Todo lo que sucedió con Miranda Huff

Todo lo que sucedió con Miranda Huff es la tercera novela de Javier Castillo y tras el éxito que cosecharon las dos primeras decidí que esta vez no me quedaría sin descubrir qué era lo que tenía tan fascinados a la crítica y los lectores. de ese modo, cuando esta novela vio la luz me hice con ella el mismo día del lanzamiento.

Ryan y Miranda son una pareja joven que cumple el sueño de vivir en la meca del cine y trabajar como guionistas. Aunque llevan juntos desde que cursaban sus estudios de cine en la universidad y pese a ser una de esas parejas que parecen perfectas, su matrimonio pasa por un bache y están acudiendo a unas sesiones con un consejero matrimonial. Es entonces cuando deciden que es una buena idea hacer una pequeña escapada a una cabaña en Hidden Springs para estar un tiempo solos, lejos de la cotidianidad. Hasta aquí, todo normal. Pero cuando Ryan llega a la cabaña, encuentra el coche de Miranda en la puerta y signos de que dentro ha ocurrido algo extraño. Miranda no está. Ha desaparecido.

"Escuchaba el siniestro silencio que invadía la cabaña. No había rastro de ella por ninguna parte. Parecía que la tierra se ha había tragado o que el bosque la había engullido en mitad de la noche. Mi mujer había desaparecido."

A partir de aquí vamos a navegar en el tiempo de la mano de los protagonistas. Ryan y Miranda van a contarnos con su propia voz cómo se conocieron, cómo surgió la relación entre ellos y cómo llegaron al punto en que se encuentran ahora. Pero pronto se unirá a esas dos voces una tercera; la de James Black. Fue profesor de Miranda y de Ryan en la universidad y terminó muy unido a Ryan, con quien ha mantenido una estrecha relación desde entonces. El profesor tiene su propia historia, que nos irá desgranando también viajando al pasado, cuando él mismo era alumno de la universidad y su ambición, entusiasmo y sueño de crear grandes obras que mostrar al público le condujeron por el camino que más tarde le llevaría a ser uno de los más grandes directores de la historia del cine reciente. No perdáis de vista a este personaje.

"Era la segunda vez que me montaba en el coche de la policía y esta vez sí que me sentí culpable."

Esta novela no solo tiene como telón de fondo el cine, sino que además usa recursos muy propios de este tipo de arte. Nos descubrimos observando a los personajes, encuadrando e imaginando el mejor plano. Los saltos en el tiempo, las diferentes voces y un misterio inicial que da dando pie a nuevas preguntas con cada detalle que conocemos, no hacen más que tirar de nosotros hacia delante. ¿Qué le ha sucedido a Miranda?¿Se la han llevado?¿Sigue viva?¿Por qué hay tantas cosas que Ryan parece no conocer sobre Miranda?

Conocer la historia de la mano de los diferentes personajes siempre aporta un punto extra de información y ayuda al lector a adentrarse en la historia de una forma más intensa. En este caso además nos presenta una clara dualidad existente en la personalidad de todos ellos. Cómo un mismo personaje se ve a sí mismo de una forma y en ojos de otro personaje es alguien completamente diferente. La subjetividad de la versión propia palpita hasta ser desenmascarada por la versión de otro.

"Necesitaba hacer algo. Necesitaba explotar de una vez por todas. Hacer que las mariposas que recorrían todo mi cuerpo volasen en todas direcciones por una vez."

La experiencia de lectura de esta novela ha sido intensa y adictiva. Si bien es cierto que muy pronto nos hacemos una idea de lo que ha sucedido, nos faltan muchos detalles por conocer y no podemos evitar seguir avanzando para descubrirlos. Es la primera novela que leo del autor. Sé muy bien que sus dos novelas anteriores se han ganado a la crítica y tenía muchas ganas de conocer lo que tenía para ofrecernos a los lectores.

A pesar de los saltos en el tiempo y de las diferentes perspectivas, Javier Castillo no pierde el hilo. Ahonda en los sentimientos de los personajes y consigue que empatices con cada uno, aún siendo muy diferentes sus percepciones. No describiría esta historia como una trepidante novela de misterio, porque el mayor de los misterios que contiene tardamos muy poco en descubrirlo. Pero sí que es una historia de ambiciones, de secretos, de amores intensos y rotos y sobre todo, es una historia sobre el cine, las pasiones que despierta y las que esconde tras sus más aclamadas creaciones.

