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Una vez leída he de reconocer que a mi no me parece una lectura para chavales, la verdad, en todo caso para adolescentes a partir de 16 años (también depende mucho de cada uno), porque la forma de hablar, el lenguaje utilizado, no me resulta apropiado para adolescentes, o niños más pequeños. Dicho está, como siempre es mi humilde opinión. La temática es original, a pesar de ser una distopía más, pero a menudo resulta repetitiva y, bajo mi punto de vista, se ve muy claramente la intención de expandir la historia hasta limites insospechados para desarrollar un segundo libro (o alguno más). Aún así, resulta entretenida, los personajes están conseguidos, unos mejor que otros (Ojo Muerto es un mero acompañante de los demás) y queda todo en suspenso para la segunda parte. Para mi lo más interesante es como resuelven los humanos vivir después de una hecatombe natural, al parecer provocada por unas llamaradas solares o algo parecido, y como han tenido que adaptarse a una Naturaleza que era maltratada y saqueada, y que ahora resulta ser su salvadora en muchos aspectos. En esta historia la verdadera protagonista es ella, y tres (al comienzo) son las tribus supervivientes: los paseantes terrenos (o escarbadores), la Tribu de los árboles (o camaradas) y los despiadados robapieles (a mi me han caído fatal, y hasta me dan un poco de repelús). Los primeros atacados por las fiebres nocturnas que deben ser purificados por las mujeres lunares, una especie de curanderas, magas, que tienen el poder de canalizar la energía de la luna, son muy interesantes; los segundos se unen de por vida a un can, ya sea pastor o terrier, y causa admiración el amor que sienten por ellos, eso si tienen como esclavas a mujeres de los paseantes terrenos, para ellos escarbadoras, precisamente porque les hacen las labores agrícolas, ya que ellos o pueden pues corren el peligro de arañarse la piel y contraer la roya, una infección que es mortal (o al menos eso parece); por último los robapieles... ¿Qué podría decir yo de esta gente que me repugna tanto?... Nada, no voy a decir nada, sólo que son los malos, malísimos de toda esta historia, que son una especie de mutantes que viven en Ciudad Puerto, una ciudad en ruinas, como ellos, y que se dedican a despellejar animales vivos para ponérselos como medicina para su problema de podredumbre... ¿No os lo había dicho? Asqueroso. Pero todas estas tribus, a pesar de que no se soportan unas a otras, están destinadas a cambiar el mundo, el mundo que les rodea y que les resulta tan hostil (las arañas y las cucarachas son del tamaño de ratas), y son las generaciones jóvenes quienes van a tener un importante papel en este necesario cambio: Nick (camarada e hijo de Sun, el líder y sacerdote solar de su tribu), Sora (escarbadora o paseante terrena, pero sobre todo futura mujer lunar) y sobre todo Mari (mitad paseante mitad camarada que tiene el don de las mujeres lunares, pero que también puede invocar el poder del astro sol), ellos tienen la última palabra, con permiso por supuesto de Ojo Muerto, el robapieles más odioso que hay. Sin embargo... a última hora aparece otro personaje que tendrá, con toda seguridad, un importante papel en todo lo que va a suceder en el segundo libro: Antreas, un hombre felino, y su lince Bast. Son 620 páginas, no digo más (no entiendo la manía esta de hacer libros tan extensos, sobre todo cuando hay segundas partes) pero aún así, de verdad que merece la pena, ¿qué se hace cansino en algún momento? si, no lo niego, pero es una sensación que no dura mucho. Enlace: https://megustaestelibro.blo.. |
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