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A diferencia de la primera parte de la trilogía, La lectora, que empieza un poco lento, este ya arranca con todo desde las primeras páginas. Arranca donde había terminado el anterior y no para hasta el final. Pero a diferencia de la primera, esta es mucho más violenta y sangrienta, porque los protagonistas quieren venganza por todo lo que les han hecho. Así que desde ahora comento que si son de impresionarse, no lean este libro, algunas escenas son bastante descriptivas. En La oradora aparecen más personajes que también toman protagonismo y ayudan a Sefia y Archer con su propósito: perseguir a los Inscriptores y darles caza, con todo lo que eso implica. Aquí vemos una evolución de personajes muy grande, Archer ya no es el tímido joven al que Sefia protege, se invierten los roles, y este se convierte en una persona con sed de sangre, violencia y venganza. Porque para eso fue creado y no puede lograr deshacerse de ello por más que lo intente. Y los inscriptores tienen la culpa. Está constantemente batallando contra dos opuestos: seguir siendo una máquina de matar o abandonar todo y seguir con su vida porque no quiere ser ese que nombran las profecías. Pero si hace lo segundo no puede ayudar a otros como él a ser libres, así que siempre se encuentra en una disyuntiva. Además en esta segunda parte ya descubrimos más de su pasado y su verdadero nombre (yay!) El personaje de Sefia, en comparación con Archer no evoluciona tanto, pero sí lo hace a diferencia del primer libro. En este ya controla más la Visión y descubre muchas más cosas del libro que antes no sabía, y aprende como controlarlo y leerlo para sacarle provecho y ayudar a Archer con los Inscriptores. Y además conocemos más de sus padres, Lon y Mareah y por qué hicieron lo que hicieron. La lectura es ágil en partes, en los capítulos de Sefia y Archer las páginas se me pasaban volando, en cambio en las que nos narraba sobre El Corriente de Fe o sobre El rey Solitario se me hicieron un poco más lentas. Pero en esta segunda parte nos enteramos que todo está conectado. Los capítulos son cortos y la escritura de la autora es muy fluida, así que se lee rápido. Ahora hablemos de la edición: ¡es hermosa! al inicio tenemos un mapa de dos hojas de Kelanna, para ir ubicándonos a medida que vamos leyendo. Y al inicio de cada capítulo tenemos el emblema o escudo de cada reino, que preceden al título. Me pareció muy genial la idea de ir incluyendo mensajes ocultos a medida que pasan las páginas. Algunas pistas se encuentran dentro del texto en negrita y otras al lado del número de páginas. Así que tenemos que ir prestando atención para ir armando una frase. Una frase que logré armar es bastante larga, la otra está inconclusa. Pero no sé si me perdí de algunas o continúa en el libro 3, así que ya veremos. La frase que encontré: La puntuación no fue de 5 estrellitas porque hubo algunas cosillas que me parecieron que se desarrollaron muy rápido para el ritmo que venía teniendo la trama, y otras no me terminaron de convencer del todo, pero fueron poquitas. Por eso se lleva 4 estrellas. En resumen, me gustó mucho más esta segunda parte, pero se terminó en un cliffhanger que me dejó con ganas de saber más, así que espero con ansias la tercer y última parte de esta trilogía de Mar de Tinta y Oro. |
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