Javier Castillo es malagueño y estudió empresariales. Abandonó su trabajo como consultor de finanzas tras alcanzar el éxito internacional con El día que se perdió la cordura. Junto con El día que se perdió el amor, lleva más de 350.000 ejemplares vendidos en España y los derechos han sido comprados para producir una serie en televisión. Todo lo que sucedió con Miranda Huff es su tercera novela, todas ellas publicadas por Suma.

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Ayer terminé de leer esta novela y a pesar de la cantidad ingente de fallos estructurales y de patinazos gramaticales, confieso que me atrapó. Es una pena que no se revisara o se escribiera con tanta prisa, de lo contrario alguien se habría percatado de que en los primeros capítulos Ryan tiene el vicio inglés de decir "tengo que admitir", que no es demasiado frecuente en nuestra lengua. Bien, pues en los últimos capítulos ese vicio se le va y en alguna ocasión lo adopta Miranda. Da rabia.
"Estar desolado" es muy francés y si se repite un par de veces en la misma página empacha.
Un título como "La gran vida de ayer" suena a "quiero pero, joder, no doy para más".
Todo esto se puede corregir. Así que animo a Javier a seguir escribiendo.
Gracias por los libros.

Como lo acabo de terminar de leer dejarme que os cuente un poquito , el ebook de un prologo que va directo a la cuestión con 52 capítulos colosales y un epílogo sublime , con una pluma que he visto mas centrada ,igual de maquiavélica ,pero con una sutileza divina en cada elemento que hace que te pierdas en los recovecos de esa vida idílica , la feliz pareja entre Miranda y Ryan. El autor suma puntos con cada obra , lo trabaja al extremo cada hilo de la trama , no deja nada al azar y aunque se lee con facilidad puedes perderte algo importante si no le das la importancia que merece, esa pericia en su forma de narrar va haciendo que la lectura crezca de intensidad, dando una sorpresa tras otra .
Vamos a tener dos hilos en el argumento importantes, dos cambios de tiempos entre 1975 y 2015 , un protagonista que he odiado desde el principio , una mujer desaparecida y un secundario sorprendente.Podríamos decir que el conductor entre todo el argumento es el cine , en concreto el trabajo de detrás de la cámara o incluso mucho antes , el de guionista, sin embargo la cuestión más allá de todo ello es mucho peor , la maldad del ser humano no tiene límites.Miranda ha desaparecido , Ryan no sabe dónde está , se agregan nuevos personajes ,James Black amigo y profesor de él , aparecen nuevos datos en la investigación , se descubren los secretos del matrimonio , salen otros nombres que no puedo contaros ,pero que va a ser imprescindible para el caso o encontrar a Miranda.El final cerrado y atado me ha sorprendido ,pero el pequeño epílogo es magistral , un cierre perfecto que hace que sea una obra de culto que todo lector adora leer, totalmente adictivo hasta la última página y que me ha tenido en vilo para descubrir TODO LO QUE SUCEDIÓ CON MIRANDA HUFF 💋💋💋💋💋
En conclusión es un thriller de máxima puntuación por una trama de dos hilos que convergen de manera esplendida ,por una protagonista que sorprende de manera sublime, por los temas actuales que cita con precisión y una pluma que crece con cada obra , sin dudarlo volveré a leer al autor , te sugiero que lo hagas tú también.
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Javier Castillo, el autor de "El día que se perdió la cordura" vuelve por el blog. Tres de tres, diría que este autor en muy poco tiempo ha conseguido cautivarme con sus novelas.

Dejando atrás las anteriores, que en algunos casos tenían escenas bastantes fuertes, no es eso lo que nos vamos a encontrar en esta novela. Pero si unos personajes, al igual que en los anteriores, con un perfil claramente definido en el que cada uno aportará una parte muy importante a la historia.

La edición he de decir que es preciosa, tiene un tacto suave, con la portada en relieve las letras, y la calidad del papel y de la maquetación me ha encantado. Ha sido un verdadero placer perderse entre esta lectura.

