La llave 104 

Hacía tiempo que tenía ganas de estrenarme con Paz Castelló, y desde que leí la reseña de Ali en su blog Leo lalluvia caer, La llave 104 se puso en mi punto de mira. Gracias a Babelio y su convocatoria de masa crítica España, he podido disfrutarlo.

La llave 104 es una historia a la que, en mi opinión, no le sobra ni le falta nada. La vida de Virginia Rives, su pasado y su presente, narrada en tercera persona, se intercala con entregas de un diario en primera que recoge un testimonio muy importante dentro de la trama. Conoceremos la autoría de ese diario desde el primer momento, pero mantendrá al lector expectante ante qué es lo que le va a desvelar ese testimonio. El modo en el que Paz ha entretejido esas dos voces ha construido una trama, bajo mi punto de vista, redonda.

El pasado de Virginia pone los pelos de punta y construye la base de su presente. Es un personaje complejo, muy bien construido, que invita a recapacitar acerca de cómo la herencia y el entorno hace a las personas como son. Cómo todo lo que hemos vivido nos conduce por uno u otro camino. Virginia es una superviviente, pero desde el punto de vista espeluznante del término. Es víctima y verdugo. Es el motor de esta historia y el foco sobre el que he volcado gran parte de mis reflexiones. Es protagonista y es la única que voy a mencionar en esta reseña, no porque el resto del elenco y principales no merezcan la pena (que la merecen), sino porque creo que hay que enfrentarse a esta historia conociendo solo a Virginia, opción por la que también ha abogado la sinopsis. Crecer con ella a ciegas de lo que va a traer el futuro, como la vida misma, es un plus a la hora de enfrentarse a esta novela.

En cuanto a la ambientación y una parte de la trama, no he podido evitar acordarme de la Marbella del GIL, salvando las distancias, por supuesto. Paz Castelló nos sitúa en gran parte de la novela en Beniaverd, pueblo costero, gobernado por un partido independiente y con aroma a tráfico de influencias, prevaricación... No es la única ubicación que aparece en la novela, ni tal vez la más importante en la vida de Virginia, pues creo que todo presente se construye sobre un pasado (rompiendo con él o dándole continuidad) y el de nuestra chica sucede en un pueblo de Extremadura. Sí, tal vez la ubicación más importante sea la de su pueblo natal, Cachorrillas, porque todo lo acontecido en él será el cilicio que recordará a Virginia de dónde viene, de qué quiere huir y qué es capaz de hacer para conseguirlo, pero Beniaverd tiene un papel determinante en su futuro.

La llave 104 tiene una prosa que me ha convencido, que tiene la capacidad de hilar una trama con profundidad cuyo ritmo no decae en ningún momento. Es constante, no vertiginoso pero te mantiene expectante. Una ambientación jugosa y unos personajes con pasado, presente y un futuro que nos intriga. La llave 104 ha sido una novela que ha incorporado un nuevo nombre a mi lista de autores a los que seguir la pista.