normas de estilo clásicas (las grecolatinas) eran las únicas que podían dar belleza a la literatura. Por su parte, los modernos proclamaban la ruptura de las mismas y pregonaban la importancia del genio creador de un mundo nuevo, diferente e individual.
Así de una discusión poetas, salta la novela al género policíaco al transferir esa ruptura de normas literarias en normas políticas, convirtiendo a Gregory en anarquista y a Syme en representante de la ley y el orden, la policía. La dialéctica en este sentido será muy interesante porque Chesterton empleará una fina ironía que irá hilando los temas de uno a otro.

Una vez que tenemos definidos a los dos protagonistas, el autor no deja ver que al final ese mantenimiento de la norma no es más sino una acto paternalista de defensa frente al desquiciamiento.

En este sentido, la novela sigue esa idea y comienza a desquiciarse cada vez un poquito más, tanto en la trama como en los personajes que cada vez son más surrealistas y cuyos escenarios son cada vez más oníricos. No obstante, la novela no es conceptual, repetimos la trama que nos engancha es la persecución policial para detener un atentado.

El encuentro con el yo

Pero esa persecución no será una más para Syme, en ella, y gracias a las confusiones y momentos de humor que se incluyen, el policía comenzará a preguntarse quién es él mismo, ya que nada es lo que parece. de esta manera, poco a poco, Syme comenzará un camino propio que concluirá con una idea que creo que es el eje central de la novela y que se concretará al final de la misma. Un camino casi asceta que se logra gracias a la creación de imágenes poderosísimas.

Merece la pena el temor

Y es que, aunque la novela parezca compleja no lo es. Es contundente, desde luego, pero gracias a la agilidad de la trama y la sencillez en el estilo Chesterton consigue que nos divirtamos y a la vez nos planteemos un par de cuestiones que al final siempre están ahí: la diferencia entre el bien y el mal, el orden y el desorden, el yo y el otro.

Os recomiendo de verdad la novela, aunque los clásicos a priori no os llamen, aunque penséis que no vais a conectar con él, porque al final, ¿quién no ha jugado a policías y ladrones? Espero que os guste.
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Esta es una novela policial rara, muy rara. No es el estilo Agatha Christie, así que si quieres sangre, no es por acá. Si bien el libro tiene componentes que lo catalogan como policial es más un debate de ideas sobre el hombre, una sucesión de preguntas sobre el universo, la moralidad, las religiones, el Bien y el Mal. Casi podría decir que los personajes son la excusa que le sirve al autor para debatir grandes preguntas. Pero Chesterton tiene una manera de llevar al lector acompasadamente que es como ir bajando un prado de flores. La lectura fluye de manera muy amena y te va creando intrigas para que permanezcas con el libro entre tus dedos.
En la primera parte la novela se lee muy rápido. Hay muchas intrigas que develar y uno, como lector, quiere saber qué es lo que va a ocurrir. Lo policial se vuelve género de aventuras en esta parte. En la segunda parte el texto hace un giro hacia lo metafísico y es mucho más filosófico todo. Los ambientes cambian y todo parece haber subido a un subibaja en el que el lograr el equilibrio se torna muy difícil.
Lo que más me impactó de la obra es que trata muchos temas ontológicos pero de manera muy amena. Tiene muchos fragmentos donde reirás con Syme o con los otros personajes. Otros momentos son muy románticos como su pasaras a formar parte de un sueño utópico colectivo. Pero, lo que realmente me impactó fue la capacidad del autor de ponerte del lado de algunos personajes y luego hacerte cambiar el punto de vista y estar a favor de los otros. Eso es realmente genial.
Como todo buen libro, no quería que se termine, pero todo tiene un final y este fue realmente épico.

Chesterton es un autor londinense (1874-1936). Fue crítico de arte y literario. Escribió estudios sobre Dickens y Bernard Shaw. Fue conocido mundialmente con los relatos cuyo protagonista era el padre Brown, sacerdote y policía. “El hombre que fue Jueves” es de 1908.