Seguimos con una investigación policial, con una desaparición, con cadáveres, pero aquí nada es lo que parece.

La historia está narrada por todos los personajes principales en primera persona, que no son pocos, cada personaje tiene sus capítulos.

Cada personaje nos introduce en una parte de la historia, narrada siempre desde otro espacio temporal y en el tiempo ¿curioso verdad? Pues aún así el autor ha conseguido mantenerme en vilo durante toda la novela, y ha sido un sin parar de leer.

La novela consta de 449 páginas, que se distribuyen en un prólogo, 52 capítulos, y un prólogo que cierra el libro junto a los agradecimientos (esos que tanto me gustan leer).

La historia es intensa, no deja que respires, porque te mantiene en vilo durante toda ella. Esos cambios de tiempo, esos giros, cambios de personajes, no hacen sino que hacer de una novela una verdadera joya de la novela negra.

Os podría contar muchas cosas, pero son de esos libros que la esposa cuenta una versión, el marido lo ve de otra manera, el amigo se remonta a 30 años atrás, cada uno cuenta desde que se conocieron a fecha de la desaparición de Miranda y días posteriores.

¿Os apetece conocer que ha sido de Miranda? ¿Tiene su marido motivos para matarla? ¿O sigue viva?

Resumiendo, es una novela negra con todas las letras, que introduce un poco de policíaca en el caso de las investigaciones y que nace desde la pasión por el mundo del cine. Unos personajes que nos narrarán una historia difícil de olvidar. Sin duda, se cuela entre mis mejores lecturas de este año.
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Por fin os traigo la reseña de la tercera novela escrita por Javier Castillo, el autor que se dio a conocer gracias al best seller El día que se perdió la cordura.


Esta obra supone un cambio con respecto a las dos anteriores, ya que no solo es independiente a ellas, sino que demuestra una clara evolución por parte del autor.


Si con El día que se perdió el amor me sentí algo decepcionada, sí que logré disfrutarlo lo suficiente como para seguir queriendo leer a Javier Castillo, y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho.


Nos hallamos ante una historia bastante más trabajada y elaborada, que en algunos momentos me recordaba a Perdida, de Gillian Flynn, pero con una serie de diferencias bastante claras, que daban originalidad a la obra. Los giros inesperados, los secretos de los personajes y la manera de unir las diferentes historias, hacen que esta novela adquiera un ritmo veloz y logre mantener la atención del lector en todo momento.


Gracias a los puntos de vista de Miranda y Ryan Huff, vamos a ir descubriendo la verdad oculta tras la desaparición de la protagonista, así como del oscuro pasado del famoso cineasta James Black. La historia de los tres personajes, estrechamente ligada gracias a los estudios de cine en la UCLA, deja ver más oscuridad que luz en una tóxica relación de tres que jamás debió existir.


A pesar de ser pocos los personajes que dan vida a la obra, estos son totalmente necesarios e imprescindibles, creados con cuidado y acierto por parte del autor, de un modo creíble, impecable y con la dificultad añadida de dotarles de unas personalidades tan marcadas, complejas y diferentes, quedando todas ellas muy bien definidas.


Los distintos saltos en el tiempo vistos desde diferentes perspectivas no resultan en absoluto aburridos o repetitivos, sino que arrojan luz a la historia y aclaran las dudas o teorías que el lector no puede evitar ir teniendo a lo largo de la historia.


Si hay algún momento en que la historia puede resultar predecible, Javier Castillo logra dar un giro inesperado a los sucesos, creando nuevos hilos de los que tirar, sin dejar de lado la credibilidad de la historia y dándoles una explicación lógica que logra dar mayor sentido a la historia.


Me ha gustado sobre todo esa forma de crear personajes grises, oscuros y con ese toque de locura que ya tanto caracteriza a los personajes de este autor. Los defectos y errores de los personajes los hace más cercanos y reales, y demuestra que no hay protagonista y antagonista, sino diferentes tipos de personas, que no son del todo "buenas" o del todo "malas".


Todo lo que sucedió con Miranda Huff es sin duda una novela que merece la pena leer, no solo "para pasar el rato", sino para meditar en aquello que valoramos y hasta qué punto merece la pena luchar por ello.

