Sí, piensa Lorna con la mente a mil por hora. El otoño se acerca de manera apremiante. Y después de la cosecha, la muerte y la putrefacción. La señora Alton podría estar muriendo en ese preciso instante, empezando a descomponerse, como una suave manzana negra ¿Por qué no morir ya? ¿O dentro de cinco minutos? ¿O de diez? A fin de cuentas, eso es lo que hizo su madre. Murió y se llevó consigo todos los secretos. No dejará que eso ocurra de nuevo.
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