El hombre que fue jueves (Espasa, 1998), de G. K. Chesterton, es un libro que cogí sin demasiada esperanza de que me gustara. La edición, antigua y tan clásica, las tipografía tediosa y la expectativa de enfrentarme a una novela de la literatura británica, que tantas veces me ha decepcionado, me hicieron empezar a leerlo con cierta reticencia.
Primero quiero decir que no he puesto quién es el traductor o la traductora porque no he conseguido encontrarlo en el interior del libro. Un libro que, por cierto, tiene un prólogo de Alfonso Reyes, lo que inevitablemente le da cierto caché, aunque luego se plantea una historia de lo más extraña en la que es difícil discernir qué está ocurriendo realmente y qué no (quien haya leído esta novela hasta el final sabrá de qué hablo).
En esta novela, el protagonista es un poeta apellidado Syme que un día llega a un barrio londinense, donde parece enfrentarse verbalmente a otro poeta llamado Gregory que, hasta entonces, había tenido la hegemonía en ese barrio. Una vez zanjada la discusión de la que Syme parece salir victorioso, la historia coge extraños caminos por donde discurrirá nuestro personajes: caminos anarquistas, sobre todo. Y es que el anarquismo es el aura que rodea a toda la novela, pues Syme asistirá a una reunión de anarquistas donde se elegirá al miembro que haga de Jueves en el Consejo Central Anarquista donde todos los demás tienen nombres de días de la semana y donde Domingo es el jefe supremo.
Y sí, Syme será elegido Jueves sin tener ideas anarquistas. al igual que el anarquismo, el otro elemento que abraza a la historia es la filosofía que aquí se desarrolla en los diálogos de los personajes, donde tratan cuál es la función de las fuerzas de seguridad o del mismísimo Estado en la vida de la gente…
…Y hasta aquí puedo contar. Porque el siguiente paso sería suficiente para desvelar lo que ocurrirá el resto de la novela, y no es esa mi intención. Sí puedo adelantar que se vendrá una aventura a gran velocidad en la que uno deberá pisar el freno para no liarse. Hay algún que otro toque de humor inglés en la historia, aunque me esperaba que esta fuera novela cuasi-cómica, tal y como leí en alguna reseña en internet antes de abordarlo.
Al principio, esta historia se me hizo pesada. Y, aunque luego cogió velocidad y se me hizo, el final me desencantó bastante. Eso, sumado a la rareza en sí de la historia, deriva en que me haya decepcionado un poco. Una historia británica como cualquiera que se precie, muy a tener cuenta desde el punto de vista técnico si se quiere, pero desde luego no es una novela con la que despertar sentimientos o que te coja un nudo en la garganta como otras que sí me han marcado para bien.

Este libro representa una de las rarezas literarias del gran escritor inglés sobre todo porque es posible que no se entienda nunca, está obra es simplemente fascinante y demuestra en gran medida la preocupación del autor sobre muchos temas pero sobre todo por el metafísico, tal libro nos enfrasca en discusiones filosóficas muy complejas pero a la vez es un trabajo muy simple y divertido, que sin duda resultara muchas veces curioso para todo aquel que se atreva a leerlo

Un libro un tanto extraño para ser policiaco, claro que tiene años...
Pero bonito. La ambientación un tanto extraña también, pero atrapan los personajes y se lee agusto.
Bonito libro.

Esta intriga policial,que aúna el ritmo trepidante de la novela de aventuras y los elementos oníricos de la literatura fantástica,narra las peripecias de Gabriel Syme,policia-poeta enfrentado a una poderosa organización anarquista.Tras ingresar casualmente en ella,acaba convirtiéndose en uno de los 7 miembros de su Consejo Central,cuyos nombres coinciden con los días de la semana y que preside Domingo,de aspecto y tamaño sobrehumano.Syme,inicialmente víctima de una angustiosa sensación de soledad,acaba descubriendo que todos sus compañeros de Consejo también eran policías.El propio Domingo es el jefe de su unidad especial contra la subversión.Todo va avanzando con una tensión creciente y paradójica.Al final,en una atmósfera onírica de tintes metafísicos,el desenlace remite a la sempiterna lucha del bien contra el mal,del orden contra el caos,del sentido contra la locura.Una lucha en la que la vida alcanza esa tensión esencial que la reconcilia con el discurrir cotidiano de la cordura,con la sencilla alegria de existir.Es evidente la moraleja católica tan al gusto de Chesterton.En todo caso,la novela es ingeniosa,divertida y,aunque no siempre verosímil,se lee con agrado.

La novela «El hombre que fue Jueves» publicada en 1908 por el ilustre autor británico G.K. Chesterton, es una obra que se despliega en unas 304 páginas, adentrándose en el género de misterio y sátira. La trama sigue al poeta Gabriel Syme, quien, reclutado por una organización policial secreta, se infiltra en un grupo anarquista cuyos miembros adoptan alias basados en los días de la semana.

La narrativa se presenta como una sinfonía vibrante, impregnada de intriga y enriquecida con escenas sorprendentemente humorísticas. Con el avance de la trama, la obra adquiere un matiz surrealista y vertiginoso, desembocando en un clímax explosivo repleto de giros argumentales dignos de minucioso análisis. La etiqueta de paradoja se queda corta al intentar describir la naturaleza de la obra, que plantea constantes interrogantes sobre la frontera entre realidad y fantasía, incitando al lector a cuestionarse en repetidas ocasiones el texto leído.

La profundidad de la narrativa se ve ampliamente enriquecida por la exploración de temas filosóficos, políticos y teológicos, tejiendo un tapiz complejo que invita a la reflexión. El estilo narrativo, saturado de simbolismos e interpretaciones, confiere a la obra una riqueza que va más allá de la trama.

En resumen, «El hombre que fue Jueves» se erige como una gran obra que cautiva a los amantes del misterio, brindándoles una experiencia de lectura que no solo entretiene, sino que también despierta la mente hacia profundas reflexiones. Una recomendación inequívoca para aquellos que buscan sumergirse en una trama intrigante impregnada de significado.