Como indica el propio libro, el autor con este libro “perdió la cordura”. Empieza la primera página contándonos: una persona (Jacob) con una cabeza en sus manos en medio de la calle; así de entrada, sin preámbulos, piensas jod…esto promete, he encontrado al sucesor de Stephen King… pero poco a poco, como un azucarillo en el café, se va diluyendo. Es interesante, la narración en diferentes períodos, aunque te hace concentrarte más. La trama está bien planteada, con buenos giros que te engancha y hacen leer más hojas, de capítulos cortos, mucho dialogo, lectura sencilla y rápida, aunque repetitiva. A cada problema da una solución, aunque muchas veces inverosímil, o por continuas casualidades rocambolescas, poco creíbles. En resumen, tiene mucho talento este autor, pero falta curtirse más, habrá que ver cómo evoluciona porque tiene madera, esperamos que vuelva la cordura a sus próximos relatos. |