Es una autora a la que han dado tanto bombo que esperaba la novela del año para mí, y la verdad que me ha dejado un poco mal sabor de boca. Empezamos con los protagonistas, dos almas torturadas por los accidentes y muertes de sus respectivas parejas, no han aprendido a vivir sin ellas, hace más de un año de su muerte y cada uno lo lleva de una manera diferente. ¿Tenemos a otro Archer en escena? A mí me ha dado toda la impresión, y ese libro no me gustó nada, así que me he tirado la mitad de la novela con el morro torcido. El primer cuarto de novela no me llego a desagradar tanto como Archer y es que los dos protagonistas se usan para calmar su dolor, cierto que esto puede llegar a influir en tener una relación tóxica ya que si empiezas con alguien por despecho, dolor, porque te recuerda a otra persona, lo más lógico que esa relación este abocada al fracaso y que una novela romántica empiece así pues fue algo que me insto a continuar leyéndola. Tal vez este tan enferma como los protagonistas, porque fue lo único que me atrajo de todo el libro, el amor enfermizo al recordar a sus exparejas. Los protagonistas secundarios, que van tomando más protagonismo según vamos leyendo, con algunos WTF en esas escenas rarunas que esta mujer ha metido sin ton ni son, a mitad de la novela cuando Tristan va con la mejor amiga de Eli a ayudarla con su pareja, es algo que según nos ha transmitido la autora este chico no haría en la vida. Asique tenemos una novela sobre dos almas torturadas y rotas que se encuentran e intentan recomponerse, mientras eso sucede tenemos una historia llena de escenas pegadas con pegamento, a veces demasiado azucaradas, y otras con demasiado drama. Con un final a lo película de Hollywood, esta novela pasara sin pena ni gloria por mi mente. |