Con este cuarto libro tenemos la historia de la hija primogénita de Ameryca y Maxon. Desde luego, es un personaje que es totalmente diferente a su madre aunque vive una situación parecida.
Un punto a favor del libro es que los personajes masculinos, es decir, los participantes de la Selección, tienen un trasfondo y la mayoría una personalidad desarrollada.
Como ocurre en La Selección, no es hasta prácticamente la segunda mitad hacia el final que no engancha, pues es difícil empatizar con la protagonista.