Avanzaban pegados a la pared de la izquierda cuando creyeron escuchar un rumor que parecía ir ganando en intensidad y que venía en dirección opuesta a la suya. Se pararon para verificar la procedencia. El murmullo no tardó en convertirse en griterío justo antes de ser interrumpido por el inconfundible sonido de los disparos y estallidos intermitentes. El mercenario se fijó en que los fogonazos eran todavía tenues.
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