Tienes hasta las 10

Tienes Hasta Las 10 es una novela que me ha atrapado desde el primer momento no sólo por la pluma del autor, cargada de una delicadeza que conmueve y transmite muchísimo, sino también por la forma en la que el protagonista va descubriendo una por una las piezas del rompecabezas que su padre, desde la tumba, parece ir dejándole a modo de pistas que le llevarán a descubrir algo muy relacionado con el franquismo, una época, como todos sabemos, marcada por la censura, la opresión, la lucha obrera y las ejecuciones, y con su padre, una persona muy humilde que a base de constancia y esfuerzo fue ganando peldaños en el periódico donde comenzó a trabajar cuando era un crío y que regenta en la actualidad.

La historia comienza con el entierro del padre de Antonio, nuestro protagonista, que nos relatará toda la historia en primera persona. A través de su narración conocemos profundamente la fuerte relación tan especial, la que cualquier niño desearía mantener con un padre, y la gran conexión que les unía, la pasión por la literatura clásica y los libros de Robert Stevenson. Desde que era un crío su padre le animó con pequeñas pruebas y retos para agudizar su intelecto y divertirse al mismo tiempo, creando pequeños juegos y adivinanzas que, de acertarlas, acababan en recompensa, algo con lo que Antonio siempre disfrutaba con su padre, entre otras cosas. Y esa conexión siguió manteniéndose con el paso de los años, hasta el día de su fallecimiento, dejando a Antonio destrozado.
Con el dolor de la pérdida aún fresco, en poco más de 24 horas tras la muerte de su padre, Antonio recibe un correo de lo más alarmante y extraño. Alguien, bajo el nombre de su progenitor, le ha enviado un mensaje con palabras que sólo su padre diría, y con referencias a recuerdos que sólo ellos dos conocen. Descartando cualquier posible suceso paranormal, Tony se hace a la idea de que su padre antes de fallecer, y en colaboración de alguien más, le ha plantado ese último y nuevo reto póstumo con el fin de descubrir la verdad y ayudarle a cerrar una etapa de su vida que mantuvo durante muchos años en secreto.

Entre Galicia, Vigo y La Coruña empezará nuestro viaje de la mano de Tony, alternando la narración en el momento presente, en nuestra época actual, con la investigación realizada por Tony a través de las pistas dejadas por su padre, llevándole a descubrir recortes de prensa del año 1972 y profundizando en la época del franquismo desde el punto de vista de la censura periodística, más concretamente de la censura llevada a cabo en el periódico de su padre por aquella época, y de un caso en concreto que pasó desapercibido en la prensa a causa de la mencionada censura, siendo ahora el momento de que Tony lo saque a la luz y haga pagar a los culpables, en el caso de ser posible, claro. Con los descubrimientos de Tony nos pasearemos por la España franquista y conoceremos más a fondo la suerte de artimañas que se cocían en aquella época para publicar algo que estaba prohibido, así como las consecuencias de ir contra el régimen y pillarte con las manos en la masa.

Me ha gustado muchísimo la forma en la que el autor te mete en la vorágine de pistas y de nueva información que, en un principio, se escapa a nuestro control, y al de nuestro protagonista. al comienzo nos vemos atosigados y sin saber qué hacer con la primera pista que le llega e iremos elucubrando junto a Antonio las posibles vertientes o soluciones a las escuetas palabras dejadas por su padre en el email y que se convierten al mismo tiempo es una especie de juego donde la premura en el descubrimiento tiene su recompensa, como ocurría en los juegos que organizaba con su padre cuando era pequeño. Nos sentiremos arrastrados junto a Tony a ese juego y a esas ganas de descubrir dónde nos llevará la pista siguiente, a qué se referirán las palabras tan bien dejadas por su padre pues, como Tony siempre ha sabido, nada de lo que su padre decía o hacía era fruto del azar, sus palabras siempre estaban bien meditadas y colocadas en el orden correcto, y está en Tony, y en nosotros, averiguar el sentido oculto y leer entre líneas para poder avanzar hacia el siguiente nivel y encontrarnos más cerca de descubrir la verdad.
Al mismo tiempo, nos hace sentir emociones a caballo entre la euforia y el dolor pues no todos los descubrimientos son positivos y algunos emborronan la idílica imagen que Tony tenía de su padre. Por momentos sentirá deseos de abandonar pero sus ganas de llegar al fondo del asunto, así como la compañía de Celia, su compañera de trabajo en la editorial y único apoyo en un trance como este, y por la que cree estar comenzando a enamorarse, le animará a seguir avanzando y a comprender por qué su padre hizo lo que hizo y por qué nunca, pese a la relación tan especial que mantenían, le contó nada. Quizá no haga las paces con la forma en la que su padre lo ha orquestado todo pero, por sobre todas las cosas, ese secreto de su padre le llevará a entenderle mejor y a quererle más por todo su sacrificio.

Tenemos también varias historias de amor: nos encontramos con el amor de un hijo hacia un padre, y viceversa, el amor entre dos personas que no pueden estar justas, el de dos personas que no sienten nada la una por la otra y que permanecen juntos para guardar las apariencias... así como la pasión sexual que experimenta Tony con Celia y la falta de amor de una madre hacia su hijo, algo que también ha marcado la vida de Tony al tener que soportar a una madre que sólo piensa en sí misma y en las apariencias y que nunca ha mostrado el más mínimo interés y cariño por su hijo.


La pluma de Francisco Castro, como ya comentaba, me ha parecido muy buena y consigue engancharte con la forma en la que va dejando caer los enigmas y la intriga pero, por desgracia, el final lo adiviné muy pronto y no me sorprendió tanto como al protagonista. Descubrí rápidamente las conexiones de varios personajes con el suceso de la época franquista que su padre le invita a descubrir, e incluso la cara oculta y culpable en todo ese misterio, por lo que el final, aún bien hilado y coherente, no me resultó tan impactante y bueno.

En resumen, 'Tienes Hasta Las 10' es una novela que aborda un poco de todo: intriga, pasión, venganza, misterios e historia, transportándonos a la época franquista y a la censura editorial de la mano de un personaje que, movido por el amor incondicional hacia su recién fallecido padre, emprende un viaje de pistas, dudas y miedos para cumplir su última voluntad y darle cierre a un suceso que lleva años ocultando. El amor entre padre e hijo que desprende cada páginas es lo más especial de la historia, así como la forma en la que se va desentrañando el misterio. Lástima que en mi caso lo haya adivinado todo antes de su desenlace, desinflando la emoción.

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