La obra tiene buena intención, la trama principal y la forma en que la historia está contada, con una narrativa intrigante alternando pasado y presente, te mantiene cautivada. Y creo que precisamente por esto acabé el libro. Javier Castillo tiene habilidad para crear suspense, sin embargo (y es algo que me pasa en todos los libros que he leído del autor) el desarrollo final de la historia me deja sabor agridulce. La resolución planteada me resulta apresurada, si se tiene en cuenta el ritmo del resto del relato, y (para mi) insatisfactorio. Deja preguntas sin respuesta o tramas abiertas que podrían haber sido más impactantes o simplemente desarrolladas y que sin embargo quedan en nada.
Veo mucha discrepancia entre la construcción inicial y el desenlace.

Las novelas de Javier Castillo tienen una fórmula muy particular. Comienzo a media acción, evento desencadenante con mucho impacto, nudo narrado desde varios puntos de vista un desenlace que te deja con buen sabor de boca y con esa sensación de que todo tiene sentido y está bien atado.

Disfruté mucho de "El día que se perdió el amor" y "El día que se perdió la cordura" (sobre todo del primero), pero he de reconocer que este se lo hizo bola. Construyendo sobre lo mencionado arriba, el inicio de la historia es original, pero no cautivador. El tono de la narración me pareció demasiado "poco literario" y me sacaba un poco de la historia. El evento desencadenante es un chute de adrenalina que volvió a conseguir que no me despegase del libro cada noche, pero poco a poco el ritmo se va cayendo y, aunque con altibajos (los capítulos de flashbacks que dan sentido a la historia los disfrute mucho), no llegue a enamorarme en ningún momento. Por si fuera poco el final del libro me parece un sin sentido que cierra la trama de forma poco verosímil.

En definitiva, el ritmo elevado y los giros de guión que caracterizan el autor y que esperaba encontrar en este libro, no los encontré.

Una pareja en crisis decide pasar un fin de semana de retiro en una cabaña en el bosque, pero cuando Ryan Huff llega para encontrarse con Miranda la puerta está abierta, hay dos copas de vino sobre la mesa, nadie en el interior y el cuarto de baño se encuentra lleno de sangre.
Un thriller psicológico donde parece imposible encontrar a Miranda.
Me gustó mucho los giros que da, y no saber que pasa hasta el final, me pareció interesante el desarrollo de los personajes, y como conectas con ellos. Lo recomiendo

Antes de todo tengo que admitir que empecé el libro unos días antes, pero solo leí unas 90 páginas las cueles no me terminaron de gustar ni de engancharme del todo, ya que no entendía muchas cosas. Pero, unos días después decidí que era hora de seguir con él y con ello termine leyendo del tirón 200 páginas. No soy de leer tantas páginas de golpe, ya que como mucho leo 50, pero es que la historia empezó a gustarme y me enganche mucho a ella.

La historia cuenta con 440 páginas y esta estructurada en 54 capítulos, contando el prólogo y el epílogo. al principio esos capítulos me parecían algo largos, pero a medida que iba conociendo la historia me parecían cortos y necesitaba más y más información. Además, muchos de los capítulos, por no decir casi todos, te dejan con la miel en los labios y quieres leer más y más y sin parar.

La narración esta contada principalmente desde tres puntos de vista. En primer lugar tenemos el 2015, donde Ryan se da cuenta de la desaparición de su mujer y son las páginas y capítulos donde seguimos a Ryan junto a su vida actual, viendo como pasa todo esto y es que encima de tener el problema de la desaparición de su mujer, también tiene que ayudar a su amigo James Black y tiene un problema con Mandy, la mujer que cuida a su amigo Black.

Por otro lado, tenemos la historia de cuando Ryan y Miranda iban a la universidad, que es cuando empezaron a conocerse. Estos capítulos están principalmente contados desde el punto de vista de Miranda, por lo que empezamos a entender muchas de las cosas que suceden.

Y, en tercer lugar tenemos la trama de 1975-1976 que es de cuando James Black empezó la universidad junto a su nuevo amigo Jeff, ahí conocieron a Paula Hicks, la cual acerco a James Black a crear una película única y diferente al resto de las que ya existen, para así hacer la mejor película jamás vista.

