 |
Jasmine se ha pasado viajando de un sitio a otro y estudiando en casa para poder lograr el sueño de su madre: convertirse en una estrella. Es por eso que Jasmine tiene prohibido cantar soul (su gran pasión) porque este no te da una carrera, tiene que conformarse con el pop y asistir a clases de baile y actuación, porque su madre cree que es mejor tener todos los frentes cubiertos. Por eso, sus estudios están en un plano secundario, aunque ahora que Ray (su padrastro) ha conseguido un trabajo más estable en Nueva Orleans, Jasmine ha conseguido convencer a su madre para que la deja asistir al instituto y es allí donde conoce a Elliott, un chico que en el instituto se hace pequeñito intentando pasar desapercibido frente a los abusones, pero que en French Street, con su saxo en la mano, parece una persona completamente distinta. Si algo me queda claro con esta autora es que sus historias son de esas que te remueven por dentro, que te plantea situaciones que te hacen temblar de la impotencia, que es casi imposible no encariñarse con sus personajes y que no me importaría leer más, aunque este punto no puedo considerarlo algo bueno. Este es mi gran punto en contra con esta autora, creía que era cosa de este libro concreto, pero al releer mi reseña de Querido señor Daniels me he dado cuenta de que también me ocurrió lo mismo, por lo que empiezo a pensar que Brittainy C. Cherry es de esas autoras que incluyen temas interesantes en sus historias para luego no desarrollarlos. Entiendo que hay autoras/autores que no profundizan demasiado por miedo a quitarle ligereza a la historia y hay muchas ocasiones en las que esto no me molesta lo más mínimo, sobre todo cuando se trata de historias frescas y poco complicadas, pero, aún a riesgo de que me tildéis de maniática, si la autora opta por unos temas muy concretos (y a mi modo de ver delicados) si prefiero que estos se desarrollen. La música del corazón nos habla de muchas cosas: del bullying; del duelo; de la familia, tanto la que te pertoca como la que escoges; la amistad; el amor; etc. al tener tanto contenido y dada la corta extensión del libro, es casi imposible que todos se traten correctamente, sobre todo teniendo en cuenta que la historia abarca varios años de la vida de los protagonistas, con un gran salto temporal y luego varios más pequeños de semanas o meses; todo el conjunto ha conseguido que me quedara con la impresión de que todo iba demasiado rápido. Ya comentado lo que no me ha gustado, paso a lo que sí: los personajes. Elliott es un amor, su tartamudez ya lo puso en el punto de mira de los abusones desde el principio, pero aún y así, no dudó a la hora de defender a alguien que le importa, siendo consciente de que su acoso empeoraría y lleva aguantando sin quejarse desde entonces. Con Jasmine es complicado empatizar, sobre todo teniendo en cuenta que nosotros lo vemos desde fuera. La relación con su madre hace tiempo que traspasó la línea de la toxicidad, pero ella sigue intentándolo, sigue cumpliendo todos sus deseos buscando un mínimo de aprobación por su parte... que nunca llega. La relación entre Elliott y Jasmine me ha encantado desde el principio, desde que ella decide acercarse a él tras verlo tocar y como poco a poco se van acercando. Como Jasmine intenta ponerlo a salvo, pese a que la manera que escoge pone de manifiesto hasta qué punto la educación de su madre deja mucho que desear. Luego están los secundarios, con la familia y amigos de Elliott por un lado y Ray, el padrastro de Jasmine por el otro. Admito que este último no me daba muy buena espina al principio, su relación me parecía un tanto extraña, pero en cuanto avancé un poco con la historia terminé dando gracias por la existencia de este personaje. La música del corazón es una historia sencilla, de las que te remueven por dentro pues lo que viven tanto Elliott como Jasmine no es moco de pavo. Me habría gustado que la autora se explayara un poco más en algunas partes, pero aún y así lo he disfrutado. Enlace: https://pajaraslectoras.blog.. |
>
