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Esperaba mucho de este libro, porque Aidan Chambers me dejó extasiada con su "El juego de los besos" y además su "El ambiente de la lectura" es una de mis referencias de cajón, como mediadora de lectura. Sin embargo sentí esta novela un poco floja, sosa. Además, desconozco si es cosa de la editorial (pues encontré el libro en una pila de remates), pero los párrafos parecían no tener secuencias concretas de separación, así que los diálogos de cada personaje se entremezclaban y confundían. Por suerte, las personalidades de las protagonistas, Lucy y Melanie, se diferencian con facilidad y fue fácil salir de las dudas. De todo el texto, rescato la manera en que se visibiliza el temor Lucy, y su incapacidad de contarle lo ocurrido a sus padres, pues es lo que suele ocurrir con una víctima de acoso escolar. También, la idea de fin de curso, aunque el cómo terminó fue sumamente abrupto. Nuevamente, creo que Chambers escribe mejor para un público juvenil, o quizá si son microficciones. Pero en este caso, no he logrado disfrutar mucho del hilo conductor, aunque el tema propuesto es uno muy interesante y probablemente muchos lectores vuelvan a este tipo de libros con la esperanza de aprender más de los eventos recientemente ocurridos en claustros escolares. |
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