Estamos ante un thriller de suspense que es fácil que enganche desde la primera página. La acción acontece de forma rápida, los capítulos son cortos, y el uso recurrente de saltos temporales ayuda a que la historia sea dinámica, muy entretenida y queramos leer y leer. La trama se centra en Ryan y Miranda, una pareja en crisis que vive en Los Ángeles y decide pasar un fin de semana en una cabaña perdida en el bosque para intentar salvar su relación. Cuando Ryan llega a la cabaña se encuentra con un escenario terrorífico y con que Miranda ha desaparecido sin dejar rastro. A continuación acompañaremos a Ryan y a otros personajes de esta historia donde todo el mundo tiene algo que esconder. Si bien es cierto que me lo he leído en nada y que es muy adictivo, también pienso que no ofrece nada nuevo y que es un thriller muy normalito. La primera mitad me parece más buena que la segunda. Toda la parte final y la resolución me ha parecido forzada y muy cogida por pinzas. Creo que el autor sacrifica credibilidad al querer sorprender continuamente al lector con giros que le dejen con la boca abierta, y en mi caso he acabado desconectando de los personajes y me ha dejado una sensación de decepción. Me quedo con lo ligera que es su lectura, es un libro ideal para entretenerse y no pensar mucho. No lo recomendaría a aquellos que busquen algo muy profundo con tramas y personajes complejos. |