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Leí este libro para "reconciliarme" con el autor, porque tras sus éxitos anteriores me había quedado con un regusto algo amargo, ya que las historias, si bien tenían un inicio potente, me parecieron que perdían fuelle por el camino. Me he alegrado de leer este tercer volumen porque veo a un Javier Castillo más maduro, narrativamente hablando, y el desarrollo de la trama tiene una buena línea argumental. Ryan —guionista de Hollywood— y Miranda Huff son un matrimonio en crisis que decide ir a terapia familiar para solucionar sus problemas. Su terapeuta les recomienda ir a pasar un fin de semana a una cabaña en el bosque, en la localidad de Hidden Springs. Ambos llegan por separado al lugar, pero cuando Ryan entra en la cabaña, hay dos copas de vino sobre la mesa, sangre en el baño y, al parecer, su mujer ha desaparecido. Es ahí cuando se desencadenan una serie de hechos que sorprenderán tanto al protagonista, como al lector. El hilo de la historia se entrelaza con unos acontecimientos vividos por Ryan y su mentor, James Black, un director de cine famoso, durante su juventud. Esta es una novela de idas y venidas, que juega al despiste y que terminará por descubrir que, para algunos, el fin justifica los medios. |
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