Todo lo que sucedió con Miranda Huff

Un matrimonio es como un guion.
Cada diálogo cuenta.

Las cicatrices nunca se fueron. Esas nunca se van. La cicatrices siempre se quedan para recordarte cómo saliste adelante

Si conecto con un hilo rojo todos los momentos duros de mi vida, todas las noches en vela en las que lloraba, todas esas vecen en que mi alma me pedía a gritos que desapareciese del mundo...

Llevábamos tiempo saliendo, y yo ya tenía claro que Miranda sería mi ‹‹Ella››,
mi todo-lo-que-uno-puede-necesitar.

- ¿Larga historia? Me encantan las largas historias. En los detalles suele estar la magia de los recuerdos.

Las cicatrices nunca se fueron. Esas nunca se van. Las cicatrices siempre se quedan para recordarte cómo saliste adelante.

Tú y yo siempre estaremos fundidos en blanco.

Uno no decide cuándo se enamora de alguien, ni cómo debe ser ni la edad que debe tener.

Algunas cosas deben permanecer así, perfectas en la memoria, para no estropearlas con la realidad.

Fue en aquel instante, en ese momento exacto en el que nuestras manos se tocaron, cuando mi vida comenzó a derrumbarse.