Aún así, como os comento esto son los puntos de vistas principales, pero hay alguno más que no voy a contar ya que son los que le dan más intriga a la historia.

La verdad es que no me esperaba encontrarme con un thriller psicológico de esta magnitud, pues los dos anteriores libros de Castillo aunque eran thriller, no se pueden denominar psicológicos. Por lo que, este es el primer libro de este estilo que leo, y me ha sorprendido mucho lo que me ha llegado a gustar. Y es que cada capítulo, por muy normal que parezca tiene algo muy escondido que puede darnos la clave para ese final tan espectacular.

Personalmente, en este tipo de historias me gusta ser también la que busca el motivo de cada cosa, pero es que en esta historia era imposible. Cuando pensaba que había pasado esto o lo otro, la historia daba un giro inimaginable, y en parte por eso no podría dejar de leer capítulo tras capítulo.

Sobre los personajes creo que cada uno tiene algo importante en él, pues cada uno es diferente y tiene su forma de ser y de pensar, que incluso en algunos casos me daba miedo.

Ryan es un hombre que quiere ganar mucho dinero con sus guiones, pues espera crear un guion genial junto a su mujer Miranda que en ocasiones le ayuda. En la universidad se hizo amigo de su profesor y famoso James Black, el cual le ha ayudado a encontrar algún que otro trabajo. Ryan es un personaje muy a la antigua, que comete bastantes fallos a lo largo de la vida, que cree que puede hacer un poco lo que le da la gana y trata como quiere a la gente de su alrededor, y no le gusta ponerse obstáculos en medio de su carrera.

Miranda es un personaje que me ha sorprendido mucho, al principio apenas sabemos cuatro cosas de ella, pero a medida que avanza la historia y ella empieza a tener voz en la historia, te encuentras con la dura realidad de su vida, y con un pasado desolador. Es un personaje que no me esperaba para nada que fuera tan fuerte, aunque para ello necesite ayuda.

James Black ha sido desde sus inicios en los años 70 un hombre que cree tenerlo todo en su mano, que cree que va a ser lo más importante del mundo con sus futuros guiones y sus películas. Y, aunque el amor le ciega, más le ciega la codicia de poder hacer la mejor obra jamás grabada. Es un personaje muy fuerte y que también me ha sorprendido en muchos aspectos.

En resumen, ha sido una historia que aunque al principio no termino de cautivarme ha conseguido meterse en mi mente página tras página. Que me ha mantenido en vilo esperando a por algún otro giro a lo largo de la historia y para poder descubrir cual es la verdad detrás de todo esto y como se han podido hilar los hilos de tal manera para que suceda todo lo que ha pasado. Supongo que el amor y la muerte a veces pueden llevar a la gente ha hacer cosas inimaginables.
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Este es el primer libro que he leído de este autor y me llamaba bastante la atención su lectura dada la repercusión que habían tenido sus dos anteriores novelas. al ser una trama que no tiene nada que ver con los anteriores se puede leer sin necesidad de tener que leerlos previamente por lo que me aventuré este verano a su lectura. He de decir que iba con muchas expectativas, no sólo por el autor sino el hecho de que fuera una obra de suspense, género que me gusta.
Y no me ha defraudado ya que es un libro que mantiene el suspenso hasta el final entreteniendo al lector. Lo que sí me costó al principio son los cambios que se producen muy de continúo entre el pasado y el presente de los protagonistas. Y me suelen gustar los libros que así están estructurados, pero en esta ocasión el pasado se divide a su vez en dos épocas distintas por lo que a veces te descoloca un poco y no sabes en qué período te encuentras hasta que te adentras en el capítulo. al final te acostumbras, pero es verdad que tienes que estar atento al empezar cada capítulo y, aunque aparezca al principio la fecha en que discurre cada uno de ellos, a veces esta circunstancia hace que la historia no fluya fácilmente.
También me ha llamado la atención que, al desarrollarse la trama en Los Ángeles, con personajes y localizaciones americanas, se te olvida que el autor es español, pareciendo que están ante una novela escrita por un autor americano de los que hacen géneros de suspense.
Desconozco cuál es la trama del resto de los libros de este autor, pero tras haber leído éste me apunto los demás para mi lista de libros pendientes.